EN VIVO

Vea nuestro noticiero aliado Atlántico en Noticias

Comenzo a transmitir hace 2 horas

Share:

«El cartel del guayabo»

La corrupción en el sector salud no tiene límites, cada día sorprende más la habilidad de las redes delictivas que, en su afán deliberado y conjunto, descubren nuevas formas con las pretenden obtener ventajas, pero de manera indebida. De todos es sabido que, en Colombia desde hace algún tiempo, vienen operando diferentes redes criminales en el sector salud que tienen su razón de ser en la rampante corrupción y en la mercantilización de la enfermedad. Es así como se han conformado verdaderas instituciones criminales organizadas en carteles de los cuales menciono: el de la hemofilia, del SIDA, de los enfermos mentales, de las EPS, de los pañales, y haciendo su debut, el naciente «cartel de las incapacidades».

Los dineros de la salud siempre han sido apetecidos por la ilegalidad; no en vano han financiado campañas electorales, como también, a grupos paramilitares.

Con el novel cartel de las incapacidades sucede algo sorprendente, resulta que, según la ministra del trabajo, Alicia Arango, se ha venido desbordando sistemáticamente el número de incapacidades laborales en hombres jóvenes entre 20 y 29 años que buscan pretextos o excusas para no asistir a sus trabajos específicamente los lunes, después de partidos de fútbol, puentes festivos y fiestas patronales, entre otras celebraciones. La principal razón de esas 28 millones de excusas al año es, el guayabo.

El guayabo es un término común no médico que produce efectos físicos desagradables después del consumo excesivo de alcohol. Sus síntomas son conocidos desde tiempos bíblicos; «¡Ay de los que se levantan temprano en la mañana, para que puedan seguir la bebida fuerte!», reza en Isaías 5:11. Infructuosamente, se le ha querido elevar a la categoría de enfermedad otorgándole arbitrariamente y sin fundamento el nombre técnico de «veisalgia», el que con justa razón no se encuentra registrado en la Clasificación Internacional de Enfermedades,  (CIE), como tampoco, en el Diccionario terminológico de ciencias médicas. Es decir, la resaca o guayabo no es una enfermedad propiamente dicha, pero sus síntomas constituyen un cuadro de malestares, los cuales incluyen: dolor de cabeza, fatiga, náuseas, vómitos, dolor abdominal, sequedad bucal, mareos y amnesia temporal.

En Colombia, las causas más frecuentes de ausentismo laboral son las incapacidades temporales de origen médico, siendo las más comunes: diarrea, dolor de cabeza, fatiga, náuseas, mareos, vómitos, dolor abdominal, infecciones de vías urinarias y el resfriado común. Algunos de los síntomas anteriores, coinciden con los producidos por el guayabo, razón por la que el «cartel de las incapacidades» tiene la excusa perfecta para camuflarlo, legitimarlo y sobredimensionarlo. De modo que, si el mayor número de incapacidades laborales en nuestro país son debidas al guayabo, no es traído de los cabellos afirmar que, el sector salud está enfrentando una vieja conocida acción delictiva encaminada a defraudar al sistema a través de otra cartelización, pero esta vez con un nuevo protagonista: «el guayabo».

Aunque el fenómeno de las falsas incapacidades no es nuevo, recientemente ha tomado dimensiones importantes debido a su exagerado aumento, presentándose en casi todas las regiones del país con la complicidad de médicos, trabajadores y hasta jueces. Lo anterior, es muy grave si tenemos en cuenta que, el sector salud malgasta entre el 20 y 40 por ciento de sus recursos en el pago de incapacidades lo cual es un verdadero desangre para sus finanzas. Es tan atractivo el negocio que, según la Acemi (Asociación Colombiana de Empresas de Medicina Integral), en redes sociales aparecen avisos que ofrecen «excusas médicas de cualquier EPS, verificables, con historia clínica incluida. De 1 a 3 días, $10.000 pesos. Y, $300.000 pesos, si se expiden por 30 días».

Es necesario entender que, las incapacidades por un simple guayabo impactan la productividad laboral del país, en razón a que, el ausentismo laboral se considera y consolida como un obstáculo para la sostenibilidad y estabilidad de las empresas si tenemos en cuenta que, cuando ocurre una «enfermedad» general como el guayabo o resaca, en donde se incapacita al trabajador por uno o dos días, el pago es asumido por el empleador el cual tiene que cubrir el 100 por ciento del salario equivalente.

Debido a la generalizada falta de confianza en nuestras instituciones, es que hay razones de sobra para concluir que en el país este problema no se ha afrontado con la debida contundencia, pero es el momento de ponerle freno. Urge entonces que, el Ministerio del Trabajo adopte un programa de trazabilidad que permita hacerle seguimiento a esas incapacidades fraudulentas, si tenemos en cuenta que, esta práctica tiene implicaciones penales por el impacto negativo que representa sobre el sistema de salud y la productividad laboral del país.