Alfredo Quintana, portero de balonmano del Porto.
Alfredo Quintana, portero de balonmano del Porto.
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El fallecimiento de arquero de balonmano, recuerda muertes súbitas en el deporte

El cubano-portugués Alfredo Quintana murió tras una falla cardíaca.

La muerte del portero de balonmano Alfredo Quintana, como consecuencia de su grave estado tras sufrir días antes una parada cardiorrespiratoria, se suma a una larga lista de deportistas de relieve que han fallecido por causas similares, muchos de ellos en disciplinas como el fútbol, ciclismo o atletismo.

En el balonmano, el caso de mayor paralelismo fue el del también portero cubano del Portland San Antonio Vladimir Rivero, que el 25 de noviembre de 2004 fue encontrado sin vida en su domicilio en la localidad española de Barañaín. La causa de la muerte fue la rotura de un aneurisma en la aorta.

El campeón olímpico y una de las leyendas del balonmano yugoslavo y croata Zlatan Saracevic perdió la vida a los 59 años el pasado 21 de febrero en Koprivnica (Croacia) por un ataque al corazón al término de un partido del equipo al que entrenaba.

La muerte súbita de los futbolistas Antonio Puerta y Dani Jarque marcaron a la opinión pública española.

Puerta murió el 28 de agosto de 2007 tres días después de desvanecerse sobre el terreno de juego a la media hora del partido entre su equipo y el Getafe, en el estadio Sánchez Pizjuán.

Y Dani Jarque, entonces capitán del Espanyol, murió el 8 de agosto de 2009 de un infarto mientras hablaba por teléfono desde la habitación de su hotel durante una concentración en la ciudad italiana de Coverziano.

Hace ahora casi cinco años, en mayo de 2016, perdió la vida también de forma fortuita el camerunés del Dínamo de Bucarest Patrick Ekeng, que había militado en el Córdoba, mientras jugaba un partido frente al Viitorul. El sufría una cardiomegalia (corazón grande).

El capitán del Fiorentina Davide Astoria corrió en marzo de 2018 la misma suerte que Jarque en la habitación del hotel de Udine (Italia) en la que se encontraba concentrado el club para disputar un partido de liga.

El ciclismo no ha sido ajeno a este tipo de adversidad entre sus deportistas profesionales. Se sospecha que algunos casos de muerte súbita han estado relacionados con el dopaje.

En Holanda, durante la segunda mitad de los ochenta, se produjo un importante aumento de muertes inesperadas de ciclistas por paros cardíacos mientras dormían, llegando a una docena, y se apuntó al suministro de EPO (eritropoyetina) como principal causa.

En el atletismo, los fallecimientos en muchas ocasiones se le ha vinculado con el exceso en la ingesta de agua, con falta de sales vitales para el organismo, durante una carrera de maratón.

Fueron los casos del atleta etíope Alem Techale, que perdió la vida en enero de 2005 mientras entrenaba con su novio Kenenisa Bekele.

El lanzador de peso español José Luis Martínez, el 29 de enero de ese mismo año en su domicilio granadino de Baza, o cuatro años después René Herms, seis veces campeón alemán de 800 metros, que fue encontrado muerto en su domicilio.

Finalmente, la oro olímpica de lanzamiento de martillo Kamila Skolimwska, que se desvaneció mientras entrenaba en un gimnasio portugués de Vila Real de Santo Antonio.

EFE

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