En la calle 17 con carrera 19, en el corregimiento de La Playa, la tristeza fue pasajera y el reproche no tuvo lugar. La derrota de Angie Valdés en los cuartos de final del boxeo en los Juegos Olímpicos solo queda en el registro, pero para sus familiares y amigos sigue siendo una campeona.

La decisión fue unánime a favor de la irlandesa Kellie Harrington en los 60 kilogramos, categoría en la que busca revalidar su oro, algo que el papá de la boxeadora barranquillera, Manuel María Valdés, no compartió.

“No le contaban los puntos a Angie, se los contaban a la otra. Así no es, si ella no ganaba, máximo podía ser un empate, porque Angie le dio más muñeca”, dijo.

Pero dejando a un lado lo que consideró injusto, Valdés le recordó a su hija que “para nosotros es la única campeona, y la queremos, sin importa que haya perdido o que nos hayan robado la pelea. La queremos y la amamos”.

Junto al papá de Angie no solo estuvo su familia. También estaban amigos y vecinos, que durante los tres rounds acompañaron golpe a golpe a la púgil de 24 años, quien tendrá más oportunidades de lograr su meta olímpica. 

“Que no se aflija. Más y mejores cosas vendrán, tiene mucho por delante. Nosotros la queremos y bastante que hemos ganado. Allá nos dimos a respetar”, expuso el papá.

Por su parte, la hermana de la deportista, Patricia Valdés, también le mandó un mensaje: “Acá te amamos, te esperamos y te haremos ese arroz de coco que tanto te gusta. Mi hermana no se rinde, es una berraca y ella no parará hasta que cumpla su sueño”.