Vista del vehículo que transportaba al equipo periodístico del diario ecuatoriano El Comercio asesinado en frontera con Colombia.
Vista del vehículo que transportaba al equipo periodístico del diario ecuatoriano El Comercio asesinado en frontera con Colombia.
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EFE

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Familias de periodistas de Ecuador asesinados vuelven su camioneta un símbolo

Hacen una caravana por Quito.

Las familias de los tres integrantes del equipo periodístico ecuatoriano secuestrado y posteriormente asesinado recuperaron hoy el vehículo en el que los comunicadores se desplazaron a la frontera de Ecuador y Colombia, y encabezaron en este una caravana por Quito convertido en símbolo de sus reclamaciones.

El equipo fue secuestrado el pasado 26 de marzo cuando realizaba una cobertura en la frontera norte del país y el presidente Lenín Moreno confirmó su asesinato el 13 de abril, que atribuyó a un grupo disidente de las FARC liderado por alias "Guacho".

Desde entonces sus restos están en paradero desconocido, pese a los llamamientos de los Gobiernos de Ecuador y Colombia, y la disposición de organizaciones como la Cruz Roja Internacional para recuperar los cuerpos, lo que ha llevado a los familiares a seguir una campaña regional para lograr una pronta solución a su situación.

Después de dos meses los familiares recibieron la camioneta en la que se movilizaban el periodista Javier Ortega, el fotógrafo Paúl Rivas y el conductor Efraín Segarra, que tornaron hoy en símbolo de su disconformidad con las acciones tomadas por las autoridades en el proceso de investigación.

"La comunicación se ha cerrado, no sabemos qué es lo que están haciendo para recuperar los cuerpos", dijo a Efe Christian Segarra, hijo del chófer asesinado.

El acto arrancó hoy en la Tribuna de los Shirys, en el centro norte de la capital ecuatoriana, donde llegó la camioneta en un remolque de la Policía Nacional ecuatoriana.

Los familiares procedieron a limpiar el barro del vehículo y a decorarlo con flores blancas y carteles que rezaban: "Siempre nos faltarán tres", antes de que encabezara la procesión que concluyó por la tarde en el mismo periódico donde trabajaban, El Comercio.

"Hoy nos entregan el auto de mi padre pero ellos no están, lo único que tenemos es un montón de recuerdos que nos motivan a luchar a seguir, pero no tenemos nada más aparte de eso", añadió el hijo.

Los parientes esperaban retirar también artículos personales del equipo, pero la entrega no se dio.

"Los objetos no se han retirado debido a que un familiar no se encuentra en condiciones óptimas de salud y teníamos que estar presentes las tres familias para la entrega, de momento solo tenemos la camioneta", dijo Segarra.

El recorrido congregó a decenas de personas y numerosos medios y avanzó hasta las instalaciones del diario, al sur de la ciudad.

El familiar aprovechó la ocasión para exigir medidas destinadas a acabar con la inseguridad en el área de la divisoria con Colombia, donde han muerto en los últimos meses cuatro militares en atentados con explosivos, varias decenas resultaron heridos, y dos civiles fueron secuestrados la misma semana en que se conoció del asesinato de los trabajadores del rotativo.

"Necesitamos acciones concretas y que la seguridad en la frontera y en todo el país se sienta para que no ocurran más casos como estos. Nuestra lucha es para que este país sea un país de paz", agregó Segarra.

Actualmente los familiares mantienen su esperanza en la intervención de la Comisión Iberoamericana de Derechos Humanos (CIDH), a cago de la relatora Esmeralda Arosemena.

Confirmaron que se ha entregado la metodología de trabajo por parte de la Comisión y que esperan la aceptación por parte del Gobierno ecuatoriano.

EFE