Desesperación y dolor después del atentado.
Desesperación y dolor después del atentado.
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EFE

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Un atentado del Estado Islámico tiñe de sangre Kabul con 32 muertos

Otras 65 personas resultaron heridas en el ataque.

Un atentado suicida reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico (EI) causó hoy más de una treintena de muertos y 65 heridos en Kabul en el día en que se celebra el año nuevo afgano, un ataque que vuelve a teñir de sangre a la capital afgana.

Al filo del mediodía, un grupo de personas, en su mayoría jóvenes que caminaban por una avenida entre la Universidad de Kabul y el Hospital Aliabad para unirse a las celebraciones del año nuevo en un templo cercano, se vieron sorprendidas por un atacante suicida que se lanzó contra ellos y se inmoló.

Las víctimas trataban de llegar al templo Kart-e-Sakhi, situado en las inmediaciones de donde tuvo lugar la explosión y frecuentado sobre todo por chiíes y miembros de la minoría hazara, indicó a Efe el portavoz del Ministerio de Interior afgano Nasrat Rahimi.

Las víctimas se dirigían al templo para celebrar el primer día del año nuevo solar, la festividad de Nawroz, un día festivo en el que los afganos aprovechan para almorzar en parques y lugares públicos o unirse a las celebraciones en templos y mezquitas.

De acuerdo con el portavoz del Ministerio de Salud Pública Wahidullah Majroh, 32 personas perecieron a causa de la explosión y otras 65 resultaron heridas de diversa consideración.

"La mayoría de los heridos fueron inicialmente trasladados a los tres hospitales de Istiqlal, Aliabad y Ibn-e-Sina, situados cerca del lugar de la explosión. Tras recibir tratamiento básico, en una segunda fase ahora en marcha, los heridos son trasladados de estos hospitales a otros especializados", detalló la fuente.

Kart-e-Sakhi está siempre protegido por fuertes medidas de seguridad, pero esta vez el ataque tuvo lugar en la calle principal que le da acceso, abierta al tráfico.

El portavoz de la Policía de Kabul Basir Mujahid indicó que las fuerzas de seguridad habían desplegado un operativo de seguridad específico con el fin de evitar ataques terroristas especialmente en lugares con grandes concentraciones de gente.

Mujahid dijo que este dispositivo evitó que el suicida penetrara en el templo, lo que hubiera creado una masacre aún mayor.

En una breve nota difundida en la red social Instagram, cuya autenticidad no ha podido ser constatada, el EI identifica al atacante como Talha al Bishauri, y agrega que detonó un chaleco de explosivos en medio de un grupo de infieles que celebraban el Nawroz.

Los chiíes y especialmente los hazaras son a menudo objetivo de ataques de los yihadistas, que les consideran "infieles" por no comulgar con su interpretación del islam.

El último atentado de envergadura contra esta comunidad, también reivindicado por el Estado Islámico, tuvo lugar el 28 de diciembre en el Centro Cultural Tabyan de la capital afgana, perteneciente a chiíes y en el que perecieron 41 personas y 84 resultaron heridas.

Los talibanes aseguraron, a través de un mensaje en Twitter de su portavoz Zabihullah Mujahid, que la acción de hoy durante las celebraciones del año nuevo "no tuvo nada que ver" con ellos.

El presidente afgano, Ashraf Gani, condenó enérgicamente el ataque en las inmediaciones del templo Kart-e-Sakhi por considerarlo "un crimen contra la humanidad".

"Los terroristas no pueden con estos crímenes impedir la felicidad, educación, actividades diarias, desarrollo, rehabilitación y celebración de fiestas nacionales y religiosas y eventos de nuestra gente", dijo el presidente de acuerdo con un comunicado del Palacio Presidencial.

El atentado se produce tres semanas después de que Gani llamase a los talibanes a sentarse en la mesa de negociación "sin precondiciones" para encontrar una solución pactada al conflicto que vive el país desde la invasión estadounidense en 2001.

El de hoy se suma a otros atentados en la capital afgana este año, el más importante el perpetrado a finales de enero por los talibanes con una ambulancia bomba que hizo explosión en el medio de la calle en un céntrico barrio de Kabul acabando con la vida de más de un centenar de personas.

Tras ese ataque, las autoridades de la capital afgana han revisado todo el plan de seguridad de la ciudad y lo han sustituido por un nuevo esquema para evitar grandes atentados.

EFE

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