Share:

Y las deudas, ahí…

Es cierto que las empresas son frías, yertas, que no conocen de sentimientos; pero algunas, son lideradas por gente con mucho corazón, y eso hace la diferencia. Mientras unos se solidarizan en medio de la calamidad y reparten de lo que tienen, así no les sobre, otros, con la amargura que les produce el salir de su confort económico, ante la posibilidad ver golpeadas sus finanzas, buscan estrategias que disfrazan de solidaridad, que les ayuda a verse bien, aunque en el fondo, no comprometan un solo peso de su patrimonio.

Y bueno, lo cierto es que cada quien tiene el derecho de dar o no dar, la solidaridad no es una obligación. Lo que si me parece censurable, es que el mismo gobierno nacional, que debería ser referente de la causa solidaria, se alinee con el propósito de hacer más gravosa la situación de los colombianos, en favor de intereses particulares.  

¿Los independientes, los informales, los del día a día, los estrato 1, 2, 3, que son la mayoría de colombianos, cuando esto pase, cómo podrán ponerse al día con el cúmulo de deudas generadas en todos estos meses de inactividad?.

¿Es realmente un alivio, medidas como la de Comisión de Regulación de Energía y Gas (CREG), cuando decide por la crisis, congelar la tarifa de los servicios, dando la opción para que la gente pague la tarifa por debajo de lo real, en los estratos bajos y para quienes lo soliciten en el resto de los estratos, y que al mismo tiempo establezca, que pasado un tiempo, cobrarán lo que dejaron de cobrar, más intereses? Sí, así como lo leen, cobrarán lo dejado de cobrar, más intereses.

Con dolor vemos como la pandemia ha desmoronado los sueños de muchas personas, cambiándoles la vida por realidades de enfermedad, miseria y hambre. Es inexplicable que el Gobierno Nacional pueda generar este tipo de medidas, carentes de sensibilidad social y que empeora la maltrecha economía de los ciudadanos. El gobierno se ideó la propia ley del embudo, que podría causarle grave daño reputacional a las empresas, pues cuando pase la calamidad, en el imaginario quedará, que estas compañías, como las entidades financieras, se mantuvieron incólumes, sin ningún tipo de detrimento durante la crisis, no obstante la mayoría de los colombianos hayan entrado en quiebra.

Va siendo hora, que en el diseño de estrategias como estas, el gobierno se meta la mano al bolsillo, y considere en serio, la posibilidad de la condonación de deudas por el período de la cuarentena para quienes lo necesiten.

Superar este desastre no será de un día para otro, pero lo que si es seguro, es que más temprano que tarde podremos llegar a ese estadio soñado, sobre todo cuando comprendamos que la principal salida a la crisis, va aparejada a la máxima del “todos ponen, todos ganan”.

Gracias a las muchísimas empresas lideradas por personas con corazón, que sin egoísmo siguen con la 10 puesta, esos que con su ejemplo, le demuestran a gobernantes cuál debe ser el talante desprendido que debe imperar en esta época, finamente el pueblo es la razón de ser de unos y de otros.

Y a nuestros congresistas, un llamado para que no promuevan ideas populistas que van con veneno incorporado; cumplan cabalmente con su misión de velar por los intereses de la mayoría. No los necesitamos con orejeras apoyando como autómatas a ojos cerrados lo que saque el gobierno, en este tiempo es cuando más los necesitamos con los ojos abiertos representando nuestras causas.