Canal de acceso al Puerto de Barranquilla.
Canal de acceso al Puerto de Barranquilla.
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Nueva restricción: Puerto de Barranquilla no puede operar de noche

Por caída de exportaciones de la Zona Franca, por sedimentación en área de giro, se han perdido cerca de 3.500 empleos directos e indirectos.

José Granados Fernández

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Una nueva restricción para el puerto de Barranquilla fue impartida en las últimas horas por la Dirección General Marítima, Dimar: las operaciones en Bocas de Ceniza para la entrada y salida de buques de 179,9 a 200 metros de largo no podrá hacerse en horas nocturnas.

La limitación para navegar en Bocas se presenta 11 días después de que la draga Uilenspiegel terminó el primer ciclo de limpieza de apenas una semana, que anunció Cormagdalena tras un viaje de 15 días desde Bélgica que costó cerca de 870 millones de pesos, de un contrato por 6.581 millones de pesos firmado con la compañía Dredging International.

No poder navegar de noche se suma a otras tres restricciones anteriormente identificadas por la Capitanía de Puerto en la canal de acceso: la primera en la zona de fondeo Delta Las Flores, la segunda entre el kilómetro 19,5 y el sector de la dársena y la tercera entre la dársena y el puente Pumarejo. Las dos últimas restricciones afectan las operaciones de la Zona Franca de Barranquilla y las exportaciones de su puerto Portmagdalena, especializado en el manejo de químicos y derivados del petróleo.

Solo de día

Emisora Atlántico y Zona Cero.com conocieron el Mensaje de Seguridad 150 expedido este lunes, con base en el plano batimétrico 083 del sector Muz-X6 y de la zona de enfilación en el mar, en el que, a pesar de que el calado para navegar en Bocas de Ceniza está entre 9 y 9,8 metros, la Capitanía notificó que las condiciones de operación solo podrán hacerse con “luz día”.

“Navegar con luz día, en esta época, significa que puede hacerse desde 15 minutos antes de las 6 de la mañana hasta 20 minutos después de las 6 de la tarde”, detalló un experimentado marino.

El Mensaje de Seguridad explica que por “la estación seca” el canal de acceso está presentando “variaciones en las profundidades en diferentes sectores”, situación que es monitoreada de manera permanente.

En su alerta, la Dimar anuncia que, como es necesario programar el cargue y descargue de los buques y a la vez contar con una “información que minimice la incertidumbre sobre las condiciones de acceso al Puerto de Barranquilla”, el Mensaje de Seguridad será “el único medio oficial de información” y lo emitirá la Capitanía de Puerto cada vez que actualicen las condiciones para la navegación.

Sedimentada zona de giro

La restricción para la navegación nocturna no es la única en este momento. Desde el 3 de julio de 2015, mediante la Resolución 20, la Capitanía del Puerto estableció las llamadas zonas de giro, donde los barcos de mayor tamaño realizan sus maniobras para devolverse y salir de Barranquilla.

Una de esas zonas de giro es la Barrio Abajo, en el sector tres, kilómetros 21 y 22, donde se encuentra la Zona Franca de Barranquilla y Portmagdalena. Tanto en las campañas de dragado que ha realizado Cormagdalena como el Invías esta área del canal navegable no ha sido intervenida y presenta una “fuerte sedimentación” desde finales de 2016.

A la fecha, más del 30% de la zona de giro Barrio Abajo -65.434 metros cuadrados- se encuentra afectado, lo cual implica restricciones para el tránsito de embarcaciones que atracan o zarpan desde la Zona Franca.



En el Mensaje de Seguridad 150, entre el kilómetro 19,5 y el sector de la dársena, la Capitanía mantuvo restringido el calado máximo de salida de los buques a 8,2 metros para el zarpe de los muelles 5 y 6.


También determinó que para ingresar al área entre la dársena y el puente Pumarejo, es decir en Zona Franca y Pormagdalena, los buques de 140 a 186 metros de longitud pueden calar solamente hasta 8,5 metros y los barcos que midan 139,9 metros o menos pueden llegar con un calado de 8,8 metros.

Asimismo, para zarpar de esta área los barcos de 150 hasta 186 metros solo pueden salir calando 8,2 metros y los menores o igual a 149,9 metros solo deben calar 8,5 metros, lo cual restringe las exportaciones de derivados del petróleo desde la Zona Franca.

Los barcos de 186 metros de longitud podrían salir con 35.000 a 47.000 toneladas, de acuerdo con la construcción del buque y el tipo de producto, pero por las restricciones en el área de la Zona Franca con lo máximo que han salido es con 22.000 toneladas, es decir la mitad de la carga, explicó la gerente Zoraida Molina.



En efecto, la semana pasada el presidente de la Zona Franca, Cesar Caro, dijo a Emisora Atlántico y Zona Cero.com que estas restricciones en el área de giro Barrio Abajo les ha “restado competitividad”. Y más grave aún es que en el aspecto social se han disminuido, por lo menos, 1.000 empleos directos y unos 2.500 indirectos.

Igualmente, la administración distrital puede estar sufriendo una afectación en sus ingresos por regalías ante la caída de estas exportaciones petroleras. De acuerdo con la Zona Franca, mientras en 2013 exportó 2.641.000 toneladas, en 2017 sus exportaciones cayeron a 467.000 toneladas.

Acelerar plan portuario

Ante esta restricción no resuelta, Caro recuerda que hace 40 años en la Zona Franca comenzaron un proceso para contribuir al desarrollo portuario de Barranquilla, pero señala que en la ciudad sigue faltando acelerar un plan integral en esa dirección.

“Al futuro de Barranquilla, que hoy se ve más cerca que lo que se veía hace 10 años a raíz de la pujanza de la ciudad con las inversiones en instituciones educativas, hospitales, parques, el corredor portuario, la pavimentación de vías, la canalización de arroyos, etc., le hacen falta los cinco centavos para el peso que es el Plan de Desarrollo del río Magdalena”, afirma Caro.

El presidente de la Zona Franca reafirma que, para ser más competitiva en mercados de Estado Unidos y Latinoamérica, Barranquilla debe optimizar su infraestructura portuaria a fin de aprovechar los cambios que está introduciendo el presidente Donald Trump en el manejo de la economía de su país.

“En Estados Unidos, Trump está cambiando la dirección de los negocios de Oriente y de Europa hacia Latinoamérica, que es lo que tiene más cerca. Al ponerle aranceles a China y al fortalecer su economía local, los beneficiarios número uno que pueden salir ganando son los países que están más cerca de Estados Unidos y los que tienen todavía Tratados de Libre Comercio con ellos. Nosotros podemos aprovechar esa coyuntura, pero si nuestra infraestructura interna no nos permite ser competitivos, pues, vamos a perder esa oportunidad”, llamó la atención el empresario César Caro.

Por lo que sigue sucediendo en el Puerto de Barranquilla, con instalaciones donde los buques deben salir con calados restringidos, es decir con menos carga en una notoria afectación de las exportaciones; con restricciones de navegación nocturna y otras limitaciones, un experto en temas portuarios comentó con sarcasmo: “Seguimos teniendo un canal navegable perfectamente… restringido”.

 

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