Bandera iraquí tras la victoria frente a los yihadistas en Ramadi.
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EFE

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Victorias animan a vislumbrar una derrota del Estado Islámico en 2016 en Irak

El 28 de diciembre de 2015 las tropas iraquíes lograron retomar la ciudad de Ramadi.

El grupo terrorista Estado Islámico (EI) ha sufrido recientemente derrotas sobre el terreno e importantes bajas en sus filas en Irak, lo que ha llevado a las autoridades a augurar su fin en 2016, una misión que pese a todo no se presenta fácil ya que se extiende además a territorio sirio.

Tras el anuncio esta semana de la liberación de la ciudad de Ramadi, en la que todavía quedan sin embargo bolsas de yihadistas, el primer ministro iraquí, Haidar al Abadi, afirmó que en 2016 se eliminará al EI y se recuperarán todas las zonas en sus manos.

Más cautos, aunque optimistas, se mostraron el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, que calificó de "importante victoria" la toma de Ramadi, o el ministro francés de Defensa, Jean-Yves Le Drian, quien dijo ayer que la ofensiva empieza a dar frutos.

Los próximos objetivos en Irak son otras poblaciones de la provincia de Al Anbar, cuya capital es Ramadi, y la región septentrional de Nínive, donde el EI tiene su principal feudo en la ciudad de Mosul, que conquistó en junio de 2014.

Para el experto militar Amer al Yusef, 2016 será "el año de la determinación y el fin del EI", sobre todo si Rusia junto con otras fuerzas internacionales liberan Al Raqa y otras ciudades sirias ocupados por el grupo terrorista.

Rusia solo efectúa bombardeos en Siria, mientras que la coalición internacional liderada por Washington ataca desde hace quince meses las posiciones de los yihadistas en los dos países en los que el EI proclamó un califato a fines de junio de 2014.

Solo este 1 de enero, al menos 50 terroristas murieron y decenas resultaron heridos en bombardeos de la coalición internacional en varias zonas de Nínive, según responsables kurdos, que señalaron que estos ataques son para facilitar inminentes operaciones terrestres.

Centrándose en Irak, Al Yusef explicó a Efe que "la liberación de Ramadi ha elevado la moral de las tropas y provocado desaliento entre los miembros del EI por la pérdida de un gran número de combatientes y de munición y equipamiento".

"Con la liberación de Ramadi se esfumó el peligro de la ocupación de la capital, Bagdad, que siempre corría el riesgo de ser tomada cuando el EI controlaba Ramadi", subrayó.

El analista opinó que ahora el Ejército iraquí puede dedicar tropas a recuperar otras ciudades y que por ello ha comenzado "la cuenta atrás para la liberación de Mosul".

Esa es ahora la única capital provincial que escapa al control del Gobierno, tras perder los yihadistas Ramadi y a fines de marzo pasado Tikrit, la capital de Saladino.

Según el presidente del comité de seguridad de Nínive, Mohamed al Bayati, la liberación de esta provincia es "la siguiente misión": "Las autoridades ya han realizado los preparativos militares para la próxima batalla", agregó.

Por ejemplo, han llegado ya unos 250 vehículos militares de tipo Hummer a la sede del mando de operaciones de Nínive en Majmur, enviados por las fuerzas estadounidenses, que suministraron también armas y municiones.

El responsable de seguridad reveló a Efe también que nuevas tropas se han desplegado en la sede de operaciones de la provincia y que terminarán su formación en los próximos días.

Además, explicó que miles de combatientes de la policía local serán trasladados a las afueras meridionales de Mosul para participar en la ofensiva, tras terminar su formación por parte de expertos y entrenadores militares internacionales.

Al Bayati subrayó que el Gobierno está dispuesto a derrotar al EI en "los próximos meses" después de sus victorias en Al Anbar y en la localidad de Biyi, en Saladino, sede de la mayor refinería del país.

Las buenas noticias y la confianza en Irak, que alientan a pensar en el fin en 2016 del califato, aunque probablemente no del grupo terrorista como tal, quedan sin embargo lastradas por la situación en Siria, donde el EI no acaba de ceder mucho terreno.

EFE

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