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Hospital Cari: menos ocupación, más gastos y creciente déficit

Preocupantes indicadores.

José Granados Fernández

@JoseGranadosF

Los indicadores del Hospital Cari de alta complejidad siguen mostrando que se trata de un paciente en estado terminal, que prolonga su agonía en medio de una mínima ocupación, pero sus gastos no disminuyen lo que aumenta su déficit financiero.

Cifras dadas a conocer por la Secretaría de Salud indican que ayer el centro hospitalario tenía apenas una ocupación del 11,2%. De 258 camas habilitadas estaban ocupadas 29: había 3 pacientes en la Unidad de Cuidados Intensivos, UCI, Neonatal; 8 en consultas oncológicas; 8 en hospitalización oncológica y 10 en el servicio de pediatría.
La consulta externa permanecía desolada, las UCI de Cardiología está cerrada, la UCI general y la UCI pediátrica están desocupada, los pisos 5to y 7mo están cerrados al igual que el servicio de imágenes diagnósticas.

“Este es el peor momento de la historia del Cari: es un hospital sin pacientes”, afirmó el subsecretario de Salud del Atlántico, Hernando Viloria, quien encabezó una comisión que inspeccionó la institución.

Una ocupación del 11,2% como la de este martes muestra que la situación del Cari se agrava si se tiene en cuenta que en abril pasado la ocupación era del 22,9%, también muy precaria. En todo el 2016 la ocupación fue del 68,7%, pero cayó en picada desde 2017 al sumar un 26,9%, tasa que no ha podido mejorar de acuerdo con las cifras dadas a conocer por la Secretaría de Salud.

Mayor déficit

Los indicadores del cuarto mes del presente año reflejan, igualmente, registros inquietantes: mientras las EPS le reconocían al Cari deudas por 17.822 millones, el hospital había gastado 21.976 millones.

Su déficit en ese primer cuatrimestre llegaba a 14.399 millones de pesos porque mientras los gastos eran de 21.976 millones, el recaudo sumaba solo 7.577 millones de pesos.

En 2016 el déficit total fue de 42.404 millones, pues la administración, bajo la responsabilidad de la gerente Rocío Gamarra, gastó 66.308 millones contra un recaudo de 23.904 millones. En 2017 el déficit fue de 31.218 millones, producto de gastos por 70.462 millones y un recaudo de 39.244 millones de pesos.

En materia de pasivos la situación, lógicamente, no es nada favorable. En el presente año, hasta abril sumaban 87.534 millones de pesos y las cuentas por cobrar llegaban a 65.973 millones. “Es decir que ni cobrando toda la cartera que el hospital dice tener pagaría las deudas”, indicó el subsecretario Viloria, pues quedarían pendientes pasivos por 21.561 millones.

En 2016 los pasivos sumaron 93.319 millones y en 2017 llegaron a 90.295 millones de pesos.

Los servicios hospitalarios habilitados también han venido decreciendo. En total son 40, de los cuales en 2016 funcionaba el 100%, en 2017 el 73% y en 2018 hasta abril el 32,5%.

Mientras el escenario administrativo y financiero se complica mes tras mes, la Junta Directiva del Cari y la gerente Rocío Gamarra mantienen un enfrentamiento jurídico.

Mientras los directivos, mayoritariamente, quieren sacarla porque consideran que no ha realizado una buena administración y concluyeron que no había presentado, como lo establece el artículo 74 de la Ley 1438 de 2011, su Plan de Gestión de 2017, la funcionaria dice que Control Interno la evaluó con una calificación 3,9, que ella remitió su informe a través de esta dependencia y que no le permitieron hacer su presentación.

En medio de tutelas e incidentes de desacato, la permanencia de la gerente Rocío Gamarra está en manos de la Superintendencia de Salud que evalúa si cumplió o no con la presentación del Plan de Gestión. Como la funcionaria tiene un cargo de periodo fijo de 4 años, el gobernador Eduardo Verano, en varias ocasiones, le ha pedido que deje el cargo para que “no siga perjudicando el hospital”, revelaron fuentes de la administración departamental.

 

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