Jose permanecía con su familia, de vacaciones en Niza.
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“La insistencia de mi hijo nos salvó de estar en el atentado”: barranquillero en Niza

José Ortega vive en Suiza hace diez años, pero había decidido pasar unas vacaciones en suiza con su esposa y sus dos hijos. Este es su testimonio.

En la noche del jueves 14 de julio, en plena celebración de la Fiesta Nacional en Francia, José Ortega, un barranquillero de 37 años, disfrutaba con su esposa y sus dos hijos junto a miles de personas que se congregaban a la espera de los fuegos artificiales.

El Paseo de los ingleses, que es la primera vía sobre la playa de Niza, había sido cerrado temporalmente y habilitado solo para que los peatones pudieran disfrutar del espectáculo que estaba por venir.

“Nosotros vivimos en Suiza y hace dos semanas habíamos decidido viajar a Niza de vacaciones, porque es una ciudad muy turística. Así que estábamos allá; era la fiesta Nacional del 14 de julio. Unas horas antes estábamos caminando a la espera de los fuegos artificiales, pero uno de mis hijos (de 8 años) comenzó a insistirnos para que nos fuéramos para la casa. Decía que estaba muy cansado”, narró el barranquillero a Zona Cero.

Como el lugar donde se alojaban estaba cerca al bulevar, José estuvo de acuerdo y decidieron irse a descansar mientras veían los fuegos artificiales desde el balcón del apartamento, ubicado a cinco minutos.

“Como el apartamento estaba cerca, apreciamos los juegos desde el balcón, que comenzaron a eso de las 10 de la noche durante una media hora. Y al poco tiempo después fue que empezó ese caos”, dice José, quien hoy reconoce que la “intuición” de su hijo los salvó de estar en la mitad del camino del pesado camión que –a 90 kilómetros por hora– le quitó la vida a 84 personas y dejó más de 200 heridos.

A eso de las 11 de la noche, el camión irrumpió sobre la vía, atravesó las barricadas que impedían el paso vehicular, y emprendió su marcha a toda velocidad a lo largo de casi 2 kilómetros, mientras el que podía corría de miedo buscando resguardo en donde podía, hasta que finalmente los policías abatieron al conductor a tiros.

“Nosotros ya estábamos tranquilos en la casa, pero enseguida comenzamos a escuchar los gritos. Al principio no sabíamos si eran gritos propios de la gente en fiesta, pero vimos sirenas, comenzamos a escuchar helicópteros. Y las autoridades de Niza comenzaron a pedir que no saliéramos de nuestras casas. Es como si hubieran cerrado la vía 40 y de repente una tractomula atravesara la vía atropellando a todo mundo”, relata Jose.

El panorámico del camión fue baleado por la Policía para detener al terrorista.

Ortega también cuenta que al poco tiempo, a su familia en Barranquilla le volvió el alma al cuerpo, pues apenas se enteraron del ataque terrorista, lo llamaron de inmediato para cerciorarse de que José, su esposa y los niños estuvieran bien. 

José Ortega, barranquillero de 37 años que se salvó de estar en el lugar del atentado en Niza.

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