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Michelle Bachelet, alta comisionada para los DDHH de la ONU.
Michelle Bachelet, alta comisionada para los DDHH de la ONU.
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Bachelet pide acuerdo entre Gobierno de Duque y Congreso sobre la Justicia de paz

Pidió una "decisión rápida" por parte de los poderes del Estado para que el JEP pueda operar "de una manera más independiente".

La alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, pidió hoy un rápido acuerdo entre el Ejecutivo y el Congreso de Colombia para que la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) empiece a funcionar, conforme lo estableció el acuerdo de paz con las FARC.

Se trata de un tribunal que debe juzgar los crímenes de guerra durante el conflicto interno en ese país, pero su puesta en marcha se ha retrasado por la reciente decisión del presidente colombiano, Iván Duque, de vetar seis artículos de la Ley Estatutaria de la JEP.

"Dos años después de la firma del acuerdo de paz, aliento al Gobierno a implementar la JEP de una manera integral", declaró la alta comisionada en la presentación de los informes de su oficina acerca de una serie de países ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, que se reúne en Ginebra.

La Ley Estatutaria de la JEP ha vuelto al Congreso porque Duque considera que los artículos objetados no garantizan los principios de verdad, reparación y no repetición amparados en el acuerdo de paz.

Al respecto, Bachelet pidió una "decisión rápida" por parte de los poderes del Estado para que el JEP pueda operar "de una manera más independiente y se refuerce la seguridad legal de las víctimas".

Además, Bachelet dijo que resultan preocupantes "algunos aspectos de la nueva Política de Seguridad" de Colombia, en particular los relativos al aumento del uso de las fuerzas militares en tareas de seguridad pública y la creación de una red de participación cívica para reforzar la seguridad.

Por otra parte, la alta comisionada dijo que su oficina recibió, hasta el pasado 8 de marzo, información sobre 27 asesinatos de defensores de los derechos humanos desde inicios de 2019, mientras que en 2018 hubo 110 casos, de los que una cuarta parte correspondieron a indígenas y afrocolombianos.

"La mayoría de estos asesinatos ocurrieron en zonas rurales donde la influencia de las FARC-EP era fuerte y la presencia del Estado sigue siendo débil, sobre todo en sanidad, educación y otros servicios fundamentales", explicó.

Varios activistas fueron asesinados justamente por su apoyo a elementos del acuerdo de paz, como la restitución de tierras, los derechos de las víctimas y los programas de sustitución de cultivos ilícitos.

EFE