Gabriela Andrea Romero Cabarcas
Gabriela Andrea Romero Cabarcas
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Gabriela Romero: una historia que empezó en Facebook y terminó en tragedia

Todo empezó días antes de su desaparición, el 24 de noviembre.

Gabriela Romero Cabarcas había cumplido apenas sus 18 años en agosto. Su contextura delgada, su cabello negro y su rostro la hacían relucir como una jovencita hermosa en su barrio.

Adelantaba sus estudios de Gestión Empresarial en el Sena y desde algunos meses atrás le había confesado a su mamá Luz Divina Cabarcas que quería conseguir trabajo para ayudar en su casa y poder tener dinero para comprarse sus cosas.

"Yo le decía a ella que no se preocupada, que las cosas iban a cambiar y Dios nos iba ayudar", dijo Luz Divina en su momento en una entrevista concedida a Zona Cero.

Gabriela residía con su papá, su hermano de 16 años y una tía de su progenitor en el barrio Vista Hermosa de Soledad. Su mamá no vivía con ellos, pero se mantenía en constante comunicación y se visitaban mutuamente.

La joven insistía en conseguir un trabajo y buscaba la manera de tener uno. El dinero que lograba obtener era por las carteleras que le hacia a sus amigas o a los niños que necesitaban llevar una para sus clases en el colegio. Dibujar era su pasión.

Su desaparición

El 24 de noviembre a las 8:20 a.m. Gabriela salió de su casa vestida con el uniforme del Sena. No llevaba sus libros.

Nunca más volvió a su casa. Ese día empezó la angustia para su familia. Alrededor de las 6 de la tarde empezó a sentirse la ausencia de Gabriela.

"Llamé a la mamá para saber si estaba en su casa y me dijo que no. Llegó la noche y nos preocupamos más", dijo en su momento Harold Antonio Romero, padre de la joven.

Gabriela había desaparecido y algunos detalles que su mamá se percató hacia notar aún más su misteriosa desaparición.

"El novio le escribió a las 9:20 a.m. al Whatsapp y yo como a las 11:30. Ninguno de los dos mensajes le llegaron. Su celular estaba apagado", dijo Luz Divina.

Desde ese momento empezaron 21 días de zozobra sin saber nada de Gabriela.

Una pista

Algo curioso despertó la sospecha de su papá de que probablemente le había pasado algo a ella. Su hermano cogió el celular de su papá a los pocos días y notó que el Facebook de Gabriela estaba abierto. De inmediato se lo hizo saber a su padre.

La jovencita había usado el celular para entrar a su red social y allí el padre encontró algo curioso que se lo hizo saber a los investigadores del CTI una vez colocaron la denuncia de su desaparición.

"Había una conversación de un hombre que la invitaba a salir, pero ella no aceptaba. Incluso le mandó fotos estando él en discotecas como para animarla. Pero mi hija no le seguía la corriente", dijo el papá en diálogo con Zona Cero.

En medio de la conversación algo mucho más curioso despertó intriga en la familia y en los investigadores. Al parecer, Gabriela logró comentarle a ese hombre que ella estaba buscando trabajo.

"Le decía que le había conseguido un trabajo para cuidar a los hijos de unos amigos abogados en una casa finca de Malambo, que se iba a ganar 800 mil pesos y que si le interesaba que se encontraran en el Centro Comercial Metropolitano", precisó el papá.

Empezaron a amarrarse los cabos. Gabriela quedó grabada en una cámara de seguridad ese 24 de noviembre cuando caminaba por el Bulevar de Simón Bolívar sin sus libros de estudio.

Todo indicaba que ese día salió al encuentro con ese hombre.

El sospechoso es Levith Aldemar Rúa Rodríguez, un expolicía que pagó condena de 7 años en Valledupar por acceso carnal violento.

El mismo sujeto, tras notar que las autoridades le seguían la pista, se presentó a la Fiscalía 11 URI a interrogatorio. Allí manifestó que efectivamente sí se encontró con Gabriela, pero después ella salió del centro comercial y no se supo más nada de ella. Incluso, confesó, con cinismo, que le había ofrecido un trabajo para cuidar un niño, pero que todo era un pretexto para verse con la muchacha.

Levith no fue capturado porque no había pruebas que indicaran que él sería el responsable de su desaparición.

Los días pasaban y sus familiares, amigos y vecinos de Gabriela organizaron marchas y plantones. El misterio de su desaparición empezó a despertar la curiosidad de toda la ciudad.

Denuncia de violación

El pasado miércoles la Fiscalía recibió una denuncia de la familia de una adolescente venezolana de 17 años, quien indicaba que había sido violada por un hombre con quien se encontró en el centro comercial y la obligó a montarse a un vehículo para luego violarla en un cambuche que estaba en una zona rural de Malambo.

Los investigadores se alertaron porque las características del hombre que brindaba la adolescente coincidían con la de Levith. Una en especial era un tatuaje que tiene él en su brazo derecho con el nombre de 'Sara Valentina'.

Su captura

De inmediato los investigadores del CTI iniciaron el proceso de captura en el mismo centro comercial el pasado jueves. Allí fue detenido, a pesar que se resistió.

Cuando estaba en la URI fingió sentirse mal de salud y los agentes lo llevaron a la Clínica Centro, donde los médicos de turno confirmaron que no tenía ninguna alteración.

Por esa razón fue conducido de nuevo a la URI.

Este viernes fue llevado audiencia ante un juez de control de garantías por los delitos de acceso carnal violento, secuestro agravado atenuado y hurto agravado.

Los cargos fueron imputados por el Fiscal URI 11 teniendo en cuenta que el expolicía habría secuestrado, violado y hurtado su celular a la adolescente venezolana.

El hombre no aceptó cargos y fue recluido en la Cárcel Modelo de Barranquilla.

Hallar cadáver de Gabriela

Cuando a Levith le realizaban la audiencia por la violación de la adolescente, peritos del CTI y de la Policía hallaron el cuerpo en descomposición de la joven Gabriela muy cerca del cambuche que tenía el uniformado donde supuestamente accedió a la otra jovencita venezolana.

El cadáver estaba en varias partes, al parecer, producto de las aves carroñeras. Los investigadores lograron identificar de forma preliminar a la joven porque hallaron en una de sus piernas un tatuaje de un gato, del de ‘Alicia en el país de las maravillas’.

El cuerpo fue trasladado a Medicina Legal para realizarle otros exámenes de rigor que permita confirmar la identidad.

Hay fuerte indicios que el expolicía haya tenido algo que ver con la muerte de Gabriela y bajo engaños la llevó a esa zona de Malambo así como lo hizo con la adolescente venezolana, pero esta contó con mayor suerte de escaparse.

La Fiscalía recopila todas las pruebas para llevar de nuevo al exunifomado a audiencia, pero esta vez por un nuevo proceso: el homicidio de Gabriela.

Toda Barranquilla está conmocionada por el caso y a través de redes sociales convocan a nuevas marchas para exigir justicia por el vil asesinato de esta jovencita que tenía un próspero futuro y fue truncado por la maldad y violencia que se vive en nuestra sociedad.