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El Junior y la política

Qué egoísta aquellos que pretenden reducir la grandeza y el amor por el fútbol a una apuesta política. No entienden que los deportes siempre serán bienes colectivos y que seguir a uno u otro equipo hace parte de la libertad de expresión que cada quien tiene y que nos concede el solo hecho de vivir en un país democrático.

Conozco por ejemplo a un patillalero reconocido, el gran acordeonero Tavo Maestre, que resultó ser hincha furibundo de Millonarios, un equipo a 893.3 km de distancia de su pueblo natal, ubicado en el departamento del Cesar. ¿Será que Tavo sabe quiénes son los de Amber Capital? El fondo de inversión internacional que hoy controla el club y que también ha invertido en diferentes sectores empresariales, como el grupo Prisa, propietaria en Colombia de la cadena Caracol Radio. ¿Le preocupará a Tavo, los intríngulis financieros y políticos que se dan al interior de su equipo?. ¿Se ocupará el amor que Tavo le profesa a Millonarios, en temas más allá de la propuesta deportiva del club?.   

Para algunos, con pensamientos extremistas, no se puede ser hincha del Junior, porque según ellos, eso es apoyar a la casa Char en política. Que en consonancia, lo que se debería, es hacer fuerza para que el equipo esté mal, porque con ello se debilita dicha estructura proselitista.

Y entonces surgen leyendas e historias fantásticas, que señalan que en época electoral se dan las grandes contrataciones del equipo y que por eso los Char, dueños del conjunto tiburón, ganan las elecciones. Dándole con ello un trato de estúpido al pueblo juniorista, endilgándoles incapacidad para discernir lo bueno de lo malo en materia electoral, pues los exhiben como manipulables por su condición de hinchas rojiblancos.

Señores, a ustedes qué tanto les duele ver a los junioristas que van al estadio a disfrutar y sufrir con su equipo del alma;  qué sienten como punzada en el corazón cada gol de los tiburones en procura de victorias; a ustedes que no entienden la ilusión que supone la llegada del crack  Juan Fernando Quintero al equipo; quiero decirles algo que ya saben, pero que se niegan a reconocer, los Char han ganado una y otra vez cada proceso electoral en los que han participado no por el Junior, es porque el pueblo en su sabio saber y entender los ha elegido, nos guste o no su manera de hacer la política. A ellos se les derrota en las urnas, no acabando al Junior.

¿Le es prohibido a los políticos ser dueños de equipos de fútbol? No. Entonces mientras no lo sea, lo único que nos corresponde es esperar que el equipo de la tierrita este bien administrado y sea realmente competitivo para que siga dando muchísimas alegrías.

El Junior es el equipo de la ciudad, y como bien social que es, todos en uso y disfrute de su libertad de elección y expresión, pueden sentirse orgullosos, y con sentido de pertenencia por el club.

Recuerdo aquel 2001, cuando Maradona dejaba en forma definitiva el fútbol activo. En la Bombonera, era su partido de despedida, tomó el micrófono y dijo  unas palabras para la posteridad. Lo acompañaron estrellas como Pelé, Francescoli, Cantoná, Stoichkov, Suker y nuestro emblemático ‘Pibe’ Valderrama. Dijo Maradona: “El fútbol es el deporte más lindo y más sano del mundo. Porque se equivoque uno, no tiene que pagar el fútbol. Yo me equivoqué y pagué, pero la pelota no se mancha”.

Y sí, por buenos o malos que sean los políticos o directivos que dirigen los equipos, a pesar de los errores que cometan, la pelota no se mancha, ya dejen al fútbol y al Junior en paz.