El fiscal Marcelo Pecci y Ronaldinho durante las diligencias judiciales.
El fiscal Marcelo Pecci y Ronaldinho durante las diligencias judiciales.
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Archivo y redes.

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Cuando el fiscal Pecci puso a jugar detrás de las rejas a Ronaldinho en Paraguay

El escándalo más sonado del astro brasileño tuvo la mano del inmolado fiscal.

La noticia se regó como pólvora por el mundo. El viernes 6 de marzo del 2020, mientras intentaba ingresar a Paraguay, el campeón mundial y estrella del fútbol, Ronaldinho fue detenido. Fue cuando iniciaba uno de los escándalos más grandes en la vida de la estrella brasileña.

Para esos primeros días la crisis del Covid-19 comenzaba a explotar en todo el mundo y Marcelo Pecci era coprotagonista. Dos años más tarde sería asesinado en un atentado criminal en las playas caribeñas de la isla de Barú, en Cartagena, en Colombia.

Por esas cosas de la vida, uno de los encargados de llevar las riendas de los casos en los tribunales fue el hoy asesinado Marcelo Pecci.

El destino quiso que en aquel momento el implacable fiscal que perseguía el delito y a las mafias en tierras guaraníes tuviera en sus manos el destino de la ex estrella del Barcelona y el PSG.

Resulta que en la actividad de su papel como acusador, estaba detrás de una banda delincuencial que se encargaba de ingresar de manera irregular a Paraguay a personas, a través de documentación falsa.

Pecci, al igual que sus compañeros Federico Delfino y Alicia Sapriza realizó en subsiguientes días varias averiguaciones para establecer la verdad detrás de los hechos.

Pecci, en conjunto con Delfino y Sapriza determinaron que Ronaldinho y su hermano Roberto Moreira habían sido contactados legítimamente para apoyar una compaña contra la pobreza infantil en Paraguay.

Pero, que, a la hora de ingresar al país, las personas que los contactaron, por algún motivo que pudo ser facilitar temas de impuestos les dieron cédulas de identidad civil falsas a los dos para hacerlos pasar como ciudadanos paraguayos.

Cedula falsa de Ronaldinho en Paraguay.

Eso sí, en sus acusaciones Pecci y sus compañeros sostuvieron que Roberto tenía conocimiento de la falsedad del documento.

Gracias a esto la Fiscalía logró un preacuerdo con los hermanos brasileños, mas sin embargo un juez de ese país rechazó el acuerdo y envió a los dos brasileños a una cárcel.

Por cinco meses ‘Dinho’ estuvo detenido mientras que el trío de fiscales avanzaba en la investigación. El brasilero llegó a integrar un equipo de fútbol con otros presidiarios y se paseó con ellos en un torneo intramural en el cual se ganaron de premio un lechón, del cual dieron un pernil al equipo subcampeón.

Durante el tiempo de su retención, Ronaldinho cumplió 40 años. Personas que compartieron patio del centro de reclusión manifestaron que, aunque llegó a estar deprimido por lo sucedido, nunca dejó de tener una sonrisa en el rostro y chispa en su mirada.

Ronaldinho jugando en prisión.

Luego de un mes tras las rejas, la fiscalía de Pecci, Delfino y Sapriza logró acordar una medida de retención en un hotel de Asunción. Ahí estuvieron confinados durante otros 4 meses.

Finalmente, el 25 de agosto Ronaldinho y Roberto fueron liberados. El juez Gustavo Amarilla (de manera paradójica, apellido futbolero en ese país) les levantó las restricciones siempre y cuando pagaran entre los dos unas multas por daños que ascendieron a los 200 mil dólares.

Ronaldinho pasó la página y siguió con sus actividades comerciales y de imagen dejando en el pasado su impasse con la justicia guaraní.

Sin embargo, el destino no fue tan generoso para Pecci. La mañana de este martes 10 de mayo, mientras pasaba su luna de miel en las playas tropicales, dos sicarios le apuntaron y ultimaron desde unas motos acuáticas para luego darse a la huida.

La sangre que emanó de su cuerpo se mezcló con la arena del Caribe. Derramada luego de sus múltiples investigaciones y golpes a las estructuras criminales organizadas y narcotraficantes de su país.

Pagó demasiado caro, en un instante de intimidad y amor, el servicio por la justicia.