El director Sam Mendes (centro) junto a su equipo de producción.
El director Sam Mendes (centro) junto a su equipo de producción.
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EFE

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‘1917’ arrasa en los BAFTA y se convierte en favorita para ganar el Óscar

La cinta de Sam Mendes venció a películas como ‘El irlandés’ y ‘Había una vez en Hollywood’.

El largo plano secuencia, simulado, de "1917" se impuso en los premios Bafta al acumular siete máscaras doradas en una noche en la que las grandes perdedoras fueron "El irlandés" y "Había una vez en Hollywood".

La cinta de Sam Mendes hizo buena su originalidad y la fuerza narrativa de su imagen y cercanía para alzarse como la gran triunfadora en la noche londinense.

En un Royal Albert Hall a rebosar, el triunfo de "1917" le confirmó como la gran favorita en la carrera hacia los Óscar, donde parte con diez candidaturas

A la 73 edición de los Bafta llegó con nueve, de los que obtuvo siete: mejor película, mejor director, mejor filme británico, mejor sonido, mejor fotografía, para el exquisito trabajo de Roger Deakins, mejor diseño de producción y mejores efectos visuales. Solo se le escaparon los de mejor música y mejor maquillaje y peluquería.

Coronavirus y Brexit

Apenas había dudas antes del comienzo de la gala del triunfo final de "1917", que no inmutó a un impasible Quentin Tarantino en las butacas del teatro londinense.

La película del americano fue una de las grandes decepciones de la noche, al solo hacerse con uno de los diez galardones a los que optaba.

Sin embargo, el único con el que se hizo fue de los más celebrados, al recaer en Brad Pitt, ausente por motivos familiares.

Recogió el premio por él su compañera de reparto Margot Robbie y, con el discurso que dejó escrito Pitt, despertó alguna de las mayores carcajadas de la noche al hacer referencia al manido Brexit.

"Hola, Gran Bretaña. ¿Qué tal está lo de ser soltero? Bienvenido al club", fueron las palabras que Robbie leyó del puño de Pitt.

También se convirtió en una de las estrellas Rebel Wilson, que entregó el Bafta a mejor director y que se ganó al público con un discurso en el que atizó a la película "Cats", que obtuvo cero nominaciones, y en la que recomendó el uso de la máscara de los Bafta para evitar contagiarse el coronavirus.

Pero, si a Tarantino le fue mal, peor lo pasó Martin Scorsese, desaparecido en la gala quizás oliéndose el naufragio. Su cinta "El irlandés", pese a las diez candidaturas que presentaba, no se llevó nada.

Sí tocó metal "Joker", pero muy lejos de las expectativas que había creado. La película que trata los inicios del villano de Batman optaba a once Bafta, como en los próximos Óscar, pero solo pudo hacerse con tres.

Mejor música original (para la islandesa Hildur Guðnadóttir, que ya se llevó el Globo de Oro), mejor casting y mejor actor protagonista fue el botín del film protagonizado por Joaquin Phoenix.

El actor, al recoger su premio, dejó uno de los pocos momentos reivindicativos de la velada al apelar a la inclusión en esta clase de premios, recordando que la academia ha olvidado a grandes actores en el pasado por su color de piel.

"Les agradezco que a mí me han apoyado mucho, pero otros compañeros no pueden decir lo mismo", aseveró un Phoenix que mantuvo la seriedad desde que apareció en la alfombra roja hasta que se esfumó en el Royal Albert Hall.

Mucho más recatada estuvo Renée Zellweger al levantar la máscara a mejor actriz protagonista. Su papel en "Judy", el biopic que relata los últimos conciertos de Judy Garland en Londres, le valió este premio y un discurso en el que se centró en halagar a sus rivales, entre las que se encontraban Scarlett Johansson y Margot Robbie.

Ha sido un honor competir con ustedes esta noche", afirmó.

Y en el apartado de actriz secundaria, se cumplieron los pronósticos y la ganadora fue Laura Dern por su papel de abogada en "Historia de un matrimonio", que ya le valió el Globo de Oro y por el que también es la gran favorita al Óscar.