La Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) homenajeó este domingo a sus dos máximas leyendas, Edson Arantes do Nascimento 'Pelé' y Mario Jorge 'Lobo' Zagallo', en la final de la Supercopa entre Palmeiras y São Paulo, en el estadio Mineirão.

La CBF exaltó el eterno legado de Pelé, fallecido el 29 de diciembre de 2022, rebautizando este trofeo que enfrenta cada año a los campeones de Liga y Copa como 'Supercopa Rei'.

Asimismo, los organizadores del Mineirão, en Belo Horizonte, colocaron tronos a la llegada del estadio para exaltar al considerado por muchos mejor futbolista de todos los tiempos.

La cancha también fue decorada con referencias al triple campeón mundial con la Canarinha.

"Pelé está en el corazón, en el alma, en la sangre de todo el mundo que ama el fútbol. Tener una copa en su homenaje es un gran privilegio", declaró Flávia Christina Kurtz, una de las hijas del 10 y quien participó en la ceremonia de apertura de la final.

El Mineirão recordó también a Zagallo, quien murió el mes pasado a los 92 años de edad, con un minuto de silencio antes del inicio del choque entre los dos conjuntos paulistas.

Además, la imagen del único hombre con cuatro títulos mundiales, dos como jugador (Suecia 1958 y Chile 1962), uno como entrenador (México 1970) y otro como coordinador de la Canarinha (Estados Unidos 1994), apareció en la pantalla del estadio en el minuto 13, en alusión a su número de la suerte mientras fue técnico.

"Pelé y Zagallo son dos ídolos de nuestro fútbol y la CBF siempre va a reverenciarlos. Son eternos y estamos aquí para exaltarlos y recordar las bonitas historias que escribieron con la pelota en los pies", expresó el presidente de la CBF, Ednaldo Rodrigues, en una nota.

El minuto de silencio de antes del partido también sirvió para homenajear a Osvaldo Domínguez Dibb, histórico presidente del Olimpia paraguayo y padre del actual presidente de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), Alejandro Domínguez.

'ODD', como se le conocía en Paraguay, murió el viernes pasado a los 83 años en Asunción.

EFE