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El yo con yo de la amenaza a Caicedo

¡El misterio ha terminado! Para el momento en que comiences a leer este blog ya habrá pasado, por lo menos, 18 días desde que la Revista Semana sacó una chiva que tenía más de título que de fondo: la noticia de un supuesto plan para asesinar a Carlos Caicedo.

Pal que -a estas alturas- no sepa ni de qué hablamos, le recuerdo que esta revista -que, dicho sea de paso, no quiere fiesta con el Gobernador Caicedo- publicó que un grupo de exparamilitares que no habrían dejado de delinquir se pusieron de acuerdo para matar a Carlos Caicedo.

La sustentación para semejante noticia resultó ser una ONG con nombre rimbombante dizque Colombia Human Rights Network, la cual revelaba -sin decir cómo- que como a Caicedo lo querían matar, tocaba protegerlo.

Pa que ustedes vean, mientras que la mayoría de los medios nacionales se lavaban las manos con el deber de la noticia publicada -a excepción de Caracol Radio- los medios locales nos quedamos queriendo saber más: Las dudas saltaban a la luz. 

A Caicedo, por ejemplo, no se le calentó siquiera la oreja al decir en un ‘en vivo’ de Semana que quienes fraguaban el plan para matarlo hacían parte del Clan del Golfo y Los Pachencas. ¡Afirmación ilógica para los expertos en seguridad!, pues estos dos grupos se pelean por el control del tráfico. ¡Es como decir que Uribe y Petro se pusieron de acuerdo pa joder a otro! ¿Si me explico?

El cuento es que no dejamos de tirar de la pita de la supuesta amenaza, hasta que apareció un hecho revelador: la carta-alerta que hizo la Defensoría del Pueblo ante la inminente amenaza de un atentado contra el gobernador, que había sido citada por la ONG.

¡Siéntense en una silla! Pa que yo les diga qué dice esta carta: el documento revela, ni más ni menos, que quien origina todo este rollo de la tal amenaza es… ¡La misma Gobernación del Magdalena!

Sí, así como lo lees, todo el show que se ha generado desde un inicio se originó por una carta que envió el Secretario de Gobierno de la Gobernación -un subordinado de Caicedo- a la Defensoría del Pueblo, advirtiéndole del ‘inminente’ plan de asesinato que se fraguaba en contra del gobernador. ¡De ahí salió todo!

Si tú vas al origen y lees la carta del preocupado secretario (haz clic aquí para pillarla) te darás cuenta de que lo que ha sustentado todo el tema de la tal amenaza es una “información que provino de una fuente humana, de muy alta credibilidad, quien por obvias razones pidió no revelar su identidad”.

Para darle fuerza al tema, el secretario cuenta que se iniciaron labores de verificación y consultaron a “varias fuentes humanas de inteligencia, teniendo como resultado la confirmación de la información suministrada”.

Es más, tanto dice la carta que hasta la refuerzan diciendo que se suman las amenazas que “de tiempo atrás ha proferido el señor Álvaro Cotes contra la integridad física del Gobernador” ¿Se acuerdan? ¡El de la garnatada!

Los 4 gatos que me leen me dirán: ¡Ajá Polo! Y ¿y acaso no se le puede creer a las “fuentes anónimas”? A lo que yo responderé: La verdad es que sí, si no es por el hecho de que esos mismos organismos de inteligencia que supuestamente confirmaron la amenaza, realmente no tienen idea.

¿Si organismos de inteligencia confirmaron los hechos, por qué entonces la Dijín vino desde Bogotá a apersonarse de una investigación para tratar de saber qué tan real es la amenaza contra el Gobernador?

No sé tú, pero yo, después de leer la carta que salió de la misma Gobernación, lo único claro que tengo es las peticiones que hizo el secretario para mejorar la seguridad del ‘perseguido’ gobernador: ¡“un vehículo blindado nivel 5”!, porque los 3 blindados Nivel III en los que anda -según la carta- ya no son suficiente. 

Mientras que el gobernador espera a que le asignen su tanque de guerra para evitar las supuestas amenazas, este se resguarda en las cabañas vacacionales de la Primera División del Ejército… ¡A pocos metros de la playa!