Carolina Redondo y José Jorge Molina recordando el día de su boda.
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Leonardo Olivares

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"Transportarme en bicicleta hasta mi boda fue un momento especial con mi papá”

Carolina Redondo, la joven que se fue en la bicicleta de su papá hasta la iglesia donde se iba a casar en La Guajira, aún no cree que por ese hecho tan simple sea famosa.

Carolina Redondo solo quería revivir uno de los momentos más bellos de su vida: cuando salía en bicicleta con su papá y él la llevaba en la parrilla a recorrer las principales calles de Distracción, La Guajira.

Su deseo se cumplió el día de su boda, cuando le propuso a César Redondo, su padre, que la llevara en la cicla color negra de más de 30 años que tenía en la casa.

“Esa ha sido la bicicleta que ha acompañado a mi papá todos los días. Ella llegó a la casa porque mi papá tenía un negocio de ventas de bicicleta y todos en la familia tuvimos la nuestra”, contó para Zona Cero la ingeniera de sistemas.

A Carolina le resulta difícil de creer que una acción tan pequeña como ir dos cuadras en bicicleta hasta la Iglesia Santa Rita de Distracción el 10 de enero, se haya convertido en todo un acontecimiento viral.

Momento en que Carolina Redondo llegaba a la iglesia transportada por su papá.

“Yo tenía la posibilidad de ir en los carros de la familia, pero yo quise así. Transportarme en bicicleta hasta mi boda. Fue mi momento especial con mi papá y quise que quedara perpetuado”, agregó.

La joven de 33 años de edad recuerda de ese sábado en la mañana que su papá estaba más nervioso que ella.

Nosotros practicamos días antes de la ceremonia para que no se presentara nada malo y todo salió muy bien, gracias a Dios”, agregó la ingeniera.

Nada de esto hubiese sido posible sin la complicidad de José Jorge Molina, un guajiro de 36 años de edad, quien describió a Carolina como su amor platónico.

“Nosotros nos criamos juntos y nos veíamos en el colegio. Yo me fui a vivir a Australia y nos reencontramos hace cinco años largos por Facebook. Le mandé la invitación y desde ahí comenzó la relación”, contó el ingeniero de sistemas.

La pedida de mano parece sacar de una historia de novela.

“Por un tiempo corto estuvimos separados y mientras nos veíamos por Skype él organizó todo para pedir la mano. Compró el anillo aquí en Colombia con la ayuda de un amigo y varios de nuestros conocidos me sorprendieron con la pedida de mano”, agregó Carolina.

Carolina y José Jorge se casaron en 2013 en Australia pero querían la bendición de Dios y la presencia de la familia, por lo que decidieron hacer una ceremonia en Colombia.

Novia sobre ruedas

César Redondo llevó a su hija al altar en bicicleta para rememorar la infancia.

Su vestido largo, tacones y ramo de flores no fueron impedimento para que Carolina se subiera en la bicicleta. El transporte de acero inoxidable, con silla cómoda y una parrilla adaptada para llevar a otra persona fue decorado al mejor estilo de los carros clásicos y lujosos en los que se embarcan las novias para el altar.

Carolina agarró la espalda de su papá y sin ayuda de nadie se montó.

Cuando llegó con la idea, yo creía que me estaba mamando gallo, pero al ver la insistencia de ella yo me puse a practicar y gracias a Dios todo salió como se quería”, contó César en diálogo con Zona Cero.

El padre guajiro aceptó que los nervios lo invadieron pero que en cuanto comenzó a pedalear, se le pasó.

“La verdad yo la quería llevar por las principales calles pero ella estaba de afán porque íbamos 20 minutos tarde. Yo me di cuenta que la cosa fue bonita porque todos salieron de la casa a mirar a Carolina y sacaban los celulares para tomar fotos”, recordó.

La satisfacción se César aumentó cuando vio salir a su única hija casada y de la mano de un hombre que considera maravilloso.

En luna de miel

Por ahora, Carolina y José Jorge disfrutan de su luna de miel, visitando a familiares y programando un viaje romántico a la playa. Los guajiros son como cualquier pareja normal y juntos tienen una compañía de sistemas y consultoría en Australia, la cual es muy próspera.

Como todos recién casados, sueñan con agrandar la familia pero ahora se dedican a disfrutar del matrimonio y del apoyo mutuo.

Con lo que la joven pareja concuerda es que jamás se imaginaron que un hecho tan simple como transportarse por 30 minutos en bicicleta de la casa de sus padres hasta la iglesia se convertiría en un gran evento viral en las redes sociales.