Papa Francisco.
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EFE

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Papa denuncia en Bangkok el flagelo de la prostitución de niños y mujeres

Cumple una visita de tres días en Tailandia.

En Tailandia, una de las mayores metas del turismo sexual, el Papa Francisco denunció durante una misa en el estadio de la capital el flagelo de la prostitución, y de la trata a la que se expone a niños, niñas y mujeres.

Francisco, que llegó el miércoles a Tailandia para una visita de tres días y que luego se desplazará a Japón, comenzó este jueves una agenda repleta de encuentros que concluyó con una misa en el estadio Rajamangala de Bangkok a la que acudieron cerca de 60.000 fieles, según las autoridades.

Representantes de la pequeña comunidad católica del país -integrada por cerca 388.000 personas, que suponen alrededor del 0,58 % de la población-, pero también muchos migrantes católicos de los países vecinos, asistieron a la ceremonia. La conferencia episcopal tailandesa comunicó la llegada para la visita del papa de cerca 2.500 vietnamitas.

El papa recordó durante la misa que la visita coincide con los 350 años de la creación del primer Vicariato Apostólico del entonces Siam (1669-2019), relató que tan sólo dos misioneros fueron capaces de animarse a evangelizar estas tierras y defendió que los misioneros no son "mercenarios de la fe".

El flagelo de la prostitución infantil

El tema del turismo sexual y la trata, a los que el Vaticano ha dedicado numerosas cumbres y conferencias internacionales, era sin duda uno de los temas que se esperaba afrontase el papa en este viaje a Tailandia.

Así durante la homilía citó a "los niños, niñas y mujeres expuestos a la prostitución y a la trata, desfigurados en su dignidad más auténtica", un flagelo al que ya se había referido durante su discurso a las autoridades por la mañana, aunque de manera más cauta.

Ante el primer ministro tailandés, el general Prayut Chan-ocha, Jorge Bergoglio denunció que en nuestros días "mujeres y niños son particularmente vulnerados, violentados y expuestos a toda forma de explotación, esclavitud, violencia y abuso".

Aunque quiso reconocer "los esfuerzos del Gobierno tailandés para extirpar este flagelo, así como a todas aquellas personas y organizaciones que trabajan incansablemente para erradicar este mal y ofrecer un camino de dignidad".

Paradójicamente en Tailandia donde la prostitución es ilegal, organizaciones pro derechos humanos datan la cifra de entre 200.000 y 300.000 prostitutas.

El número de menores de 18 años relacionados con la explotación sexual varía desde los 12.000, estimados por el instituto estadounidense "Protecction Project", hasta los 40.000, según un estudio de la universidad tailandesa de Chulalongkom.

Un llamamiento a la acogida

En la homilía el pontífice argentino también se refirió a "esos jóvenes esclavos de la droga y el sinsentido que termina por nublar su mirada y cauterizar sus sueños" y a "los migrantes despojados de su hogar y familias, así como tantos otros que, como ellos, pueden sentirse olvidados, huérfanos, abandonados.

A las autoridades del país, el papa les indicó que el fenómeno de la migración "por las condiciones en que esta se desarrolla (...) representa uno de los principales problemas morales a los que se enfrenta nuestra generación".

"La crisis migratoria no puede ser ignorada", destacó y citó cómo "la propia Tailandia, conocida por la acogida que ha brindado a los migrantes y refugiados, ha afrontado esta crisis debido a la trágica fuga de países vecinos", dijo Francisco.

Oenegés como Human Right Watch y la Agencia de Naciones Unidas para los refugiados (ACNUR) han denunciado las condiciones de los paquistaníes cristianos y los de la minoría musulmana ahmadí, a quienes Tailandia niega el estatus de refugiado aunque hayan tenido que huir de su país por ser perseguidos por su fe, así como también realiza numerosas deportaciones ilegales.

Ante ello, instó a "la comunidad internacional a que actúe con responsabilidad y previsión, pueda resolver los problemas que llevan a este éxodo trágico, y promueva una migración segura, ordenada y regulada".

En sus discursos de este jueves no hubo mención a la pena capital, ya que Tailandia es uno de los países que la mantiene y mas de 500 presos se encuentran en el corredor de la muerte en las cárceles.

Dialogo con los budistas y visita al hospital Saint Louis

Como todos los monjes, el papa y toda la delegación vaticana se quitaron sus zapatos para visitar el impresionante templo budista conocido como Wat Pho en Bangkok construido en 1860.

En este acto se reunió con patriarca Somdej Phra Maha Muneewong, de 92 años, a quien ya había conocido durante una visita en el Vaticano, y abogó porque las religiones sean un "faro de esperanza" y de "fraternidad" en un mundo de divisiones.

E instó a impulsar entre los fieles de ambas religiones "el desarrollo de nuevas imaginaciones de la caridad, que sean capaces de generar y aumentar iniciativas concretas en el camino de la fraternidad, especialmente con los más pobres, y en referencia a nuestra tan maltratada casa común".

Francisco sintió el calor de los miles de fieles y curiosos en su recorrido en papamóvil por el exterior del hospital católico de Sant Louis. Después, dirigió un discurso a cerca 1.000 empleados del centro y visitó sin cámaras a los niños enfermos.

Igualmente mantuvo un reunión privada con el rey Rama X en el palacio real de la que han conocido muy pocos detalles.

EFE

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