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La propaganda como arma de guerra en Irak

A nivel ideológico, la propaganda del EI defiende la idea de que el mundo está dividido en dos partes: los musulmanes y los infieles.

El conflicto en Irak no solo tiene lugar en el campo de batalla, sino que la guerra psicológica y la propaganda desempeñan un importante papel, tanto en las filas del grupo terrorista Estado Islámico (EI), como en las del Ejército y sus milicias afines.

"No hay duda de que la guerra psicológica se ha convertido hoy en uno de los pilares y herramientas de los conflictos modernos para lograr la victoria sobre el enemigo con mínimas pérdidas", explica a Efe Ali Ibrahim, del Departamento de Guerra Psicológica de la Dirección de Información de la Defensa iraquí.

En ese sentido, destaca el llamado "himno de la victoria", creado por la televisión estatal Al Iraquiya, con un sello patriótico y entusiasta para elevar la moral de los militares que combaten a los yihadistas.

"Nosotros, en nuestro departamento, tenemos pleno conocimiento de los importantes recursos y técnicas que usa el (grupo) terrorista Estado Islámico en su guerra psicológica y de propaganda contra las fuerzas de seguridad y civiles iraquíes", indica Ibrahim.

"Por ello, trabajamos de manera continúa para desbaratar la guerra (psicológica) dirigida contra nuestras fuerzas con todos los medios disponibles", añade.

En esa línea, explica que se crean himnos patrióticos y se organizan programas televisivos y radiofónicos, así como foros y conferencias para explicar a las fuerzas iraquíes el alcance de la guerra psicológica que utilizan los yihadistas.

"Todas esas herramientas son eficaces para enfrentarse a esa organización (el EI), además de otras que se efectúan en el campo de batalla para confundirla y menguar la moral de sus miembros", dice.

Entre esas herramientas figuran cercar al enemigo y obligarlo a rendirse, así como lanzar panfletos en las zonas que controlan.

Ibrahim explica que la organización yihadista, al principio de su campaña terrorista, en el 2014, logró capturar amplias zonas de Irak sin lucha armada, ya que solo recurrió a los medios de la guerra psicológica y a una propaganda elaborada.

"Pero nosotros retomamos la iniciativa, especialmente después de las victorias que las fuerzas de seguridad lograron en las provincias de Saladino, Diyala y Al Anbar, hecho que dotó a los soldados de una alta confianza en sí mismos y una capacidad mayor para conquistar victorias", agrega Ibrahim.

Por último, considera que las victorias consecutivas que han obtenido les han dado una espacio mayor para moverse contra el enemigo y aprovechar la pésima situación que sufre en varios frentes.

Por su parte, el EI recurre a una política propagandística opuesta para contrarrestar las informaciones emitidas por las autoridades, disuadir a las tropas gubernamentales, unificar a la población que vive en las zonas bajo su control, ganar su apoyo y demostrar que, según él, la vida en dichas regiones es cómoda.

Asimismo, la propaganda extremista aspira también a reclutar a más yihadistas o incitarles a perpetrar atentados en los países que considera enemigos, defender el autoproclamado califato como el Estado de los musulmanes de todo el mundo y explicar la visión de sus líderes sobre las relaciones internacionales.

A nivel ideológico, la propaganda del EI defiende la idea de que el mundo está dividido en dos partes, los musulmanes y los infieles, y que el enfrentamiento entre los dos frentes es inevitable para que vuelva Jesucristo después de la victoria de los musulmanes.

Para cumplir sus objetivos de comunicación, el EI emite diariamente una gran cantidad de material propagandístico, como documentales sobre el desarrollo de las batallas o imágenes de la ejecución de soldados gubernamentales capturados con métodos atroces para sembrar el terror.

Además, el grupo terrorista emite reportajes audiovisuales y fotográficos sobre las actividades económicas en los territorios bajo su control, así como imágenes de paisajes naturales o de jóvenes en momentos de ocio bañándose en un río.

El EI difunde sus materiales propagandísticos en diferentes idiomas a través de sus foros en internet, sus revistas, semanarios y la radio Al Bayan, que emite en su autoproclamado califato.

En una de las iniciativas más recientes para intentar neutralizar la propaganda "enemiga", el EI prohibió las antenas parabólicas en los territorios bajo su control en Siria e Irak porque "siembran rumores y alejan a los musulmanes de su religión", según folletos repartidos en dichas zonas por el grupo extremista.

 

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