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Gallinazos insaciables

La pandemia sigue haciendo evidente las grandes falencias que tiene nuestro sistema político, nos deja un significativo cúmulo de lecciones aprendidas, pero ya de eso he hablado bastante en columnas anteriores, en esta oportunidad, me quiero referir a lo otro que desnuda la crisis, a la animosidad feroz de políticos de oposición, que no hacen otra cosa que volar rasantes, cual gallinazos, en espera de un cadáver que les permita saciar su apetito.

Quizá por eso les cuesta tanto llegar a la cúspide, a lo mejor son los golpes recibidos, que hacen que la generosidad se desdibuje de su ADN. Se quedan en el básico ideal de destrucción del régimen y se muestran renuentes a la posibilidad de intentar construir procesos de unidad.

Hace unos meses, uno de esos personajes gritaba como loco, los goles que le hacían al Junior de Barranquilla, pues consideraba que con cada derrota del equipo, se debilitaba la fortaleza política de la familia Char. Créanme, así de obtusos se ponen. Son opositores por inercia y lo único que desean con vehemencia, es que las autoridades fallen, sin  importarles que eso signifique, como en este momento,  más dolor y muerte, pues lo de único que les interesa es ver al otro caído, para después regodearse con el “yo te lo dije”.

Hay una tendencia en twitter que toma mucha fuerza, y que promociona el #antiuribistasigueantiuribista, quizá apoyados por “El Matarife”, la famosa serie web que circula en las redes sociales y que le ocasiona gran daño reputacional al ex presidente Alvaro Uribe. Y entonces, los de la extrema izquierda, están felices, pues como siempre, mal suponen que todo el que está en contra de la tendencia uribista, es porque está a favor de la corriente contraria que promueven. Es como si se hubieran quedado en el pasado, congelados en la disputa electoral Duque (Uribe) vs Petro, y entonces para ellos nada diferente tiene cabida.

Pues no me queda la menor duda, que como yo, hay muchísimas personas que no están con unos ni con otros, no obstante a que nos una el deseo ferviente de que las cosas le salgan bien a quienes ocupan el poder, pues como es evidente, si sus administraciones son buenas, todos ganamos.

Es decir, colombianos fastidiados de estos estilos polarizadores que riñen con la concordia entre ciudadanos y que ocasionan gran daño al bien superior de la paz.  La oposición política en un territorio debe ser patriótica, inteligente, democrática y propositiva. No puede ser solo, dar palo, por dar palo.

En plena pandemia Gustavo Petro llamando a jornadas de desobediencia civil…, ¿no le parece suficiente el número de muertos hasta ahora?, ¿nada que sacia su apetito?.  Por qué más bien no aprovecha el gran liderazgo que tiene, para ayudar desde lo humanitario. Y si también se suma a campañas pedagógicas que ayuden a que la ciudadanía cumpla con sus deberes de cuarentena y autocuidado. ¿Eso le quita su condición de opositor?.

Ahora, les pido por favor, que no me acusen de Fajardista;  tengo fe en el surgimiento de nuevos liderazgos de genuina estirpe socialdemócrata.