Tres turistas almuerzan en un restaurante privado en La Habana (Cuba)
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EFE

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Cuba suspendió licencia para nuevos restaurantes privados en La Habana

El régimen les desea éxito siempre que cumplan la ley.

Las autoridades cubanas confirmaron hoy la suspensión temporal de licencias para nuevos restaurantes privados en La Habana y precisaron que desean éxito a esos negocios por cuenta propia pero siempre "dentro del marco de la legalidad", informan hoy medios oficiales de la isla.

La vicepresidenta en funciones del Consejo de la Administración Provincial (CAP) de La Habana, Isabel Hamze, recalcó que la medida "es temporal y estará vigente mientras se realice el proceso de fiscalización de sus servicios", recoge en su portada el sitio web Cubadebate.

En los últimos días se extendió una marcada preocupación entre los restaurantes privados -conocidos como paladares y de los que hay contabilizados unos 500 solo en La Habana- debido a esas rondas de inspección.

"Nosotros reconocemos la importancia que tienen para la ciudad estos negocios y el Gobierno quiere que sean exitosos pero dentro del marco de la legalidad", subrayó Hamze.

Los paladares son el negocio más floreciente del incipiente sector privado que se abre paso en el país desde que el presidente Raúl Castro ampliara en 2011 las actividades profesionales que se podían ejercer en la isla por cuenta propia.

La funcionaria confirmó además que desde septiembre se han celebrado reuniones con los restaurantes en los que las autoridades alertaron a los cuentapropistas gastronómicos "de un grupo de problemáticas que empañan los servicios que ellos ofrecen".

Los temas abordados fueron, entre otros, el incumplimiento de horarios de cierre, la contratación de artistas, la droga y la prostitución, la compra de mercancías de manera ilícita, el blanqueo de dinero, el empleo a trabajadores sin licencia ni contratos y la evasión fiscal.

También se mencionaron otras ilegalidades como el uso de licencias de restaurante para abrir clubes nocturnos, las violaciones urbanísticas en el proceso de inversión, trámites fraudulentos en la compra de inmuebles, importación de mercancías para uso personal a las que en realidad se les da uso comercial y la vulneración de las normativas sobre ruido.

Según Hamze, las autoridades manifestaron especial preocupación porque no se produzca tráfico de drogas, prostitución ni proxenetismo en los locales.

"Queremos que los titulares de restaurantes estén atentos de que eso no ocurra en el interior de sus locales porque sabemos que hay traficantes que buscan el lugar potencial donde está el consumidor (...) Tampoco debemos permitir que proxenetas "se anclen" a un restaurantes y la gente diga que van a una instalación como esa porque allí se vendan chicas", refirió.

Respecto a la compra de suministros, que es otra de las principales problemáticas de los paladares debido a que deben comprar en los mismos mercados y tiendas estatales que el resto de la población, reconoció que en Cuba no se ha logrado establecer un mercado mayorista y en el caso del minorista en La Habana presenta grandes fluctuaciones en su abastecimiento.

"Sin embargo, esto no justifica que se adquieran de manera ilegal sobre redes de contrabando o se reciban productos que son robados", precisó.

Aclaró asimismo que la contratación de trabajadores para negocios privados está regulada en el actual código de trabajo y seguridad social, donde "se especifica claramente que hay que hacer un contrato" y se establecen la duración de la jornada laboral y el derecho a vacaciones.

La funcionaria aseguró, al respecto, que "se ha comprobado que muchos empleadores no han concertado contratos con sus empleados".

Según datos del Ministerio de Turismo, son más de 1.700 los restaurantes particulares que funcionan ya en todo el país, muchos de ellos inaugurados en los últimos dos años al calor del "boom" de turismo que se vive en la isla.

 

EFE

 

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