Las protestas siguen en Argentina por la reforma pensional.
Las protestas siguen en Argentina por la reforma pensional.
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EFE

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Argentina aprueba reforma de pensiones tras horas de violencia en las calles

Presidente Macri dice que los abuelos pueden estar tranquilos.

 La Cámara de Diputados argentina aprobó, en medio de una huelga general y tras 17 horas de debate, una reforma del sistema de pensiones impulsada por el Gobierno de Mauricio Macri que ha provocado gran violencia en las calles por el fuerte rechazo social, sindical y político que genera.

Mientras el presidente de Argentina, Mauricio Macri, remarcó hoy en rueda de prensa que los ancianos del país "van a poder estar tranquilos".

"Lo que hemos hecho con esta reforma es garantizar durante los próximos años una fórmula que los defienda del peor mal que han sufrido, la inflación, contra la que estamos luchando pero no hemos logrado vencer", aseveró el presidente Macri.

El respaldo en el Congreso

El proyecto, que ya recibió el visto bueno del Senado a finales de noviembre, contó con el apoyo de 127 votos -principalmente del oficialista Cambiemos- frente a 117 en contra y 2 abstenciones, y modifica la fórmula de actualización de los haberes, algo que el Gobierno cree permitirá a los jubilados ganar más en 2018 y la oposición y sindicatos insisten será una fuerte rebaja.

En un principio el tablero de la Cámara contó 128 votos a favor, pero en realidad fue uno menos porque, según se explicó, una diputada se confundió al votar y dio su apoyo cuando en realidad quería oponerse.

La reforma llevó a los sindicatos a convocar una huelga general que culminará hoy y se aprobó tras una sesión en la que predominaron los discursos críticos hacia la reforma, con fuertes disturbios en la calle que dejaron más de un centenar de heridos, incluyendo efectivos policiales, y casi 70 detenidos.

"Estamos tristes, porque hicimos todo lo posible como para que esta ley no salga", remarcó a la prensa el diputado opositor Agustín Rossi (del kirchnerista Frente para la Victoria), quien insistió en que es una ley "mala para el conjunto del pueblo" y "muchos constitucionalistas" dicen que es "inconstitucional".

Mientras, su compañero de grupo Axel Kicillof consideró que se ha perpetrado "una estafa a los jubilados" y a otros grupos de la población a los que afecta este cambio de fórmula en la actualización de las pensiones, como a los beneficiarios de la Asignación Universal por Hijo.

Por parte del oficialismo, el jefe del interbloque de Cambiemos, Mario Negri, reconoció que ha sido "una jornada muy difícil" y de "mucha tensión" no solo de "puja legislativa", sino en la calle, con una violencia "inusitada y desproporcionada".

"No nos hace bien condenar la violencia de un solo lado. Hay 80 policías lastimados", agregó Negri, en referencia a las acusaciones de la oposición respecto a la represión policial.

Respecto a la ley, reconoció que cuando pasen los días el Gobierno "tendrá que explicar bien y hablarle a los argentinos".

"Como es un tema tan sensible, creo que a lo mejor debería el Gobierno haber explicado más", reconoció Negri, convencido de que el el "sistema previsional" (pensiones), está "en terapia intensiva desde hace muchos años", y sacarlo de ahí "requiere serenidad, racionalidad y que la oposición no piense que esto es un instrumento político".

El apoyo al proyecto en la Cámara llegó por parte no solo del oficialismo, sino de los diputados de la oposición que atienden a los gobernadores provinciales con los que el Ejecutivo logró llegar a un acuerdo para sacar adelante la medida.

"El Gobierno ha hecho estudios y ha trabajado sobre una formula que se aplica en muchos países que cree es mucho más previsibles para los vaivenes. En 2014 y 2015 perdieron ingresos los jubilados, después ganaron. Acá le garantiza que nunca va a estar debajo de la inflación", sentenció Negri.

La situación de caos a las afueras del Congreso se empezó a formar poco antes del comienzo de la sesión, a las 14.00 hora local del lunes, cuando manifestantes, convocados por las organizaciones sociales y sindicales, se empezaron a enfrentar a la Policía arrojando piedras y botellas.

Los hechos, que se extendieron por otras calles del centro, se recrudecieron después de que comenzaran a tirar petardos, quemar objetos y agolpar el vallado que cerca todo el Palacio Legislativo, momento en el que la Policía empezó a disparar balas de goma y arrojar gas pimienta, así como chorros de aguas para restablecer el orden público.

Aunque se dispuso que al frente del operativo de seguridad estuviera solamente la Policía de Buenos Aires, a cargo del Gobierno local, finalmente se decidió la llegada de efectivos de la Policía Federal y de la Gendarmería, fuerza de naturaleza militar que depende del Ejecutivo nacional.

Contra la ley también se dieron cacerolazos pacíficos de grupos de vecinos en varios barrios porteños.

EFE

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