"El potencial del país es prometedor si se incrementa la competitividad y la producción nacional gracias a las semillas genéticamente modificadas", dice la experta de Agrobio.
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Colombia enfrenta el desafío de ser una despensa mundial de alimentos

El 24 % del maíz que se siembra es transgénico y el 77 % del algodón.

Colombia tiene el desafío de aumentar su producción de alimentos para convertirse en una de las despensas mundiales, dijo hoy a Efe la Asociación de Biotecnología Vegetal Agrícola (Agro-Bio) con motivo del Día Mundial de la Población.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha manifestado que la nación andina "es uno de los cinco países más importantes para ser despensa mundial de alimentos por su ubicación y disponibilidad de tierras", aseguró la directora ejecutiva de Agro-Bio, María Andrea Uscátegui.

Precisamente hoy, que se celebra el Día Mundial de la Población, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, manifestó que "todas las personas merecen beneficiarse del crecimiento económico y el progreso social".

En ese sentido, señaló que Agro-Bio comenzó hoy en las redes sociales la campaña "#OGM20" para conmemorar los 20 años de la implementación de los cultivos genéticamente modificados en Colombia, pues considera un "reto" ayudar a alimentar a los 9.700 millones de personas que, según la FAO, habrá en 2050 en el planeta.

A juicio de Uscátegui, las principales dificultades para mejorar la producción agrícola son "la menor cantidad de áreas cultivables, el cambio climático, el incremento de las plagas y la migración de agricultores a las ciudades".

Según un informe del Servicio Internacional para la Adquisición de Aplicaciones en Agrobiotecnología (ISAAA), "es evidente que la producción de alimentos tradicional por sí sola no permitirá alimentar a 9.000 millones de personas en 2050", recordó.

Por ello, explicó la experta, "hay que reconocer que la biotecnología ofrece soluciones para producir más alimentos en la misma área, sin expandir la frontera agrícola, enfrentar desafíos como la sequía y el cambio climático, y hacer un uso sostenible de los recursos naturales".

Análisis hechos por Agro-Bio indican que los cultivos transgénicos ya están comenzando a reducir los efectos del estrés en las plantas acrecentados por el cambio climático.

Así, por ejemplo, en Estados Unidos actualmente se comercializa maíz tolerante a la sequía, que puede mantenerse en un periodo prolongado sin agua.

En Colombia, el 24 % del maíz que se siembra es transgénico y el 77 % del algodón, según cifras de 2015 del Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), la Federación Nacional de Cultivadores de Cereales y Leguminosas (Fenalce) y la Confederación Colombiana del Algodón (Conaldogón).

Para garantizar la seguridad alimentaria, "el potencial del país es prometedor si se incrementa la competitividad y la producción nacional gracias a las semillas genéticamente modificadas, acompañadas de buenas prácticas agrícolas y las buenas condiciones (con lo cual) podríamos llegar a ser autosuficientes", comentó Uscátegui.

Agregó que los cultivos genéticamente modificados tienen también ventajas para el medioambiente porque requieren menos agua que los tradicionales.

"Si Colombia fuera autosuficiente en 10 años, con los cultivos genéticamente modificados ahorraríamos 2.500 millones de litros de agua suficientes para abastecer en un año de una población de 57.000 personas", manifestó. 

EFE
 

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