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Mariana Plata Cervantes está en un momento complicado ante la displicencia de Coomeva.
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Foto autorizada por la madre.

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Negligencia de Coomeva: a niña con parálisis cerebral no la atienden ni le dan medicamentos

La pequeña Mariana Plata Cervantes sufre de epilepsia poniendo en riesgo su vida.

Sumida en la completa desesperación por cuenta de un laberinto de problemas que parece indescifrable por la falta de voluntad y de obediencia a la ley de la EPS Coomeva, se encuentra una madre que teme por cada segundo que pasa al ver que no tiene medicamentos para prevenir una crisis convulsiva de su hija y que tampoco habrá nadie que la atienda si ello llegara a pasar.

La madre en cuestión es Carolina Cervantes, ella viene sosteniendo desde hace varios años una lucha contra un sistema que parece enfilado a castigar con la muerte a aquellos que nacen con el sino de una enfermedad.

"Hace 8 años nació mi hija Mariana Plata Cervantes, ella sufrió de hipoxia al momento en que le di a luz, de allí se desarrolló una parálisis cerebral y con el tiempo le fue descubierto que sufría de epilepsia", contó a Zona Cero.

Desde hace 6 años, a Mariana le fue diagnosticada la enfermedad luego de una serie de convulsiones que pusieron en peligro su vida.

Tras muchas combinaciones de medicamentos y verificaciones de cuál sería la formula más efectiva, el médico Adolfo Álvarez, neuropediatra que lleva el caso de la pequeña, encontró una solución que era efectiva.

Esta formula está conformada por Ácido valproico, Carbamazepina y Levetiracetam, que es conocido comercialmente con el nombre de Keppra.

Desde el principio, Carolina entendió lo complicado que le iba a resultar cada tres meses, tiempo de cada ciclo de tratamiento, poder reclamar la formula pues uno de ellos, esencial para la pequeña, no estaba en el Plan Obligatorio de Salud (POS).

"El Ácido valproico y la Carbamazepina siempre lo han entregado sin problemas, pero el Keppra hay que solicitarlo por medio de un formulario de CTC (Comité Técnico Científico) para que estos aprobaran la droga", indicó.

Por un tiempo las cosas fueron a ese ritmo, hasta que el año anterior el Ministerio de Salud incluyó en el POS al Keppra, por lo que de ahora en adelante todas las EPS, sin excepción en el país, tendrían que dar a los pacientes esta medicina.

Carolina y su hija Mariana.

Sin embargo, la EPS Coomeva, a la cual están afiliadas Carolina y Mariana, donde pagan 198.000 pesos mensuales para la atención, ha desconocido la situación.

"El Ministro de Salud (Alejandro Gaviria) incluyó el año pasado a todos los anticonvulsivos en el POS, sin embargo Coomeva sigue insistiendo que tenemos que pedir el formulario para el medicamento porque dicen que para ellos es un medicamento de alto valor. No ha válido de nada que llevé los conceptos del doctor Álvarez, ellos se mantienen en lo mismo", reseña.

Sin embargo, ese era el abrebocas que le tenía preparado Coomeva a Carolina y Mariana.

En los primeros días de agosto se realizó la más reciente evaluación a la pequeña Mariana, encontrando que había subido de peso y por ello era necesario ajustar la dosis.

El médico Álvarez adelantó los cálculos del caso y formuló una nueva dosis para los próximos tres meses. Así mismo elaboró el famoso formulario CTC para que Coomeva autorizara la nueva cantidad de Keppra.

Así las cosas, Carolina fue rauda a buscar la formula y a entregar el formulario en la EPS. Al cabo de unos 15 días le entregaron una razón.

"Me dijeron que el Comité Técnico Científico había negado la solicitud porque había una inconsistencia entre la formula y la historia médica de la niña. Había que cambiar el formulario".

Lo que no le dijo la entidad, fue que hace meses no le pagaba al neuropediatra Álvarez y que por eso, este dejo de atender pacientes de Coomeva en esos 15 días que demoraron en contestar.

"Cuando llegué donde el doctor, la secretaria me dijo que le debían una millonada".

Entonces, se dirigió a la EPS a que le dieran una cita con otro especialista, pero la respuesta fue espeluznante. "Simplemente me dijeron que no tenían más especialistas de ese campo, simplemente no tienen a alguien más quien atienda a mi hija", expresó Carolina derrumbándose en medio de las lagrimas.

Y no es para menos, pues en ese momento quedó atrapada en un callejón sin salida.

A Mariana no le dan la droga porque el CTC está mal, pero no la puede cambiar porque el médico especialista ya no la atiende por falta de pago de la EPS y no puede consultar a otro porque Coomeva no tiene más especialistas.

Sumado a eso, en caso de una crisis convulsiva por la falta de medicación, Mariana no sería recibida en ninguna clínica de la ciudad, debido a que estas no atienden a los pacientes de la entidad pues también les adeuda una gran cantidad de dinero.

"Lo peor de todo es que no me puedo salir de Coomeva y afiliarme a otra empresa, porque dicen que tengo a mi hija con unos antecedentes de parálisis cerebral y hay una tutela. Ellos no me desafilian y ninguna otra EPS me quiere recibir", dijo con desespero.

Así las cosas, la niña ha dejado de asistir al colegio por miedo a convulsionar, la madre la tiene refugiada en su hogar y su única alternativa es asistir a un hospital público, como increíblemente le dijeron en Coomeva.

"En el punto verde de ellos me dijeron que la llevara al Hospital Barranquilla o al Hospital Niño Jesús, no tengo nada contra los hospitales públicos, pero no puede ser que a uno le respondan así como la solución", explicó.

En tanto el reloj sigue corriendo y sin una solución a la vista, Carolina se aferra a la fe, orando para que no llegue el momento en que el Mariana reciba una convulsión a la que tal vez no esté preparada para resistir. 

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