El Unión Magdalena: La importancia de regresar a la A, hasta genera lágrimas
El tradicional equipo samario despierta profundas pasiones en su afición.
Santa Marta es una sola fiesta desde el pasado miércoles. El ascenso a la primera categoría del fútbol profesional colombiano del Unión Magdalena, luego de 13 años de permanecer en la segunda división, ha sido un renacimiento, desde la cenizas si se quiere, para el cuadro samario.
Las miles de voces que gritaban por todo el departamento del Magdalena con emoción el pasado miércoles el triunfo del Cúcuta Deportivo, hecho que selló el regreso a la A de motilones y samarios, solo son un ejemplo que ilustra lo de la importancia del regreso del ‘ciclón bananero’ a la A.
“Importante primero para el fútbol colombiano porque se reeditan los clásicos de antaño. Ya se puede jugar el clásico costeño Junior-Unión. Ya El Junior no tiene que pasar por esa falta de respeto de jugar la fecha de clásicos con dizque Jaguares, con el Once Caldas. Ya se va jugar un partido tradicional”, rescató el veterano locutor samario César Augusto Corbacho a Zona Cero.
Corbacho, nacido en el barrio Pescaíto de Santa Marta, que lleva por sus venas los colores rojo y azul del Unión Magdalena fusionado a su sangre, recordó que además, con este doble ascenso, incluyendo al Cúcuta, podría marcarse un profundo cambio en la forma de organizar el torneo, por parte de Dimayor.
“Se revive la fecha de clásicos en la Dimayor. Además del Unión-Junior, también regresa el de Atlético Bucaramanga-Cúcuta Deportivo. Esto es importante porque vuelve a ver un atractivo para el campeonato”, enfatizó.
En ese mismo sentido se manifiesta el aclamado narrador Emiro Ochoa, uno de los grandes dolientes del cuadro ‘bananero’ durante sus 13 años en la B. Ochoa señala que con el Unión Magdalena, la liga recuperó una marca de tradición en el fútbol colombiano.
“Es importante porque el Unión, como equipo, tiene mucha recordación en Colombia e internacionalmente, de acá salieron jugadores como Carlos ‘el Pibe’ Valderrama. A pesar de que pasaron muchos años, la gente siempre preguntó por el equipo. El momento del golpe del ascenso, nos recibió bien. En general este tipo de cosas llenan de beneplácito a la familia del fútbol”, apuntó el narrador.
Del bolsillo al corazón
Los factores de importancia que revisten el regreso del Unión para los samarios nace en el alma y el fanatismo deportivo, pero también llega hasta los bolsillos de toda una comunidad que, alrededor del cuadro samario, encuentran el sustento desde el rebusque domingo a domingo hasta los proyectos profesionales de los comunicadores.
“Socioeconómicamente también le da un impulso a la ciudad en todo lo que tiene que ver con la hotelería y el turismo, el señor que vende el agua, los dulces, la comida. Además se reactiva la venta de boletería a un precio mucho mejor del que era cuando se jugaba en la B. Incluso, para los medios de comunicación, la publicidad que vendíamos a cinco mil pesos ahora la vamos a vender a cien mil ¿Qué más razones que eso?”, afirmó Corbacho.
Esta relevancia viene enmarcada para Ochoa en la identificación que tienen los aficionados unionistas con su equipo. Para el ‘Mundialista’, como le apodan, la camiseta del equipo es prácticamente la frazada con la cual se cubren los más pequeños desde su nacimiento. Desde ese momento inicia el romance con el cuadro magdalenense.
“Yo digo que el Unión Magdalena es para los samarios como el mar, como el morro o la sierra. Forma parte del diario vivir, es el hijo pechichon. La gente se ‘emputa’ porque el equipo no hace buena campaña, pero ahora con el ascenso, el fervor de la gente, esto demuestra que la afición simplemente estaba esperando a que las cosas se dieran”, expresó.
Tanta incertidumbre, pese al cambio de administración el año pasado, hizo a muchos dudar de que las cosas fueran a tener un buen fin, como el mismo Ochoa aceptó durante la entrevista, pues llegó a pensar que sus ojos no volverían a ver al equipo en primera.
“La verdad que el año pasado, cuando se acabó el campeonato, que ni siquiera clasificamos a los 8, me quedé pensando que así iba a ser muy difícil poder volver a la A. Pero el presidente Eduardo Méndez me dijo que no perdiera la fe. Cada día trae su afán y que la cosa iba a mejorar y este ha sido el año de las retribuciones”, afirmó.
Una gloria extraviada en las lágrimas
Trece años en el descenso es un infierno, deportivamente hablando. Más para un equipo que ostenta el orgullo de haber sido el primer costeño con gran éxito en el fútbol profesional colombia. Los samarios fueron los primeros campeones que tuvo la Costa Caribe.
“El Unión fue uno de los socios fundadores de la Dimayor, por allá en los años 50. Además, fue la primera estrella para la Costa Caribe. Es cierto, Junior ha ganado muchas más estrellas que el Unión Magdalena, pero la primera estrella estuvo acá”, dijo en tono de orgullo Corbacho.
Esa historia de gloria escrita en 1968 tuvo como protagonistas a jugadores como Alfredo Arango, Aurelio Palacio, Jaime De Luque, Pipico, entre varios otros escribieron un primer capítulo de gran gloria para el fútbol costeño en el profesionalismo.
Es por eso mismo que parecía inconcebible el estado de postración al que llegó el Unión, sin estadio y obligado a vagar por el Caribe como los judíos errantes en el desierto, recién liberados de los egipcios, en busca de la tierra prometida: La A. Una situación que a más de uno lo hizo estallar en lágrimas.
“Esta historia de los últimos 13 años tuvo unos momentos muy duros. Muchos claudicaron y nos lo juzgo ni los critico. Cuando el equipo tuvo que irse a Riohacha, Carmen de Bolívar y Ciénaga. Pero el año pasado en Magangué fue el año más duro…”, comentaba Emiro Ochoa, hasta que del otro lado de la línea telefónica por donde Zona Cero lo contactó se comenzó a escuchar el llanto emotivo.
“Madrugar todos los domingos para regresar a la madrugada del otro día era duro, haciendo todos esos esfuerzos para estar con el equipo donde jugara. En ese momento fueron días muy complicados, pero Dios no se queda con nada. Ahora ha llegado el momento de las retribuciones”, dijo completamente desbordado por la emoción.
“La tierra del Carlos ‘el Pibe’ Valderrama, Radamel Falcao García, Alberto Gamero, Carlos Vives y Alberto Linero tenía que tener de vuelta a su equipo en la A. Lo merecíamos”, cerró a su turno Corbacho.
Sin embargo, el Unión Magdalena y su hincha, de corazón siempre orgulloso, seguramente que no volverán a permitir que una lágrima suya sea vista en público. Ya hubo suficiente tiempo para llorar y sufrir. Todo lo que queda es que los vientos que traiga el ‘Ciclón’ sean para mantenerse muchos años más, de dónde no se debió haber movido.