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Alarmante reactivación de la inseguridad en Barranquilla

En Barranquilla y su Área Metropolitana se ha ido reactivando la delincuencia, de manera acelerada, aunque los criminales nunca han estado en cuarentena total. Ya son cosa del pasado, aquellos balances de seguridad emitidos hace unos meses por la Policía Metropolitana, que anunciaban una disminución en los hechos delincuenciales.

Hoy la realidad es otra, en los últimos días hemos sido testigos del recrudecimiento de la inseguridad en la ciudad y sus alrededores. Noticias de atroces asesinatos en pocas horas, atracos de película, en los que la realidad supera por mucho la ficción y videos de insólitos forcejeos de ciudadanos que en las calles luchan contra los criminales para mantener sus pertenencias a salvo, han evidenciado la aterradora situación de inseguridad que está viviendo Barranquilla y su Área Metropolitana.

Estos actos criminales que se han conocido recientemente, nos están dando el alarmante mensaje de que la delincuencia y la inseguridad se están reactivando junto a los sectores de la economía. La flexibilización de las medidas ha llegado acompañada de un preocupante aumento en la frecuencia de robos y homicidios, con la amenaza de un pronto desbordamiento de la inseguridad debido a la delicada situación.

La conflictividad por la indisciplina social que ha generado la pandemia, especialmente en Barranquilla y sus alrededores, ha promovido el ambiente propicio para el desarrollo de actividades ilícitas como los homicidios, hurtos a viviendas o comercio, robos en transporte público, atracos, entre otros. La disminución de la Fuerza Pública por el aislamiento rotativo en el que se encuentran sus miembros, debido a los casos de contagio por COVID-19, sumado al trabajo que han realizado los últimos meses, enfocados en el control del orden público y en la vigilancia del cumplimiento de los decretos relacionados con la pandemia, han hecho que la Policía disminuya su capacidad de respuesta para enfrentar la delincuencia.

Más allá de un fenómeno de coyuntura, este es un profundo problema derivado de la desatención de las necesidades básicas de la población en términos de servicios públicos, vivienda, salud, educación, empleo, ordenamiento territorial, protección a la tercera edad y a la primera infancia, entre otros aspectos, que se han enfatizado y aumentado en medio de esta crisis. La falta de inversión social que ha reinado por años durante las distintas administraciones de la ciudad, nos está pasando factura en esta pandemia. Problemas de violencia, como los enfrentamientos entre pandillas juveniles, que no se han atendido de manera efectiva, hoy están dando como resultado: el aumento de la delincuencia. La falta de progreso e inversión social han sido el caldo de cultivo para la proliferación de las pandillas y bandas criminales que flagelan a diario a la ciudadanía.

Ante esta realidad, la Policía Metropolitana de Barranquilla y las autoridades locales deben concertar nuevos esfuerzos para enfrentar la reactivación de la criminalidad y garantizar la seguridad a los ciudadanos. Es necesario que se optimicen los recursos al máximo y se ejecuten nuevas estrategias para combatir la criminalidad, además de la implementación de nuevas políticas sociales por parte de los Gobernantes locales para impedir que la población en riesgo se encamine hacia la delincuencia. Trabajar de manera articulada, es clave para derrotar la inseguridad.

Aunque muchas ciudades del país se encuentran viviendo este fenómeno delincuencial, que se ha adaptado rápidamente a la nueva realidad, en Barranquilla y su Área Metropolitana el caso es verdaderamente preocupante por la gran deuda social que ha existido por años. Hay que impedir que la seguridad ciudadana se deteriore sobre todo en medio de esta pandemia que estamos viviendo, es urgente implementar nuevas estrategias de seguridad ciudadana para devolverle la tranquilidad a los barranquilleros.