Cientos de personas participaron en la fiesta de música electrónica en Playaca.
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¿Quién es el israelí que está detrás de un 'bacanal' que se formó en Taganga?

Assi Moosh fue señalado, hace cuatro años, de pertenecer a un grupo de empresarios israelíes que enturbiaban el orden público de Taganga.

El pasado 14 de enero, una auténtica barahúnda generó la atención de las autoridades: una fiesta electrónica organizada en Playaca, en el sector de Taganga y que, de acuerdo a empresarios y vecinos del corregimiento, se convirtió en un espacio de consumo masivo de drogas y alcohol.

El evento incluso causó polémica porque la Policía Metropolitana había otorgado un permiso para la realización de un acto de tipo 'cultural'. Esto a pesar que el evento, en redes sociales y afiches, había sido promocionado como una fiesta privada que terminaría a las 8:00 de la mañana. Posteriormente la Metropolitana tuvo que aclarar.

"Se veía que había bastante gente e incluso había presencia policial pero no había Bomberos o Defensa Civil dentro de una actividad que se observaba masiva", comentó un habitante de Taganga que conoció algunos detalles de la fiesta, pero prefirió mantener su identidad en reserva. 

Pero, ¿quien es el personaje que estuvo tras la organización del evento?: Assi Moosh es un ciudadano de rigen israelí que ha generado malestar dentro de la comunidad turística de Taganga por lo que ellos consideran es una constante violación de las normativas al realizar actividades que dañan el nombre de este pueblo de pescadores

De acuerdo con un empresario hotelero del sector, Moosh vive hace aproximadamente 10 años en Taganga y tiene, como negocio principal, el servicio de hostales. Está en Santa Marta pero también en Medellín, Cartagena, Bogotá e inclusive en México.  

Moosh, como otros oriundos de Israel, llegaron a la ciudad luego de prestar el servicio militar en su país. Este empresario hace parte de un grupo que controla varios establecimientos en Taganga y que, en su momento, fueron señalados por la Unidad Investigativa del diario El Tiempo de enturbiar el ya convulsionado orden público de la zona.

"Pobladores y autoridades locales aseguran que los israelíes se adueñaron de locales de rumba que infringen normas en materia de pago de impuestos y de permisos, y que estarían permitiendo la venta de droga y de explotación sexual infantil", reseñó en su momento el diario capitalino para destacar versiones de líderes comunales que afirman que éstos "se creen los intocables. Ellos deciden hasta en dónde se ubican los vendedores ambulantes, son los capataces (...) mandan más que el comando de Policía en donde hay registradas decenas de llamadas sobre su conducta, que nadie atendió".

Tras esta denuncia, explican conocedores del sector, Moosh partió a su natal Israel mientras las aguas amainaban. Luego de ello regresó para retomar sus actividades. 

"Hay un sector de Taganga que no gusta de ellos (los empresarios israelíes) por las secuelas que han dejado", señala el empresario consultado por Seguimiento.co 

Al parecer, este ciudadano ha sido amenazado y por esa razón se moviliza en una camioneta blindada.

Según afirman los propios habitantes y empresarios de Taganga, el acceso a nacionales está prohibido en el establecimiento de Moosh el cual -desde hace algunos años- las autoridades tienen sospechas que, en el interior, se permite que los turistas extranjeros consuman toda clase de alucinógenos. 

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