Acompañado del Teniente del Inpec, William López y del director encargado, Luis Fernando Cáceres, el Personero, Jaime Sanjuan, inspeccionando la Cárcel Modelo.
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Salud de 981 internos también está “encarcelada” en la Modelo

No hay medicamentos ni especialistas para atender las diferentes patologías. Todo se maneja “a control remoto” desde Bogotá.

Sin medicamentos, insumos ni mucho especialistas para atender las diferentes patologías, es el oscuro panorama de los 981 internos de la Cárcel Modelo de Barranquilla.

Este “encarcelamiento” en el cual también se encuentra la salud en el establecimiento penitenciario, tocó fondo durante el mes de febrero cuando no hubo medicamento al alguno para la atención oportuna y eficiente por el servicio de consulta externa. A duras penas son atendidos los casos de urgencia.

Es tan grave la situación que portadores de VIH se encuentran sin tratamiento ni control mensual. En las mismas figuran internos con patología psiquiátrica, diabetes, hipertensión y enfermedades coronarias.

Como si fuese poco, seis internos padecen Tuberculosis, 5 de ellos en primera fase y el otro en la segunda. Este hecho se atribuye a que el bacilo se mantiene en el área y el riesgo sigue latente como consecuencia de la alta humedad y del hacinamiento, que es del 115,13% ya que de una capacidad de 456 actualmente se registran 981 internos.

Lo preocupante es que los internos con Tuberculosis quedaron sin el control mensual de Baciloscopia para darle continuidad y seguimiento a su tratamiento médico. Debido a ello se emprendió un plan de búsqueda de internos enfermos con Tuberculosis, para lo cual en la última semana se tomaron 30 muestras entre la población privada de la libertad.

En las mismas circunstancias está un grupo de internos que se encontraban en tratamiento de Fisioterapia.

A lo anterior se suma el hecho de que 131 remisiones médicas se encuentran represadas y se discriminan de la siguiente manera: Dermatología, 1; Urología, 21; Resonancia, 1; Ortopedia, 22; Oftalmología, 16; Cirugía Vascular, 1; Cirugía Plástica, 3; Gastroenterología, 6; Cirugía Maxilo Facial, 8; Cirugía General, 1; Medicina Interna, 1; Ecografía Testicular, 15; Ecografía Vías Urinarias, 4; Ecografía Abdominal, 7; Ecografía Prostática, 1; Ecografía Renal, 3; Neurología, 2; Otorrinolaringología, 4; Neumología, 1; Fonoaudiología, 1; Cardiología, 1; Neurocirugía, 3 y Alergólogo, 1.

La grave situación fue comprobada durante una visita que realizó al centro penitenciario el Personero de Barranquilla, Jaime Sanjuan Pugliesse.

“Independientemente de lo que hayan hecho los internos, lo que debemos defender y proteger son sus derechos, como seres humanos”, expresó el funcionario tras proponer una brigada de salud integral a corto plazo, como medida de emergencia.

Todo ello ocurre en medio de una clara falta de planificación y además de una evidente improvisación, tras la decisión del Gobierno Nacional de liquidar la Caja de Previsión

Social de Comunicaciones –Caprecom Eice- , que tenía a su cargo la salud en las cárceles.

Como consecuencia de la liquidación de Caprecom – Eice, la Unidad de Servicios Penitenciarios y Carcelarios (Uspec) adjudicó el contrato de fiducia mercantil No. 363 del 23 de diciembre de 2015 al Consorcio Fondo de Atención en Salud PPL 2015, por 2.593 millones 200 mil pesos para la administración y pagos de recursos por 81.304 millones 859 mil 692 pesos dispuestos en el patrimonio autónomo Fondo Nacional de Salud de las Personas Privadas de la Libertad.

El consorcio, representado por Erles Edgardo Espinosa, está conformado por Fiduprevisora S.A. (90%) y Fiduagraria (10%).

Luego, inexplicablemente, el 30 de diciembre de 2015, el consorcio suscribió un contrato con Caprecom - Eice “para garantizar la continuidad en la prestación integral de los servicios de salud para las personas privadas de la libertad a cargo del Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario –Inpec”.

No obstante, una cosa es el objetivo y otra la realidad porque, en la práctica, lo que se configura es el lento manejo de la salud en las cárceles, a “control remoto”, desde Bogotá.

Un hecho que así lo demuestra ocurrió recientemente cuando las directivas de la Cárcel Modelo solicitaron el suministro de 36.255 unidades correspondientes a 84 diferentes medicamentos, de los cuales ni siquiera recibieron el 10% del pedido.

Además, cuando han transcurrido 68 días tampoco se han definido los contratos con las clínicas para la atención de los internos, ni de los especialistas para el tratamiento de las diferentes patologías.

Para el Personero Jaime Sanjuan Pugliesse la transición no es excusa ni justifica para esta grave situación de desatención médica total para los internos de la Modelo.

Estos hechos demuestran que el problema de la salud en la Cárcel Modelo se ha convertido en una verdadera “bomba de tiempo” a punto de estallar.

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