Share:

¿Doctrina Castro chavista o prepotencia política?

Dos temas para reflexionar más profundamente sobre la pandemia y la afectación que ha tenido el Covid-19 en nuestro país y en nuestra ciudad Barranquilla se han puesto sobre la palestra en estos últimos días por anuncios y decisiones que se han adoptado por mandatarios regionales. El primero tiene que ver con el pronunciamiento hecho por el alcalde de Medellín Daniel Quintero Calle sobre la necesidad de pedir ayuda internacional con implementos y personal médico especialistas de Cuba.

No bien hizo el anuncio el mandatario antioqueño aparecieron voces disonantes en contra del anuncio. La polémica se profundizó con representantes del gobierno y partidarios del partido gobiernista Centro Democrático. Como era de esperar, no solo rechazaron, sino que condenaron al alcalde de Medellín por atreverse a tal pronunciamiento. El Presidente Iván Duque, disimuladamente también rechazó la posibilidad señalando que Colombia en estos momentos no tenía necesidad de acudir a estas instancias.  Y el Ministro de Salud enfatizó que en el país tenemos suficiente personal humano y capacitado para afrontar la pandemia. 

Nuestro criterio personal es que estamos anteponiendo  intereses políticos por encima del bienestar de los colombianos. Pretender engañar al pueblo bajo la premisa de que los cubanos vienen a adoctrinar e impartir el Castro chavismo no es más que una posición mezquina de un gobierno  inconsecuente. Negar la posibilidad del derecho a la vida por apetito político haciendo caldo de cultivo de la desgracia del país, demuestra la falta de solidaridad para que muchas personas, especialmente humildes, mueran sin la oportunidad de vida que merecen. 

Decisiones inhumanas, anteponiendo intereses políticos y prepotentes para alimentar el ego de un gobierno dominante, bien podría entenderse como delito de lesa humanidad que debería denunciarse ante organismos internacionales de la salud. La mediocridad de nuestros gobernantes  es tan miserable como la pandemia misma que nos consume en medio de la indolencia.

En ese mismo sentido se debió rechazar por el gobierno y sus partidarios la presencia de brigadas de guerra, como lo es el batallón de soldados de Estados Unidos en nuestro territorio -supuestamente- para brindar asesoramiento contra el narcotráfico y contra la guerrilla.  Colombia no está por ahora en estado de guerra, como sí lo está en emergencia sanitaria por el Coronavirus que ha dejado miles de muertes.

El desgastado discurso del Castro chavismo no es más que un sofisma de distracción para que nos vayamos olvidando y dejando de lado las innumerables denuncias e investigaciones que sobre la corrupción envuelve a funcionarios y gobiernistas. El pueblo sabe de sobra quiénes y por qué pretenden ocupar la mente de los colombianos.

El segundo tema al que queremos referirnos tiene que ver con Barranquilla y su estado de emergencia en medio de la pandemia. No sabemos si es que ya decidimos relajarnos y creer que todo ha pasado en nuestra ciudad o queremos presumir de ser los mejores en el tratamiento que se le ha dado a la enfermedad. Si bien los registros de los últimos días indican una disminución en contagios y recuperados, aún se estima que la curva de descenso no ha caminado tan excelentemente como para ofrecer servicios médicos de especialistas a otras regiones sin estimar que seguimos mereciendo la atención de nuestros profesionales a los tantos afectados.

No es que estemos en contra de acudir en ayuda con nuestros especialistas a Medellín y otras poblaciones del país. El criterio solidario debe prevalecer siempre en casos y circunstancias como estos; simplemente creemos, como seguramente lo estima la mayoría de los barranquilleros, hay que limpiar primero la casa nuestra antes de limpiar la de los vecinos. Primero, como reza la Biblia, hay que mirar y sacar la espiga en nuestros ojos  antes de señalar el mugre en los demás.

Barranquilla y el Atlántico han estado en el ojo del huracán y han sido señalados como la segunda región que mayores afectados ha generado en el país. A tal punto que inmunólogos y especialistas en epidemiologías la situaron en algún momento casi en estado de emergencia. Gritos de auxilio rogando al gobierno central mayor asistencia de especialistas e implementación médica como ventiladores, insumos, camas UCI y técnicos y conocedores profesionales en el manejo de estos recursos nos colocaron hasta de burla a nivel nacional.  

Mientras los especialistas de la medicina afirman que en Colombia estamos por debajo del mínimo requerido para atender una emergencia de tal magnitud como lo es el Covid 19 por limitación de epidemiólogos, inmunólogos y personal técnico en manejo de ventiladores y aparatos de las UCI, en Barranquilla nos dicen que ya pasamos el mayor riesgo y nos damos el lujo de sonreír creyendo  que   todo lo malo es cosa del pasado. 

Nos piden no bajar la guardia y sin embargo alejamos personal médico-científico de los contados que tenemos en la ciudad. Confinan a los mayores de 70 años porque son los que más mueren, y aunque reconocen que son los adultos entre los 20 y  los 60 años los que más contagian, los mandan a la calle bajo el argumento de recuperación de la economía, 

Confiemos en Dios para que –como lo han prevenido muchos especialistas- no vayamos a caer en un rebrote que nos lleve de nuevo como al inicio de la pandemia.