Por segunda vez desde el comienzo de la gira papal en Estados Unidos, los ojos del pontífice -y el mundo entero- se posaron en un colombiano. El turno ahora fue para el cantante Juanes, quien se presentó ante miles de personas de todo el mundo en Filadelfia, la última ciudad que visita Francisco I antes de volver al vaticano. La anterior privilegiada fue Shakira, tras el discurso del papa en una de las Asambleas de la ONU más importantes de la historia. 

El artista paisa cantó durante el 'Festival de las Familias', un multitudinario evento de la iglesia católica, creado por el difunto papa Juan Pablo II, en 1994. Celebrado en el 'Benjamin Franklin Parkway', gigantesco bulevar ubicado en el centro de la ciudad que termina frente al Museo de Arte de Filadelfia y que tiene capacidad para 300.000 personas. Este es el primer 'Festival de las Familias' que preside el argentino Francisco I, y viene enmarcado con el mensaje de reconciliación que ha dirigido a sus fieles en Cuba y EE. UU., países que atraviesan una histórica reapertura de relaciones diplomáticas.

Durante su presentación, Juanes interpretó sus temas 'Odio por amor' y 'A Dios le pido'. El cantante tuvo la oportunidad de estrechar la mano del máximo líder de la iglesia católica y tomarse una foto con él, que compartió a través de sus redes sociales en Twitter.

Junto a Juanes hicieron acto de presencia reconocidos artistas como Aretha Franklin -la reina del soul-, la agrupación 'The Fray' y el tenor italiano Andrea Bocelli.

El maestro de ceremonias de la noche fue el actor estadounidense Mark Wahlberg, que ha actuado en películas como 'El planeta de los simios', 'Tormenta perfecta' o 'Transformers'. 

Más de 300.000 personas en torno a Francisco I

Parábolas como la del "hijo prodigo" de la Biblia se fundieron con la música durante el "Festival de las Familias", uno de los eventos más esperados y multitudinarios de la visita del papa Francisco a Filadelfia (EEUU).

En un momento de la ceremonia, el santo padre improvisó y, ante decenas de miles de personas, decidió pedir leyes que creen "las condiciones mínimas y necesarias para que las familias, especialmente las que están comenzando, puedan desarrollarse".

No obstante, el papa permaneció durante la mayor parte del espectáculo en la parte posterior del plató en un sencillo trono blanco con detalles dorados y amarillos desde el que escuchó atentamente los testimonios de diferentes familias, procedentes de Jordania, Nigeria, Australia, Ucrania y Argentina.

"Rosi y yo contrajimos matrimonio el 17 de septiembre de 1965 en Buenos Aires, Argentina, mientras dábamos nuestros votos en la Iglesia, el mundo que conocíamos se destruía con golpes militares. Ese día como el resto de nuestros días, durante todos estos años, confiamos en Dios", revivió la pareja argentina.

El matrimonio, que fue saludado en el escenario por el papa, aseguró que en 60 años de vida compartida ha habido lugar para todo: desafíos, "noches de insomnio", aprendizajes de los nuevos lugares en los que vivieron (Canadá y EEUU) y muchas alegrías, como el nacimiento de su nieta.

El espectáculo, que se convirtió en una auténtica fiesta, se celebró en el Benjamin Franklin Parkway, el bulevar que discurre por el corazón cultural de Filadelfia, con capacidad para 300.000 personas y en el que no cabía un alfiler.

La música se alternó con parábolas de la Biblia, como la del hijo pródigo, que se encargó de leer Herb Lusk, antiguo jugar de fútbol americano de los "Eagles", el equipo de Filadelfia.

Este festival musical en el que participó el papa argentino cerró el programa del pontífice en su primer día en Filadelfia, que abandonará el domingo al final de un viaje que le habrá llevado durante nueve días primero a Cuba y posteriormente a Estados Unidos.

(Con información de EFE)