Simon Yates subiendo con Egan Bernal.
Simon Yates subiendo con Egan Bernal.
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El Giro se puso dramático: Yates atacó y Egan Bernal sufrió para seguir de rosa

Daniel Martín ganó la jornada de alta montaña.

El Giro de Italia se animó de repente en una jornada gloriosa para el irlandés Dan Martin (Israel Start Up), ganador en solitario en la decimoséptima etapa disputada entre Canazei y Sega di Ala, de 193 kilómetros, y de apuros para el colombiano Egan Bernal(Ineos), quien pasó apuros hasta ceder un minuto ante Simon Yates, encargado de sacar las flaquezas de la maglia rosa.

Dan Martin, veterano de 34 años, animó la etapa en vanguardia haciendo valer la fuga del día con un remate en solitario que le premió con una valiosa victoria en la inédita cima de Sega di Ala.

Tuvo tiempo el irlandés para gritar al cielo su euforia. Sacó 12 segundos al portugués Joao Almeida, 30 al mejor de los favoritos, el británico Simon Yates y 1.21 minutos a un cuarteto con Bernal, Damiano Caruso, Diego Ulissi y Daniel Martínez.

No hubo descalabro en la general, pero Yates humanizó a Bernal, quien sufrió en la subida final, demostrando una debilidad que también tienen los poderosos. Restando dos etapas de montaña el Giro o está cerrado. Bernal mantuvo tras la crisis la maglia rosa con 2.21 sobre Caruso y 2.23 sobre Yates, el resucitador de la carrera y ya en puesto de podio.

La etapa nació a toda velocidad aprovechando el perfil descendente, cubriendo en la primera hora de carrera 52 kilómetros. La marcha impidió que se formara de inmediato la fuga de rigor, por lo que hubo que esperar hasta el kilómetro 50, cuando se formó una numerosa expedición con 20 hombres.

En la procesión de fugados los españoles Luis León Sánchez y Antonio Pedrero, el líder de la montaña Geoffrey Bouchard, en defensa de su preciado maillot y como mejor clasificado el irlandés Dan Martin, a más de 15 minutos. Hubo licencia para rodar.

No se desesperó la parte noble de un pelotón que se había despedazado en las batallas menores por coger la fuga. Poco a poco se recompuso la etapa, los de delante coronando el Sveseri (3a, 2,9 km al 9,3 por ciento) y los perseguidores dejando margen a los rebeldes.

Los hombres del Bike Exchange de Simon Yates hubieron de asumir el papel de remolcar a la mayoría, donde Bernal y su equipo dejaban hacer a los más interesados en regular las diferencias.

Tras superar la llanura, y a falta de 53 kilómetros de meta, empezó la subida al Passo di San Valentino (1a, 14,8 km al 7,6 por ciento) con la cabeza de carrera compacta y 2.50 sobre el grupo principal. Aquí empezó otro capitulo del calvario de Remco Evenepoel, quedando cortado a las primeras de cambio.

Hubo selección subiendo San Valentino. Dan Martin, Bouchard, Gianni Moscon y el catalán Pedrero sacaron músculo en busca de la cima, abrieron hueco y coronaron con 2.50 minutos de ventaja con la maglia rosa, en cuyo vagón Mikel Nieve celebraba su 37 cumpleaños tirando a saco. En la bajada el navarro sufrió una caída que también afectó a Evenepoel y Ciccone, sexto en la general.

Con el susto en el cuerpo tras el choque del belga contra el guardarraíl, la carrera se lanzó por un breve llano hacia el escenario de la batalla final, la escalada hasta la meta en el inédito Sega di Ala, con 11,5 km al 9,6 por ciento de pendiente media.

A pie de puerto el cuarteto de vanguardia era un sexteto, y la ventaja 1.30 minutos. Enseguida se quedó solo Dan Martin oliendo el triunfo de etapa, pero la maquinaria del Ineos tensaba la cadena a al son de Castroviejo. Vlasov, cuarto de la general, quedó eliminado.

Dan Martin sufríó en solitario en las rampas inéditas y agresivas del puerto a estrenar, perseguido de un agonizante Pedrero, quien que recibió la visita de Yates y Almeida, los encargados de dinamitar la zona noble. Martin coronó su primera victoria en el Giro a lo heroica, sumando el éxito a dos etapas en el Tour y la Vuelta.

Por retaguardia Yates reventó a Bernal y unió fuerzas con Almeida. El colombiano se abrigó en su compatriota Daniel Martínez. Escenas de debilidad para el líder en crudas rampas en las que suele volar, marchaba clavado, sin reacción. Esa debilidad evidente le costó un segundo latigazo de Yates, disparado hacia meta para meter tiempo al jefe y subirse al podio.

Doble objetivo cumplido. No fue una sangría, pero destapar la debilidad de Bernal abre el Giro, pone una interrogante y anima el camino hasta Milán. Restan dos etapas con final en alto y Yates ha visto el camino. Bernal no es invencible.

Este jueves la decimoctava etapa llevará al pelotón de Rovereto a Stradella, la jornada más larga de la presente edición con 231 kilómetros de recorrido. 

EFE
 

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