El Jueves Santo es la conmemoración de la última cena de Jesús con los 12 discípulos.
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Jueves Santo, día para orar en familia y visitar los monumentos

Esta tradición religiosa reúne a cientos de fieles en torno a la palabra de Dios y el lavatorio de los pies.

Los monumentos o altares a Jesús Sacramentado que se erigen para el Jueves Santo en todas las iglesias católicas del mundo, con el fin de que sirvan como altar de adoración del cuerpo de Cristo, siempre han constituido un motivo de admiración para los que asisten a los templos, ya que son realmente obras de arte.

Estos altares son diseñados por personas expertas, que de manera desinteresada ofrecen a la iglesia sus servicios para confeccionarlos, de tal forma que sea una obra atractiva y digna para ubicar el copón en el que se guarda el cuerpo de Cristo como reserva para brindar la comunión a los que asisten a los actos religiosos del Viernes Santo.

Los monumentos o altares al Santísimo Sacramento se inspiran en pasajes bíblicos que recuerdan al pueblo cristiano que Jesús es el verdadero pan de vida, Jesús es el camino, la verdad, la luz del mundo. 

Esta tradición cristiana se practica desde los siglos I y II, d.C. y desde entonces los católicos creyentes se acercan a las iglesias el Jueves Santo para participar en la adoración del Santísimo Sacramento.

Los monumentos de las iglesias católicas son muy populares en Semana Santa.

Esta actividad religiosa de la adoración de Jesús Sacramentado va muy unida a la devoción de los cristianos de visitar las siete Iglesias, como muestra de fe y amor a Cristo. Los católicos durante el Jueves Santo recorren diferentes parroquias visitando los monumentos, y sobre todo pidiéndole deseos o favores para su bienestar espiritual.

El monumento está custodiado según la tradición romana, por centuriones o guardias de honor que no permiten que persona alguna se acerque a perturbar la paz de la contemplación a Jesús Sacramentado.

La misa del Jueves Santo

La misa de este día es una conmemoración a la última cena que celebró Jesús con sus discípulos .Por eso, sin tener nada distinto de la misa estándar, la liturgia destaca el canon y le da una especial solemnidad.

El Evangelio no se refiere a la fundación de la Eucaristía, sino al lavatorio de los pies que precedió a la santa cena; un acto que destaca como muestra del amor fraterno empezando por los más necesitados. 

después de la misa se celebra el lavatorio de los pies, para el que tradicionalmente se han elegido pobres de solemnidad tal como mendigos. Y después del lavatorio viene la gran solemnidad eucarística, que se anticipa ya en las bellísimas antífonas: Ubi cáritas et amor, Deus ibi est: Donde hay caridad y amor, allí está Dios, el amor de Dios nos unió.

Es tal la importancia de esta celebración que la misma sale del templo religioso para recorrer las calles y plazas de las poblaciones católicas. 

Opinó del Arzobispo Jairo Jaramillo Monsalve sobre el Jueves Santo

“Con la misa de la Cena del Señor iniciamos el Triduo Pascual, en la celebración recordaremos la institución del Orden Sacerdotal, la Eucaristía y la entrega del mandamiento del Amor. 

Aquí estamos Señor para acompañarte esta noche, nuestra familia quiere estar en tu corazón, queremos ser iluminados por la luz de tu amor y aprender de ti la virtud del servicio.

Haz Señor que nuestros corazones sean cada día más semejantes al tuyo, que podamos entender que lo que esperas de nosotros es misericordia y no sacrificios

que superemos con el diálogo las dificultades que se nos presenten y dóciles a tu voluntad seamos constructores de Paz.

Condúcenos Padre amoroso en el camino que lleva hacia a ti, que tus planes sean los nuestros y nuestros proyectos no difieran con tu voluntad.

Amén”, expresó el Arzobispo.

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