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Expresidente de Guatemala se declara culpable de lavado de activos

Alfonso Portillo será condenado a un máximo de seis años de cárcel tras un acuerdo con la Fiscalía de NY.

Alfonso Portillo será condenado a un máximo de seis años de cárcel tras un acuerdo con la Fiscalía de NY.

El expresidente de Guatemala Alfonso Portillo se declaró hoy culpable ante un tribunal federal de haber blanqueado en EE.UU. dinero obtenido de un soborno, y será condenado a un máximo de seis años de cárcel tras un acuerdo con la Fiscalía.

En una comparecencia ante el juez federal James Patterson, el expresidente reconoció hoy haber aceptado 2,5 millones de dólares en sobornos del Gobierno de Taiwán y lavar después ese dinero a través de bancos estadounidenses y europeos.

"Entendí que, a cambio de esos pagos, debía usar mi influencia para que Guatemala reconociera diplomáticamente a Taiwán", admitió el exmandatario durante su comparecencia, en la que empleó los servicios de un intérprete.

Portillo se enfrenta a una pena máxima de 20 años de cárcel, pero la admisión de culpabilidad forma parte de un acuerdo con la Fiscalía por el que se rebajaría la pena a entre 46 y 71 meses de cárcel, así como a una sanción económica de hasta 500.000 dólares.

Además, según los términos del acuerdo que fueron dados a conocer hoy en el tribunal de Manhattan, el expresidente guatemalteco acepta devolver a las autoridades estadounidense los 2,5 millones de dólares que aceptó como sobornos.

La sentencia final será anunciada el próximo 23 de junio por el juez Patterson, quien tendrá la última palabra sobre la duración de la condena, según detalló la oficina de la Fiscalía federal del Distrito Sur de Nueva York en un comunicado.

Alfonso Portillo reconoció que entre diciembre de 1999 -semanas antes de su asumir su mandato como presidente- y agosto de 2002 recibió 2,5 millones de dólares como sobornos del Gobierno de Taiwán.

Esa cantidad fue pagada en cinco cheques, tres de los cuales, por un total de 1,5 millones de dólares, fueron emitidos en el año 2000 y endosados por el propio Portillo, tras lo cual fueron depositados en una cuenta bancaria en Miami (EE.UU.).

Otros dos cheques por un total de 1 millón de dólares fueron emitidos a favor de una compañía denominada Oxxy Financial y depositados también en Miami.

De todo ese dinero, 1,5 millones fueron depositados en cuentas que Portillo, su esposa y su hija tenían en el banco español BBVA en París, y parte de ese dinero fue posteriormente lavado a través de bancos de Suiza y Luxemburgo, entre otros lugares.

"Yo sabía en ese tiempo que lo que estaba haciendo era incorrecto, y me disculpo por los delitos. Yo me hago responsable de ellos, y acepto las consecuencias de mis acciones", afirmó Portillo en su declaración.

"Portillo pudo haber pensado que su posición de poder impedía que tuviera que responder" por esos delitos, pero "estaba equivocado" y hoy "ha sido convicto en un tribunal por su conducta criminal", señaló el fiscal Preet Bharara.

Portillo fue extraditado a Nueva York en mayo del año pasado desde Guatemala para responder por un cargo de conspiración para el blanqueo de dinero obtenido ilegalmente durante su mandato (2000-2004).

En su primera comparecencia judicial tras su extradición, el pasado 28 de mayo, el expresidente guatemalteco se había declarado inocente de los cargos.

Portillo fue acusado en enero de 2010 por la fiscalía federal de Manhattan de un cargo de conspiración para el lavado en cuentas bancarias estadounidenses de decenas de millones de dólares obtenidos ilegalmente durante su mandato (2000-2004).

El acta de acusación señalaba tres episodios en los que Portillo y sus cómplices malversaron dinero público, que luego fue desviado a cuentas personales en EE.UU y Europa para blanquearlo, aunque finalmente el acuerdo de hoy solo admite uno de esos episodios.

"Portillo está acusado de convertir el puesto de la Presidencia de Guatemala en su cajero automático personal", había señalado el fiscal federal Bharara al hacer pública la acusación contra el exmandatario.

El abogado de Portillo, David Rosenfield, señaló hoy en una declaración que el exmandatario guatemalteco "es una persona buena y decente" que "cometió un error, una aberración", aunque está "realmente apenado y arrepentido".

EFE

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