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Claudia Quintero Reales (derecha), presidenta y directora creativa de la Fundación Tejiendo Hilos de Fe By Esperanza.
Claudia Quintero Reales (derecha), presidenta y directora creativa de la Fundación Tejiendo Hilos de Fe By Esperanza.
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Cortesía

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Claudia Quintero Reales, elegida Mujer Cafam del Atlántico

Es la directora de la Fundación Tejjiendo Hilos de Fe By Esperanza.

La versión 33 del Premio Cafam a la Mujer reconoce, por el Atlántico, la labor de la barranquillera Claudia Quintero Reales, presidenta y directora creativa de la Fundación Tejiendo Hilos de Fe By Esperanza, que trabaja por la comunidad de artesanos y mujeres privadas de la libertad del Centro de Rehabilitación El Buen Pastor de esta ciudad. 

"Este es un reconocimiento al trabajo que hemos realizado desde hace varios años, con el propósito de aportar a construir país con una educación inclusiva y de transformación social vista desde la resocialización y resignificación de las mujeres privadas de la libertad y los artesanos que también han participado en la elaboración de nuestras obras de arte", expresó la barranquillera. .

Desde el 2018, la diseñadora de modas y administradora de empresas encontró en las internas de este centro, la fuerza productiva de su empresa que diseña accesorios religiosos. Más allá de eso encontró una gran motivación para su vida, en la que le ha dado alas a más de un centenar de mujeres que esperaban una segunda oportunidad. 

"Reconocimientos como éste nos brinda posibilidades de visibilizar el trabajo que se realiza en este centro, fortalecer el proyecto y tener la oportunidad de replicarlo en toda la región Caribe”, agregó la diseñadora y administradora.

Claudia Quintero, vinculada a la docencia hace 29 años, recibirá el premio a Mujer Cafam Atlántico el próximo 7 de marzo del presente año en la ciudad de Bogotá con la oportunidad de ser escogida entre 29 mujeres más del país, como Mujer Cafam de Colombia. 

Con la Fundación Tejiendo Hilos de Fe By Esperanza, un pequeño equipo de colaboradores, su familia, y el apoyo de la dirección del penal, emprendió su tarea al interior del centro. Montó el taller Esperanza, donde las ha capacitado en artes y oficios, fortalece sus competencias laborales y remunera bajo el proyecto de resocialización más importante de esta institución carcelaria. Es así como las internas realizan talleres culturales y de producción de accesorios, manillas, artículos religiosos, línea de hogar y hasta maquilas para diseñadores de moda. 

Con las Alas de Esperanza, las internas recorren con los productos que elaboran ferias de moda como: Colombiamoda en Medellín, Farex en Cartagena, Nuestra Herencia en Miami, Manos de Oro en Popayan; se movieron por el BID, el Museo del Carnaval de Barranquilla, en partidos de Selección Colombia y hasta  diseñaron y elaboraron un vestido para la Reina del Carnaval Valeria Charris llamado Sueños de Esperanza, en acciones que hacen parte de su vinculación en temas de ciudad para visibilizar su transformación ante la sociedad.

El taller Esperanza 

Claudia Quintero en el taller Esperanza.

De un momento a otro, comenzaron a salir rosarios, escapularios, mosquetones, denarios, pulseras y collares católicos del Centro de Rehabilitación El Buen Pastor.
Lo que comenzó con 11 internas tomó forma con un taller, con máquinas, materiales, muchos canutillos, hilos y mostacillas, entre otros elementos. Hoy son más de un centenar de internas que han pasado por Esperanza y cerca del 90 por ciento de la población involucrada en el proceso que ha representado una transformación en sus vidas.

“Siempre de la mano del Centro de rehabilitación Buen Pastor, se inició el proceso que lleva más de cuatro años. Comenzamos a descubrir habilidades y destrezas en estas mujeres, también sus necesidades y motivaciones. Las articulamos y fomentamos la automotivación. Tener un espacio dentro de la institución fue importante y con ello, cada quién encontró su rol, se incentivó el espíritu de liderazgo y se dejaron atrás los errores por los que ellas están ahí”, cuenta Claudia.

Las internas reciben capacitaciones, se les asignan tareas de acuerdo con sus competencias manuales con las que perfeccionan lo que sabían hacer y otras comenzaron a aprender de un universo nuevo. 

 

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