"Ese equipo está agrandado", "quieren ganar de camiseta", "un dolor de ojo en cada partido", "revive muertos", entre otras son las frases que se escuchan en las esquinas de Barranquilla un día después de un partido de Junior.

El equipo está en una crisis futbolística, pese a que muchos aduladores dicen lo contrario, pero tendrán que morderse el codo porque la realidad es otra.

Julio Comesaña hablaba de no hacer un drama si el equipo quedaba eliminado ante Deportivo Cali, por Copa Águila, como terminó pasando y se conforman solo con la Liga.

Sin embargo, el drama si existe, pues ¿Cómo es posible que un 'bicampeón' no pueda ganarle al último en la tabla del descenso?

Atlético Huila venía de nueve partidos sin ganar y Junior no puedo pasar del 1-0 y se lo terminaron empatando en los minutos finales.

Conformidad que da pena

Lo peor del empate de este domingo, en Neiva, fue la manera en la que el 'Tiburón' (hace rato sin dientes) afrontó el partido después de irse en ventaja en el marcador.

La gente en sus casas al ver el golazo de Víctor Cantillo se imaginó lo mejor: un Junior dominando y haciendo más goles, pero pasó todo lo contrario.

El equipo se echó para atrás a defender un empate ante un rival inferior, en cuanto a nómina y nivel de juego.

Y en el segundo tiempo la cosa fue peor. El equipo empezó a ejecutar un toque de balón improductivo. Algunos dirán que se "estaba defendiendo" con la esférica en su poder.

Sin embargo, este Junior, el encopetado 'bicampeón' de Colombia ¿Se conforma con 1-0 ante Atlético Huila? 

Y fue así. El equipo rojiblanco se conformó con el 1-0 y se acomodaron con el 'toquecito' bobo. No había llegadas al arco rival. Los contragolpes los frenaban para volver a tocar corto y lento. No hubo más disparos al arco ni pases al espacio. El 'bicampeón' empezó a rozar en la displicencia.

Y el líder de la displicencia fue Teófilo Gutiérrez, quien empezó a regular el ataque y en esa actitud perdió varios balones.

Bofetada al 'toquecito'

Los rojiblancos se creyeron vencedores y les llegó el agua fría, al minuto 77, cuando el Huila conectó varios toques y llegó un centro para Andrés Amaya, quien tuvo tiempo para aparecer en solitario y ejecutar una media tijera, para vencer a Sebastián Viera.

Amaya estaba solo en el área. Sí, sin ninguna marca, pese a que tenía cinco jugadores de Junior a su alrededor. Todos de "familia Miranda". Así era la parsimonia que tenía el equipo, que la defensa marcó de vista y nadie se animó a incomodar al delantero. ¡Vagancia táctica!

Lo peor de la película, es que apenas le empataron a Junior, se le ocurrió a Luis Grau hacer cambios en el partido. Una actitud reactiva. ¿Por qué no hubo modificaciones antes? ¿Por qué no se buscaron más goles?

La culpa es de todos. No solo de Julio Comesaña, de Roberto Peñaloza o Grau, ya no se sabe quién dirige de los tres. Ninguno pega un grito y ordena más ataque o goles.

Pero los jugadores también tienen su culpabilidad. No creo que Grau le haya dicho a 'Teo', Cantillo e Hinestroza: "toquen para atrás y no ataquen".

El amo de las resurrecciones

Junior terminó reviviendo a Huila con toque improductivo. Lo mismo ha ocurrido con otros equipos. Ya perdió de local ante América de Cali y Once Caldas.

La campaña hasta el momento da pena. Eliminados de Copa Águila después del experimento premeditado y en la Liga, están afuera de los 8. Han cosechado 15 puntos de 33. Rendimiento paupérrimo.

Ojalá el equipo se despierte. Ojalá y esta nota les llegue para tocar el orgullo de los jugadores, pues nadie se explica cómo un equipo 'bicampeón' baja tanto su nivel.

Y al señor Julio Comesaña, recordarle que este equipo lo armó él. Echó a más de 10 y trajo a los que quiso, en su mayoría.

Hay que pellizcarse porque da pena estar afuera de los 8 y jugando mal, pregonando un toque 'Chiquichá', que no le hace daño a nadie.

Qué despierten porque así como van, la Copa Libertadores será otro horror y ni la Liga pelearán. Jugando así, no ilusionan ni a cinco hinchas.