Eduardo De la Ossa, abogado cartagenero.
Eduardo De la Ossa, abogado cartagenero.
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“El Antidopaje me descubrió a mi”: Eduardo De la Ossa, ‘cazador’ de tramposos

El abogado costeño hace parte de la Organización Nacional Antidopaje.

El dopaje es la acción más desleal que podría existir en el deporte. No solo por la falsificación del resultado y la defraudación a la competencia en igualdad de condiciones entre atletas y naciones, sino por las consecuencias que a largo plazo podría tener sobre el deportista. 

Hace pocas horas el reconocido ciclista colombiano Nairo Quinatana fue proclamado ganador de una competencia en la que corrió hace 4 años, la Vuelta a Asturias 2017. El ganador, el español Raúl Alarcón, fue encontrado culpable del uso de sustancias para alterar el rendimiento. 

Su misma ansiedad de triunfo condenó al español a quedarse sin el título y afrontar una larga sanción de cuatro años sin poder participar en el ciclismo organizado en ningún nivel.  

Es decir, el que se dopa, también se mete un cuchillazo por la espalda. 

El abogado cartagenero Eduardo De la Ossa Rodríguez, de 56 años, egresado de la Universidad del Atlántico y hace varios años radicado en Bogotá, integra un grupo especial, la Organización Nacional Antidopaje, que va en cacería y en procura del castigo a quien mancha la nobleza del deporte, ya sea recibiendo las sustancias prohibidas, recomendándolas, induciendo o aplicándola en un tercero. 

“El Antidopaje me descubrió a mí”, comentó desde su oficina en Bogotá De la Ossa a Zona Cero. Este ex juez y fiscal colombiano fue el encargado de realizar la redacción de la ley que creó el nuevo Tribunal Antidopaje. 

Se espera esa sea la herramienta más eficiente e imparcial para la administración de la justicia para aquellos que desafíen La Convención Contra el Dopaje de la Unesco, que se firmó en Lausana, Suiza, el 19 de noviembre del 2005 y a la cual el Gobierno Colombiano se adhirió. 

El abogado capacitador 

Eduardo De la Ossa, durante una presentación.

Para muchos parece un contrasentido que sea un abogado y no un científico, cuando no al menos un médico, uno de los principales encargados para la ejecución de la caza de los tramposos. 

La integración de este letrado al mundo de la lucha contra el doping se dio casi por casualidad, en el año 2016, cuando ingresó a trabajar al hoy liquidado Coldeportes, por recomendación del ahora recién elegido presidente del Comité Olímpico Colombiano. 

“A través de Ciro Solano supe que necesitaban un penalista para el tema disciplinario, presento mi hoja de vida y me llamaron. El tema me pareció novedoso, porque en mi época los controles no existían”, recordó. 

Y es que De la Ossa fue atleta en sus años de juventud. 

“Cuando niño estuve en el atletismo, como deportista y después, en el colegio de jueces y en el juzgamiento”, manifestó. El tema de las normas fue algo que siempre lo sedujo, al punto de llevarlo a estudiar derecho, años más tarde, en la Universidad del Atlántico, donde se nutrió en una generación de excelsos abogados, aprendices de una bendita planta de profesores. 

Tras un año de estar trabajando en el órgano rector del deporte en Colombia, Eduardo De la Ossa recibió la oportunidad de ir a una capacitación en Lima, Perú. Lo cual significó un antes y un después para él. 

“En 2017 Coldeportes me envió a Lima con la Agencia Mundial Antidopaje (WADA, por sus siglas en inglés) y pude darme cuenta de que el código es muy parecido al Código Penal y Sistema Penal Acusatorio de Colombia. Me sentí con mucha ventaja con respecto a los abogados que estaban ahí, que no tenían ese conocimiento”. 

Unos cuantos años después, Eduardo De la Ossa es la persona a quien la WADA, El Comité Olímpico Colombiano y el Ministerio del Deporte, envían por todo el continente a dictar las charlas por todo el territorio americano. 

“Ahora mismo yo soy el capacitador, he estado en República Dominicana, Brasil, Perú, Uruguay, Argentina y soy consultor de varios gobiernos en temas contra el dopaje”, explicó. 

¿Qué se considera dopaje?

Análisis de dopaje.

La WADA toma en cuenta tres factores fundamentales para considerar una práctica como dopante y prohibida. En primer lugar, la mejora del rendimiento, en segundo lugar que pueda producir potencial daño en la salud del deportista y por último, que sea incompatible con los valores del deporte.

Sin embargo, en el país existía la errada creencia, avalada incluso por la ley, de que las sustancias dopantes eran solo las que creaban dependencia. 

“Eso era una idea equivocada. Para eso se tuvo que realizar modificaciones a las leyes del país. La ley 2083 reformó el Código Penal en su artículo 380, al quitar la frase 'produzca dependencia'. Era necesario aterrizar el Código Penal colombiano a la realidad del dopaje, de que el 99% de las sustancias no generan dependencia”.

Además, la reestructuración de la norma permite que los que le vendan o suministren sustancias dopantes, van a recibir el peso de la investigación tanto como aquel que las reciba. 

Todo esto va en el marco de una estrategia de educación de la cual es responsable el director de Organizaciones Nacionales Antidopaje, el Ministro del Deporte Ernesto Lucena y este delegó en un coordinador, el doctor Orlando Reyes, quien es quien maneja varias áreas, como son la educación basada en valores. 

“No le puedes decir al deportista ‘te voy a suspender’, lo que se tiene que hacer es énfasis en el juego limpio y la transparencia. Lo primero que debe enfrentarse un deportista es a la educación, no al castigo. Por ley en Colombia, esa obligación la tiene la Organización Nacional Antidopaje y los clubes y ligas, que deben desarrollar programas de la mano”, instruyó De la Ossa. 

“En nuestra Costa Atlántica lamentablemente, a menos que haya un evento importante, solo han vivido del momento. En cambio, en Caldas nos invitan cuatro veces al año, en comparación con Magadalena, Bolívar y Atlántico que poco toman en cuenta esto”, comentó. 

Así se ‘caza’ a los tramposos 

Generalmente los métodos dopantes son inyectados.

Eduardo De la Ossa Rodríguez está en el área jurídica de la Organización Nacional Antidopaje, la “Gestión de Resultados”, la cual se encarga de llevar adelante las acusaciones y pugnar por las sanciones del caso a los tramposos, pero esta es solo una pequeña parte de organización, cuya finalidad real y esfuerzos reales van en un 90% a la prevención.

“El área de Control e Investigación mira qué deportes tienen en Colombia mayor riesgo de dopaje. Hay unos indicadores que muestran cómo puede haber un riesgo de dopaje. Por ejemplo, deportes donde hay grandes premios en dinero, deportes donde se necesita mucha fuerza o deportes priorizados en el país para eventos internacionalizados, como el patinaje, ciclismo, pesas y el fútbol”. 

“En cada región hay indicadores que se priorizan en función de los deportes más importantes. Ellos preparan a los oficiales antidopajes, que con la nueva ley ya no tienen que ser médicos, sino cualquier profesional lo puede hacer con una preparación técnica”, afirmó. 

Una de las teorías que manejan los investigadores de la Organización Nacional Antidopaje es la llamada de los ‘Peones y los Reyes’. Esta apunta a que no solo los que luchan por el triunfo final son los susceptibles al dopaje. Los atletas de segunda línea, de respaldo, gregarios, coequiperos, o como se les quiera llamar, podrían ser sometidos a procesos de doping. 

Es por eso que entran a jugar otras áreas como la de “Inteligencia”, que hace una revisión diaria de los resultados y cambios en el rendimiento de los deportistas, además de sus redes sociales para verificar su comportamiento personal. Además,  de verificar las denuncias anónimas. 

Igualmente existe el “Grupo Registrado de Control”, diseñado para personas de alta prioridad para las pruebas, integrado por agentes que van a las casas de los atletas a realizar un monitoreo, seguimiento y controles a atletas excelencia.

Otra de las unidades es la de “Paradero”, a la cual los deportistas deben reportar sus datos de estadía durante varios meses. Los atletas señalan en una plataforma dónde van a pernoctar cada noche y los datos de su rutina diaria entre 6:00 a.m. a 10:00 p.m..

Finalmente, la parte más técnica y científica de las que están encargados es el área del famoso “Pasaporte biológico”, que es una serie de analiticas y tomas de sangre y orina periódicas que miden las condiciones del organismo de un deportista y se suben mensualmente una plataforma que con el tiempo detecta los cambios bruscos en sus variables.

Son todos estos seguimientos los que le permiten al departamento Gestión de resultados abrir las causas del caso contra los infractores o aquellos que resulten con un “analitico adverso”.

“Mucha gente dice que los deportistas dan positivos en un antidopaje, pero su nombre real es ‘resultado analitíco adverso’, pues en el dopaje no hay nada positivo”. 

Reformas contra el dopaje

El presidente Iván Duque entregó el nuevo laboratorio antidopaje.

La WADA realiza cada cierto tiempo una revisión, país a país, para establecer la forma en que se están cumpliendo el código antidopaje. En el continente americano, sólo tres países alcanzaron el ‘Grupo 1’, el de mayor clasificación: Estados Unidos, Canadá y Colombia, al ser los países con mayor desarrollo y compromiso en el cumplimiento de estas normas. 

Sin embargo, dos recomendaciones especiales le hizo la entidad al país, las cuales fueron subsanadas hace pocos días por el Presidente, Iván Duque. 

“Luego de la revisión se dijo que había un riesgo por la forma en que se estaba administrando el laboratorio antidopaje de Bogotá y de otro, que no había independencia en el juzgamiento de las personas que incurran en las faltas contra el código antidopaje”, explicó De la Ossa.

Así las cosas, el primer movimiento que se hizo fue cambiar la dependencia del laboratorio de la oficina de Posicionamiento Deportivo a estar directamente bajo la dirección puntual del Ministro de Deportes. 

Para el segundo hizo falta una reforma muy profunda. 

“En muchos deportes, como el fútbol, el voleibol, las pesas, no había independencia en el juzgamiento, pues los casos de dopaje eran juzgados en segunda instancia por sus mismas federaciones, lo cual no tenía sentido. De otro lado, los deportistas paralímpicos huían del juzgamiento alegando que el Comité Olímpico Colombiano, el ente encargado de dirimir estas causas, no los acogía”, describió a grandes rasgos. 

Tanto era el problema, que la ministra de Justicia del momento, Margarita Cabello Blanco y el mismo Mindeporte, Ernesto Lucena, encargaron en De la Ossa la redacción del proyecto, que más tarde se transformó en la ley 2084 de 2021.

“Con esa ley se creó el Tribunal Nacional Antidopaje, que juzga en primera y segunda instancia, ya sea profesional o aficionado, paralímpico y olímpico, a los deportistas infractores”, destacó. 

“Crea dos salas: una de primera instancia para todos los deportes y que dictan una sanción donde se castiga o absuelve a los atletas o personas vinculadas a la investigación de una posible falta. Si apelan, pasan a Sala de Apelaciones la cual dará el fallo de fondo, a menos que sea un deportista de nivel internacional, ahí podrán ir al TAS”, añadió. 

Cabe destacar que los ‘deportistas de nivel Internacional’ son aquellos que están en una lista de la federación Internacional de su deporte, así que no todos podrán optar a esta resolución. 

“Los magistrados serán escogidos a través de una convocatoria pública que hará el Ministro del Deporte con una resolución y la escogencia la harán los presidentes del Comité Olímpico Colombiano, el Comité Paralímpico Colombiano y la Federación de Medicina Deportiva de Colombia. En cada sala debe haber al menos una mujer y serán 6 magistrados, tres por cada sala”, detalló. 

Así las cosas, Colombia espera mantenerse en la vanguardia continental de la lucha contra un flagelo que cada día evoluciona para mantenerse escondido en las sombras, atentando con aquellos que día a día hacen el sacrificio de ser mejor para representar con honra a su tierra, afinando a pulso un talento que es un milagro en sí mismo. 

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