José Curvelo, jefe de Asuntos Portuarios del Distrito; Pedro Pablo Jurado, director de Cormagdalena, y Alfredo Carbonell, director de Asoportuaria
José Curvelo, jefe de Asuntos Portuarios del Distrito; Pedro Pablo Jurado, director de Cormagdalena, y Alfredo Carbonell, director de Asoportuaria
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Prensa Cormagdalena

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Listo nuevo modelo de contratación del dragado: será preventivo y no reactivo

Acordaron el Ministerio de Transporte, Cormagdalena y Asoportuaria.

José Granados Fernández
@JoseGranadosF


Priorizar resultados de largo plazo. Este será el objetivo central del nuevo modelo de contratación diseñado, provisionalmente, para garantizar la operación permanente del Puerto de Barranquilla, cuyo canal navegable será extendido de 21,8 a 24,6 kilómetros.

La decisión, adoptada de manera conjunta por el Ministerio de Transporte, Cormagdalena y Asoportuaria, busca “revisar y romper” los esquemas tradicionales utilizados por el Gobierno Nacional para contratar el dragado, con resultados muy discutibles por su poca duración y la afectación que ha sufrido la imagen del puerto local.

El capitán (r) Enrique Lequerica Otero, consultor náutico de Asoportuaria, recordó a Emisora Atlántico y Zona Cero.com que por años el mantenimiento del canal navegable local lo han hecho a través de “campañas de dragado precontratadas y pagadas por volúmenes dragados en metros cúbicos, muchas veces muy difíciles de medir y auditar”.

Además, en esos contratos reconocían pagos altísimos, que comprometía muchas veces hasta el 30% del presupuesto disponible, para movilizar y desmovilizar una draga, que luego de terminar su mantenimiento correctivo “zarpaba dejando el canal a su suerte y a los usuarios rogando que se mantuviera lo dragado, algo que resultaba imposible por la alta sedimentación que arrastra el río Magdalena”.

Nueva contratación

En adelante, explicó Lequerica, el nuevo sistema será regido por una campaña continua desde la iniciación del contrato, pagadera por tres conceptos: Disponibilidad plena o por distancia del equipo principal, es decir la draga a utilizar; por el cumplimento de unos niveles de servicio basados en los anchos y las profundidades del canal navegable y por mediciones diarias y la administración semanal del canal navegable, informe que deberán presentar el contratista y el interventor.



“No habrá draga permanente, por todo lo que eso implica en cuanto a gastos. Se debe garantizar una draga de disponibilidad inmediata y rápida movilidad”, indicó Lequerica.

A futuro no se reconocerán gastos de movilización o desmovilización de la draga que se contratada y el contratista, sin que represente un costo adicional, podrá utilizar “otros equipos especializados” para complementar el trabajo que realice la maquinaria principal.

“Este es un modelo de corte preventivo, donde se priorizan los resultados a lo largo de la duración del contrato”, insistió el experto consultor.

Destacó que el modelo de contratación aprobado es provisional porque están a la espera del estudio contratado en junio de 2017 por Invías y porque es el “preámbulo a la APP del Río, versión 2019”, actualmente en estudios y estructuración.

Canal oficial y más extenso

Tras reconocer el liderazgo asumido por la ministra de Transporte, Ángela Orozco; su asesor y hoy director de Cormagdalena, Pedro Pablo Jurado; el alcalde Alejandro Char y el director de Asoportuaria, Alfredo Carbonell, y el permanente acompañamiento del viceministro para la Infraestructura, Manuel Felipe Gutiérrez, y del jefe de Asuntos Portuarios del Distrito, José Curvelo, Lequerica anunció a Emisora Atlántico y Zona Cero.com que el Puerto de Barranquilla comenzará una “nueva y verdadera realidad”.

Se refería a que a los 21,8 kilómetros, identificados por años como la extensión del puerto entre el Puente Pumarejo y Bocas de Ceniza, le adicionarán 2,8 km mar afuera, para un total de 24,6 kilómetros.

Enfatizó el consultor náutico que “no es prudente seguir haciendo contratos de dragado sobre un canal que no existe o cuyas especificaciones no están claramente definidas”.

En efecto, aunque parezca increíble, el canal navegable del Puerto de Barranquilla “no ha existido oficialmente” como tal, con sus dimensiones definidas de largo, ancho y profundidad. Por eso, en adelante, además de saber que se prolonga mar afuera, quedará claro que son “parte integral” del mismo -no en el papel, sino de manera real- las tres zonas de maniobra o de giro (Prado, en el kilómetro 10 en la zona de Compas; Porvenir, en el kilómetro 19,5, frente a la Sociedad Puerto de Barranquilla, y Barrio Abajo, en el kilómetro 21 frente a la Zona Franca - Portmagdalena).

Igualmente -subrayó el capitán (r) Lequerica- incorporarán al canal navegable “márgenes de seguridad entre los bordes del canal y los paramentos rígidos, los muelles y los buques en fondeo, con el fin de disminuir los riesgos en la operación dentro del puerto”.

“El diseño provisional -agregó- nos trae un canal, como ya se ha dicho de 24,6 kilómetros, dividido en un sector marino, un subsector fluvio-marino y seis subsectores interiores, todos con sus alineaciones, anchos de canal con factor de tolerancia y profundidades de diseño para cada sector; no con profundidad fija, sino con profundidades variables dentro de un pequeño margen de oscilación, que es algo mucho más consecuente o real de manejar frente a la dinámica de un río que cambia caudales día a día”.

Presupuesto para dos años


Manifestó Lequerica Otero que Asoportuaria y sus asesores, por seis meses, se concentraron en establecer las necesidades por satisfacer en la zona portuaria, dividiéndolas en grupos de construcción, adecuación y mantenimiento, para cumplir con los requisitos legales de contratación y con las posibilidades presupuestales de los próximos años.

“El listado de necesidades es extenso y contiene aspectos que pocas veces son mencionados por analistas habituales, con poca visión del contexto”, sostuvo.

Respecto a que si son suficientes los $41.000 millones anunciados para el mantenimiento del canal navegable en 2019 y 2020, dijo que, aunque puede haber modificaciones durante el proceso de estructuración de la licitación, “existe la certeza de que se encuentran identificadas las necesidades de adecuación y de mantenimiento para estos dos años, y que el presupuesto está bastante cercano a satisfacerlas”.

 

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