Los jóvenes alzaron sus voces para llevar un mensaje de paz.
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Leonardo Olivares

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Así fue la 'Apertura del Año de la Misericordia' en Barranquilla

Los barranquilleros se preparan para darle la bienvenida a un año lleno de paz, armonía y mucha tranquilidad.

La Catedral fue el epicentro de una gran concentración de creyentes, quienes acudieron al llamado de la iglesia católica para darle la bienvenida al 'Año de la Misericordia'. El atuendo para esta cita debía ser blanco, y así fueron quienes decidieron pasar esta tarde y noche, en la presencia de Dios. 

A las afueras de la Catedral, un grupo de jóvenes amenizó el momento.

Las nuevas generaciones también fueron protagonistas en este evento, interpretando distintos instrumentos como la trompeta, el clarinete y la flauta mientras el coro elevaba sus voces. Sin lugar a dudas fue uno de los momentos más armónicos de este evento. 

Con una magna ceremonia, se le dio la bienvenida al 'Año de la Misericordia'.

''Misericordia es la ley fundamental que habita en el corazón de todas las personas'' con estas palabras los creyentes se acercaron al púlpito para recibir la respectiva hostia, que representa el cuerpo de Cristo.

La iglesia se ilumino con los tradicionales fuegos artificiales.

El evento concluyó con un hermoso espectáculo de fuegos pirotécnicos, los cuales iluminaron el cielo de la catedral. Barranquilla le abrió las puertas al nuevo año, el cual, según la iglesia, será de gran importancia para la fe católica. 

El evento

La Catedral Metropolitana María Reina se convirtió en el epicentro de los miles de católicos que peregrinan en el Atlántico, quienes desde las 2:30 de la tarde del domingo 13 de diciembre,participaron de la jornada de confesiones comunitarias realizada por decenas de sacerdotes de la Arquidiócesis de Barranquilla, como parte del requisito para recibir indulgencia plenaria que brindan los jubileos al visitar uno de los lugares declarados santos, como en el caso del templo madre: confesión, comunión y oración por las intenciones del Papa.
 
Seguidamente, a las 4 de la tarde monseñor Jairo Jaramillo Monsalve, Arzobispo de Barranquilla rezó de pie frente a la puerta central antes de atravesarla, luego la golpeó con un martillo tres veces pronunciando "ábreme las puertas de la justicia, entrando por ellas confesaré al Señor", como símbolo del deseo de derrumbar los muros que impiden el camino cristiano y que una vez traspasados se encuentra con el amor y misericordia de Dios. 
 
Justo detrás del prelado entraron en procesión centenares de niños, jóvenes, familias, movimientos apostólicos, religiosas, autoridades civiles y militares, sacerdotes del Atlántico, el Arzobispo Emérito de Cartagena y el de Santa Marta, y el Obispo Auxiliar de Barranquilla, como signo de la diversidad de carismas y la comunión que ofrece la Iglesia Universal y de los miles de fieles que pasarán por allí hasta el 20 de noviembre del próximo año, fecha hasta la que se extenderá la gracia del Año del Jubileo extraordinario de la Misericordia anunciado por el Papa Francisco el pasado abril de 2015, como parte de la tradición de la Iglesia para la expiación de los pecados y dar consuelo espiritual a los cristianos, que en el caso de Colombia, es necesario para apaciguar las heridas que permanentemente deja la violencia.
 

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