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Áreas protegidas y corredores biológicos, mejor estrategia para recuperar biodiversidad

Mensaje en el Día Internacional de la Biodiversidad.

El liderazgo por parte de las autoridades ambientales, en una estrategia encaminada a conectar las áreas protegidas, abre esperanzas para detener la alta fragmentación y pérdida de la diversidad biológica en la región Caribe colombiana

La propuesta pone nuevamente al Sistema de Áreas Protegidas del Caribe colombiano en la delantera en la conservación, al establecer como estrategia el  recuperar la estructura ecológica principal. Ya se ha logrado la protección de al menos el 30 % de ecosistemas estratégicos terrestres y marino costeros a través de áreas protegidas.  

Con este inicio, el SIRAP Caribe pretende recuperar el 50% de la estructura ecológica para el 2030, conectando las áreas protegidas a través de corredores socio ecosistémicos, es decir corredores biológicos que permita el flujo de las especies silvestres de la mano de actividades productivas sostenibles para las comunidades que dependen de la biodiversidad.

El deterioro de la biodiversidad en la región nos está pasando una cuenta de cobro muy alta, afirma Jesús León Insignares, presidente del SIRAP Caribe, quién recalca que “en promedio tenemos amenazada el 60% de nuestras especies endémicas, dentro de los que sobresalen los mamíferos por la perdida de sus hábitat y el tráfico ilegal de especies; la deforestación que está ligada a la propagación de enfermedades y virus como el Covid-19 y a la crisis climática afectando el suministro y regulación del recurso hídrico".

La pérdida de diversidad genera ecosistemas débiles y pobres en términos de especies que afecta su funcionamiento, dando lugar a regiones menos resilientes ante al cambio climático y fenómenos naturales.

"La función y efectividad de nuestros ecosistemas  se refleja en los servicios ecosistémicos que suministra la biodiversidad a la sociedad. La desaparición de especies y la destrucción de los hábitats hace que los ecosistemas cambien sin que sepamos aún sus consecuencias", argumentó León Insignares. 

Según Adela Castro Secretaria Ejecutiva del SIRAP Caribe, “en esta tarea de recuperar la estructura ecológica hemos identificado para la región más de 255 objetos de conservación entre fauna y flora que están altamente amenazados en el Caribe.  Entre ellos priman los bosques inundables y secos. Estos últimos se han visto afectados por la eliminación de la capa vegetal y el cambio de uso de sus suelos para el desarrollo de actividades mineras, agrícolas, ganaderas y expansión urbana, generando consecuencias como el aumento en  el índice de arídez  y la pérdida de la humedad de la capa agrícola del suelo”.

Cada especie cumple un papel importante en la estructura natural  su desaparición no solo afecta la capacidad de disfrute de las generaciones futuras, sino también la función y composición del ecosistema.  

En esta pandemia, el discurso político debe ampliar su espectro hacia crear una conciencia sobre nuestro papel y corresponsabilidad en la conservación de la biodiversidad y a la inversión pública en la recuperación de la estructura ecológica principal, promoviendo acciones de control de delitos ambientales, protección y recuperación de especies silvestres altamente amenazadas en nuestra región. Esta epidemia esta altamente ligada a la pérdida de la estructura natural.

 

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