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Covid-19 y automedicación responsable

Para la Organización Mundial de la Salud (OMS), la automedicación es un componente del autocuidado y una forma valida de atención en salud que se estima resuelve un importante porcentaje de los problemas de salud. En su forma clásica es definida como: «el consumo de medicamentos, por propia iniciativa o por consejo de otra persona, sin consultar al médico». Es también, «el cuidado que los individuos hacen de su propia salud y bienestar, incluyendo el que hacen a los miembros de su familia y a otros fuera de este ámbito». 

En la actualidad, los lineamientos por parte del Ministerio de Salud para tratar los síntomas leves del Covid-19 son acetaminofen, aislamiento en casa y conducta expectante por si aparecen signos de alarma, v. gr., «dificultad respiratoria». Este protocolo, a mi juicio equivocado, es lo que ha hecho que, en gran medida, se incrementen los casos graves de la enfermedad permitiendo el avance a formas más complicadas que eventualmente comprometerían la vida del paciente.

Prescribir acetaminofen durante los primeros días de tratamiento es un grave error que desaprovecha un tiempo valioso dentro de la historia natural de la enfermedad, permitiendo que el proceso inflamatorio avance galopante a formas más graves como: traqueítis→ bronquitis→ bronconeumonia→ neumonia→ vasculitis→ coagulación intravascular diseminada y muerte. No estoy afirmando que el acetaminofen sea el causante de la anterior cascada mortal y que los antiinflamatorios sean la panacea, pero lo que si está demostrado es que los últimos, usados a tiempo, disminuyen la progresión de la enfermedad.

Los seis meses transcurridos de pandemia nos ha permitido conocer en detalle la fisiopatológia del letal virus, de modo que, los médicos ya sabemos que se trata de un virus respiratorio que produce SINTOMATOLOGÍA GRIPAL E INFLAMATORIA. Así las cosas, cuando una persona consulta a un servicio de urgencias por cualquiera de los siguientes síntomas: fiebre, cansancio, dolor de cabeza, tos seca y malestar general, esto no es más que el inicio del proceso inflamatorio. Entonces, ¿por qué los protocolos insisten en usar acetaminofen cuando realmente lo que necesita ese paciente es un tratamiento antiinflamatorio?

Los primeros días de inicio de los síntomas son claves para impedir el curso de la enfermedad. De modo que, si el virus produce un cuadro gripal no hay que devanarse los sesos para saber que hay que atacarlo con antigripales. Además, si bien es sabido que la fiebre, cefalea, cansancio, tos seca y dolor de garganta son síntomas inflamatorios de la enfermedad, entonces, por qué no tratar la inflamación con antiinflamatorios ya sean esteroideos o no esteroideos del cual se disponen una amplia gama, y económicos por lo demás, en vez de prescribir acetaminofen el cual es un excelente analgesico y antipiretico, pero con nula acción antiinflamatoria.

Considero que, la comunidad debe valorar otras alternativas diferentes a los protocolos hospitalarios que solo incluyen acetaminofen e iniciar una automedicación responsable con el animo de impedir el avance del proceso inflamatorio que a la final nos llevaría a un empeoramiento de los síntomas y a la terrorífica probabilidad de llegar a ventilación asistida en una cama de cuidados intensivos.

Si los entes como el Invima que tienen como objetivo ejecutar las políticas formuladas por el Ministerio de Salud y Protección Social en materia de vigilancia sanitaria y de control de calidad de los medicamentos, permiten la venta libre de algunos productos para que las personas los adquieran sin formula médica, entonces, ¿por qué no echar mano de ellos?

Dejo claro que la invitación es a la automedicación responsable para los síntomas iniciales del contagio por coronavirus y en ningún momento pretendo que se haga para fases avanzadas del covid-19, como para cualquier medicamento de venta libre o para cualquier enfermedad, ya que eso implicaría graves riesgos para la salud, tales como, interacciones y resistencias medicamentosas lo que eventualmente se traduciría en el empeoramiento de las enfermedades.

Dicho lo anterior, es imperativo tratar la enfermedad (durante los tres primeros días de inicio de los síntomas, mientras consulta con su médico de confianza) con antigripales que contengan un descongestionante nasal, un antihistaminico y un antitusivo los cuales disminuyen el contagio al mejorar la tos y los estornudos, acompañados primordial e indiscutiblemente de antiinflamatorios tipo ibuprofeno, ASA o naproxeno.

Urge entonces que, las autoridades sanitarias replanteen dichos lineamientos, si tenemos en cuenta que, administrar antiinflamatorios en los primeros días de la enfermedad, ha evidenciado una pronta mejoría en los enfermos evitando que el proceso inflamatorio siga su curso mortal.

Muchos países ya incluyen dentro de sus protocolos, el uso temprano de antiinflamatorios no esteroideos (AINES) como el ibuprofeno y, esteroideos como la prednisona, como también, inhaladores a base de corticoides, entre otros medicamentos, con muy buenos resultados.