Los padres de los niños Serith y Yerison aún no olvidan ese trágico momento.
Los padres de los niños Serith y Yerison aún no olvidan ese trágico momento.
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“Cuando vi el bus en llamas, me derrumbé, sabía que mis hijos estaban allí”: Sandra Quintero

La familia Terraza Quintero perdió a dos de sus hijos en el falta accidente ocurrido el 18 de mayo del 2014 en Fundación.

Hace cinco años Fundación se tiñó de gris, 33 niños y una mujer adulta murieron dentro de un bus que repentinamente se consumió por el fuego. Hoy, cinco años después, sus familiares no olvidan ese trágico domingo, cuando sus vidas cambiaron y dejó de ser la misma.

Sandra Quintero y David Terraza perdieron a dos de sus cuatro hijos en el fatal accidente. Serith de cuatro años y Yerison de siete años (que hoy tendrían 9 y 12 años) quedaron dentro del vehículo que se consumió en llamas.   

En el fatídico día, Sandra estaba en su casa junto a David, como pareja se repartían los oficios, uno limpiaba y otro cocinaba, esperando a sus tres hijos, quienes se habían ido con una vecina a escuchar el servicio en una iglesia evangélica pentecostal.

A eso de las 11:40 a.m. su hijo mayor, Kener, llegó corriendo en medio del llanto y gritando. Iba solo. “Nos decía que corriéramos, yo en un primer momento le entendí que el bus se había volteado, pero él tenía un desespero, lo abracé y estaba caliente, se había quemado parte de su cabello y una oreja, y luego en medio de sus gritos desesperados, entendí que el bus se estaba quemando y sus hermanitos estaban adentro”, cuenta Sandra Quintero removiendo en entre el dolor que cinco años después no desaparece.

Esa terrible noticia no solo desesperó a Sandra y a David, sino a la mayoría de las familias de la calle 20 con carrera 11 del barrio Faustino de esa localidad, pues varios niños que vivían en esa calle iban en el bus.

“Salimos corriendo, pero ya el bus estaba prendido…Jamás olvidaré ese momento, es algo inolvidable, yo cuando vi el bus, me derrumbé, mi hijo fue sincero, él me dijo que sus hermanitos estaban dentro del vehículo, estábamos conscientes que ellos estaban allí”, expresó con voz quebrada la madre de dos angelitos víctimas de la tragedia.

Sandra agradece a Dios que su hijo Kener, quien en ese momento tenía 10 años, pudo romper unos vidrios del bus y lanzarse por la ventana. “No tuviera hijos, solo quedó él, tenía otro niño con diversidad funcional que falleció hace un año”.

Para David es un hecho al que nunca le encontrará respuesta. En la soledad, se culpa a sí mismo porque sus hijosno iban a esa iglesia. “Siempre asistíamos en familia a la iglesia donde van mis padres”.

Sus hijos, un recuerdo imborrable

Sandra expresa que el tiempo ha pasado, pero no se ha llevado los recuerdos de sus dos pequeños, ellos siguen vivos en su memoria, sus pensamientos y además conserva cada una de sus cosas.

“A Serith la recuerdo como esa niña que no le gustaba salir a la calle, era muy apegada a mí, muy tímida. Recuerdo que la mandaba para la guardería y me traía todas las flores que se encontraba en el camino, también tenía una muñeca, le puso hasta nombre y no la soltaba, aún la conservo”.

A Yerison lo lleva en su corazón como un niño extrovertido, lleno de travesuras. “Por eso a veces me pregunto: ¿por qué no se tiró de la buseta?, quizá por no dejar a su hermanita sola”.

Sandra cuenta que días después del accidente soñó que su pequeño le decía que le guardara una botella llena de boliches. “No sabíamos de eso, le pregunté a mi hijo mayor y me dijo que esos boliches los había perdido jugando, pero buscando entre sus cosas, allí estaba la botella”.

Las cosas de sus pequeños todavía las conservan, está botella de boliche de uno de ellos, quien en un sueño le pidió que se la guardara.

Vivir en medio del juzgamiento

Sandra confiesa que después del accidente muchas personas los han señalado, culpánolos de que ellos como padres de los niños fallecidos deberían estar presos.

“Según ellos nosotros tenemos vivienda, moto, a algunos le dieron motocarro, sin embargo, eso no llena el vacío de una madre, es triste cerrar la puerta de la casa y que no estén nuestros hijos; la plata es vanidad, se acaba, pero el amor de tus hijos sigue allí, es triste ver que llega una fecha especial y ellos no estén. Muchos nos ven sonreír, pero nadie se imagina el dolor de una madre por perder en una situación inesperada a sus hijos”.

El culpable de todo

Para Sandra y David la culpa de lo sucedido es el del Estado por dejar circular un bus que hace cuatro años estaba chatarrizado.

“No tenía orden de transitar, no sé qué pasó. De los señores detenidos, nosotros en particular creemos que tuvieron un error humano, pero la culpa no es de ellos, más responsable es el tránsito, ese bus lo trajeron de Barranquilla pasando todos los controles y circulaba en Fundación como si nada”.

Sandra admite que quien debería estar preso es el dueño del bus. “Él sabía en qué estado estaba el vehículo, pero como todo en Colombia, lo absolvieron de toda culpa. El señor Ibarra (líder de la iglesia) tuvo una pérdida, tiene un dolor igual que nosotros, pero no somos jueces para señalar a nadie, la autoridad fue la que los culpó, pero para nosotros tránsito y la administración municipal anterior es culpable”.  

 

David señala que parte de su vida se fue después de ese fatal accidente.

Víctor Peñaloza
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