Migrantes atraviesan el Darién en una imagen de archivo
Migrantes atraviesan el Darién en una imagen de archivo
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EFE

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Obispos de Colombia, Costa Rica y Panamá se reúnen por crisis migratoria en El Darién

El Papa les envió mensaje para que sigan acogiendo a los migrantes.

Obispos de las jurisdicciones eclesiásticas ubicadas en las fronteras entre Colombia, Costa Rica y Panamá empezaron una cumbre de cuatro días en Ciudad de Panamá durante cuatro días para analizar la situación migratoria en la región, especialmente, desde la realidad del Darién.

En este encuentro buscarán definir estrategias conjuntas que “le permitan a la Iglesia seguir acompañando, de manera efectiva, a tantos hombres y mujeres que hoy experimentan diversos sufrimientos y condiciones de vulnerabilidad por esta causa”.

La Conferencia Episcopal de Colombia informó que en este encuentro también directores de Pastoral Social, miembros de la Pastoral de Movilidad Humana, de la Red Clamor y del Observatorio Sociopastoral de Movilidad Humana de Mesoamérica y el Caribe.

En representación de la Iglesia colombiana, están presentes monseñor Mario de Jesús Álvarez, obispo de Istmina-Tadó y administrador apostólico de Quibdó, el padre Leonidas Moreno, administrador diocesano de Apartadó, el padre Rafael Castillo Torres, director del Secretariado Nacional de Pastoral Social – Cáritas colombiana y el padre Arturo Arrieta, director de la pastoral social de la Diócesis de Palmira y director de la Red Clamor Colombia. 

Este miércoles 20 de abril, los participantes estarán visitando el campo de acogida de Lajas Blancas, en el Darién. En este lugar, viven actualmente alrededor de 3.000 migrantes.

En la instalación el Nuncio Apostólico en Panamá, monseñor Dagoberto Campos Salas, dio a conocer un mensaje enviado por el papa Francisco a los obispos y agentes pastorales presentes en el encuentro.

Obispos de tres países reunidos en Ciudad de Panamá

En la carta, el Santo Padre pide trabajar incansablemente para erradicar la indiferencia.

"De tal manera que cuando un hermano o una hermana migrante llegue, encuentre en la Iglesia un lugar donde no se sienta juzgado, sino acogido; donde pueda calmar el hambre y la sed, y revivir la esperanza. Por eso, la pastoral para la atención a la movilidad humana nos impulsa, como dice Isaías, a ensanchar el espacio de la tienda (cf. 54,2) y así, reconociéndonos también forasteros, con nuestras propias vulnerabilidades y carencias, podamos generar las condiciones necesarias para acoger al prójimo como un hermano o hermana, y hacerlo así, partícipe de nuestra cotidianidad".

También los exhortó a sumar esfuerzos con las instancias de la comunidad internacional, para que todos tengan derecho a permanecer en su tierra de manera digna y pacífica.

El padre Fabio Baggio, Subsecretario del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, afirmó que, aunque el fenómeno de la movilidad humana crece más rápido que la respuesta que se puede dar, se deben hacer todos los esfuerzos necesarios para seguir respondiendo desde los cuatro verbos que ha indicado el Santo Padre: acoger, proteger, promover e integrar.

“Aquí nadie es huésped, todos son miembros de nuestra Iglesia”.

Sobre la convocatoria del encuentro, el padre Baggio manifestó que hace parte de una serie de encuentros fronterizos que ya se han venido promoviendo desde el Dicasterio, de los que Colombia fue escenario en dos oportunidades en 2023, en Nariño y Cúcuta. Además, que el Papa ha pedido una especial atención a las Iglesias locales.

Por su parte, monseñor José Domingo Ulloa Mendieta, arzobispo de Panamá, invitó a ver este encuentro como un signo de esperanza y valoró el sentido de sinodalidad que tiene. Recordó que de manera individual no se podría sacar adelante una misión tan importante.

 

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