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Josefina Román, madre de recluso herido.
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Mery Granados

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Interno permanece recluido en El Bosque con una bala alojada en el cuello

La madre del recluso dijo que lleva 22 días esperando que le asignen una fecha para extraerle el proyectil.

Con un proyectil de fusil en su cuello permanece Alejandro Arévalo Román, de 30 años, un interno de la Penitenciaría El Bosque que resultó herido el pasado miércoles 6 de abril cuando se encontraba en el baño de su pabellón recogiendo agua en un tanque. 

Ese miércoles aproximadamente a las 12 y 30 del mediodía, un recluso con problemas siquiátricos se subió a la azotea para lanzarse al vacío, pero según Josefina Román, madre de Alejandro, un guardián del Inpec hizo un disparo al aire con su fusil para que no se lanzara. 

Infortunadamente la ojiva ingresó al baño donde se encontraba el recluso Arévalo Román y le impactó en el cuello. De inmediato pidió ayuda en el centro de sanidad de la penitenciaría, posteriormente fue llevado al Camino El Bosque, donde fue recibido por los médicos, pero después lo remitieron al Hospital General de Barranquilla. 

Según Josefina, allí le hicieron todos los exámenes médicos y manifestaron que tenía la bala alojada en su cuello. 

"A él le hicieron todo lo respectivo, nos dijeron que tenía la bala alojada en el cuello pero lo raro es que no lo dejaron en el centro asistencial y lo devolvieron para la cárcel, argumentando que tenían que darle una fecha para la cirugía y sacarle la bala", dijo la madre del recluso herido. 

Han pasado 22 días, y la fecha para la extracción de la bala no ha llegado. En medio del desespero la madre denunció ante las autoridades sobre lo acontecido y está a la espera de una respuesta.

"Estamos a 28 de abril, eso fue el 6 y aún no le hacen esa operación. Mi hijo vive a diario en ese centro de reclusión con un dolor, y cada vez que voy a preguntar por él, me dicen desde una ventana: que está bien", manifestó. 

Sin embargo, en la última visita su hijo le indicó que por momentos se le duermen las piernas y los brazos.

"No entiendo por qué no le sacan la bala a mi hijo. Se me va a morir allá adentro y después no van a responder. Él está preso, pero es un humano y merece que se respeten sus derechos", indicó la angustiada madre.

Condenado por homicidio

Alejandro Arévalo Román fue capturado en la madrugada del 31 de agosto de 2014 luego de asesinar en medio de una riña a Adolfo Pacheco cuando departían en una fiesta en el barrio Galán. 

Luego de la discusión, Arévalo sacó un arma de fuego, primero le propinó dos disparos, y cuando cayó al suelo le dio cuatro más. Fue capturado cuando intentaba huir del lugar del crimen.

Arévalo Román está condenado a 17 años de cárcel por ese homicidio. 

Josefina Román solo le pide a las autoridades que se apersonen del caso para que su hijo sea atendido en un hospital como tiene que ser para que le retiren la bala que "poco a poco lo va matando".

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