Diego Osorio pidiendo oración por el accidente presentado en Cali.
Diego Osorio pidiendo oración por el accidente presentado en Cali.
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Diego Osorio, el héroe que desafió las llamas para rescatar a tripulantes de la avioneta

A pesar de sus esfuerzos, el copiloto falleció en la mañana de este miércoles.

Diego Osorio atendió la llamada de Zona Cero, pero no habían pasado muchos minutos desde que recibió la noticia de que no quería escuchar: Juan David Díaz Solano, el copiloto que rescatado 24 horas antes en el accidente aéreo que tuvo lugar en Cali, había fallecido.

El caleño fue uno de los ciudadanos que ayudó a rescatar a los tripulantes del T-90 Calima FAC-2448, en el accidente aéreo del martes en el centro de la capital del Valle del Cauca. 

Un trágico episodio que también acabó con la vida del capitán Hanner David Sánchez Mora, piloto de 33 años que contaba con más de 10 años de experiencia siendo instructor de aeronaves de ala fija de la escuela de oficiales Marco Fidel Suárez.

“Sí, me di cuenta, lastimosamente falleció”, fueron las primeras palabras de Diego.

“Es bastante fuerte y triste. Por más que se hizo lo que se hizo humanamente, fue la voluntad de Dios y eso es respetable”, agregó aprovechando un rato de libertad en sus labores. 

Todo pasó muy rápido 

El reloj marcaba las 7:30 de la mañana en lo que parecía ser un martes cotidiano en la vida de Diego Osorio. Se dirigía a su oficina ubicada en el municipio de Yumbo.

Frenó su moto al no poder superar el tiempo de movilidad en un semáforo. El color rojo lo atrapó sobre la calle 26 a la altura de la carrera octava. Casi que por inercia levantó su mirada y fue cuando vio un objeto dando vueltas en el cielo que impresionantemente cayó más adelante.

Aceleró con todo y después de pasar dos cuadras encontró el artefacto. Era una avioneta que había impactado sobre un sector residencial no tan concurrido y que estaba a punto de incinerarse.

“No lo creía de entrada, no entendía qué es lo que había pasado”, afirmó.

Se bajó de su moto y cuando vio el accidente mucho más cerca quedó verdaderamente anonadado. Tomó su teléfono y mandó un par de videos a la red de apoyo de la iglesia pidiendo oración. 

“Jefferson mire lo que está pasando, ore. Se acabó de caer una avioneta”, alcanzó a mencionarle a otro de sus amigos cristianos.

Ya algunas personas habían sacado extintores para apaciguar las llamas, mas no era suficiente. Diego corrió hasta la mitad de la calle y comenzó a gritar a los conductores que pasaban por el lugar para buscar otros apaga fuegos, pero no obtuvo mucha ayuda. La gente no entendía muy bien lo que estaba pasando.

“Algunos se detenían pero nadie se bajaba del carro, eran muy pocos los extintores que teníamos. Por eso, en mis impulsos pensé que había que hacer algo y me devolví para donde estaba la avioneta”, relató.

En una acción de sumo peligro se acercó a la aeronave hasta quedar muy cerca de los dos pilotos. No podían salir de la avioneta, quizás condenados a morir. El humo ya era mucho  hasta ese momento y le empezó a cortar la respiración.

Sacó fuerzas y logró desabrochar el cinturón del cadete Juan David Díaz Solano y lo arrastró hasta que pudo cargarlo para acostarlo en un lugar seguro y que pudiese ser atendido. 

Cuando se dio la vuelta para regresar por el mayor Hanner Sánchez era demasiado tarde. Una fuerte explosión hizo que las llamas cubrieran la avioneta y disiparan toda posibilidad de salvarle la vida al otro tripulante.

“Lo saqué arrastrado (cadete) con la esperanza de que pudiese ser atendido lo más rápido posible. Al capitán no lo pude sacar porque en ese momento hubo una explosión y fue difícil acercarnos nuevamente a la avioneta. El fuego ya era muy grande”, contó Osorio.

“Fue muy frustrante porque hubiese querido haberlos sacado cargados a los dos, pero el humo también me estaba ahogando, solo pude con uno. Fue lo único que pude hacer”, añadió.

Todavía no asimila las cosas 

Diego Osorio seguía sin asimilar muchas cosas. Montó su moto nuevamente para salir hacia su trabajo, pero estaba muy nervioso. La adrenalina la tenía por las nubes.

“Trataba de olvidar la situación, pero las imágenes del momento todavía estaban en mi mente. Intenté concentrarme con lo que tengo que hacer laboralmente, pero se me cruzaban las situaciones”, expresó contando que no pudo dormir recordando cómo Juan David Díaz tenía la pierna gravemente herida al salir de la avioneta.

El teléfono no ha parado de sonar y son muchos los mensajes que le han llegado. Su esposa y sus dos hijos lo recibieron en casa con mucha más alegría que la cotidiana. Pensaron que le había pasado algo.

“Puedo decir que Dios me guardó porque no tengo ni una quemadura, ni un golpe, nada”, puntualizó.

Diego Osorio culminó enviando un mensaje de reflexión para la sociedad: “debe haber un cambio urgente en la sociedad. Nos dedicamos solamente a grabar todo lo que sucede y nos preocupamos menos por ayudar. Hay momentos en los que hay que actuar, no podemos estar grabando. Son situaciones de riesgo, de una vida que está en peligro, hay que interferir por el bien de algo o alguien”.

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