Los equipos de rescate continúan este domingo con los trabajos de búsqueda de al menos 15 desaparecidos tras el derrumbe, el pasado viernes, de dos edificios en Río de Janeiro que ha causado hasta el momento nueve muertos y diez heridos.

Al centenar de bomberos que trabajan en el lugar de la tragedia desde hace tres días de manera ininterrumpida se han unido ahora unos treinta técnicos e ingenieros del Ejército brasileño para ayudar en la retirada de los escombros.

En la noche del sábado fueron rescatados los cuerpos sin vida de un niño y una mujer, con lo que el número de fallecidos se incrementó hasta los nueve, de los que dos murieron en el hospital mientras recibían tratamiento. De los diez heridos, cuatro continúan aún hoy internados.

Los dos edificios, de varias plantas cada uno y construidos de manera irregular, colapsaron en la mañana del viernes, en el barrio conocido como Muzema, en la zona oeste de Río, después de una semana de fuertes lluvias en la ciudad.

Las precipitaciones caídas a lo largo de la última semana, las peores en los últimos 22 años, causaron grandes daños en varias zonas de la ciudad y una decena de muertos.

El riesgo de deslizamientos por la orografía del terreno en el que ocurrió el derrumbe, que es tremendamente escarpado, limita el empleo de maquinaria pesada para acelerar la búsqueda de los 15 desaparecidos contabilizados hasta la fecha.

No obstante, los bomberos aún trabajan con la posibilidad de encontrar supervivientes.

"El tiempo es nuestro enemigo, pero tenemos relatos de personas que sobrevivieron en desastres por hasta siete días. Entonces, desde el inicio de la operación, estamos trabajando con la posibilidad de encontrar personas con vida", dijo ayer a los periodistas Luciano Sarmento, coordinador de operaciones del Cuerpo de Bomberos.

Para la noche de este domingo se esperan más precipitaciones fuertes en Río de Janeiro, que permanece en estado de alerta, lo que podría afectar al ritmo de los trabajos de rescate.
EFE