Tomás Díaz Pérez, entrenador de los Titanes de Barranquilla.
Tomás Díaz Pérez, entrenador de los Titanes de Barranquilla.
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Jairo Cassiani.

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Tomás Díaz y su “labor titánica”

El cartagenero llegó para dirigir y conformar el equipo profesional de los Titanes de Barranquilla.

Mientras el reloj avanzaba en la pizarra, la cabeza de Tomás Díaz Pérez comenzaba a dar vueltas en medio del alborozo de unas gradas repletas de emocionados aficionados, los sonidos de los tambores, la flauta de millo y los gritos de enardecida pasión se juntaron con aquellos recuerdos de cuando era un joven que aprendía a amar el baloncesto.

Era por esos días que la disciplina inculcada por sus padres le marcó el derrotero que lo llevó al éxito que experimentó en ese instante transportador. Fueron doña Elvira Pérez y don Manuel Cristobal Díaz, ambos ya fallecidos, los que le acostumbraron a hacer las cosas con seriedad y bien hechas, a sabiendas de que, de lo contrarío, se llevaría una reprimenda.

“Creo mucho en la parte de que la formación que tu tengas en tu casa, en tu juventud, como persona van labrando lo que eres. Indiscutiblemente mi papá y mi mamá, para la disciplina que se mantenía en casa. Era algo tan elemental como esto, no teníamos la opción de llaves, teníamos que tocar la puerta si llegábamos tarde y uno sabía luego porque. Eso es un dogma de vida que tengo”, manifestó a Zona Cero sentado en un sillón mientras recordaba sus días en el pasado.

En su mente aún está vivo el estruendo de los gritos de júbilo por parte de los fanáticos colombianos que veían los últimos segundos del duelo, en que Colombia eliminó a la encopetada Cuba por 78-69 y aseguraba la medalla de plata en los Juegos Centroamericanos y del Caribe Barranquilla 2018. Ese era el primer gran logro del país en el baloncesto a nivel de mayores en la rama masculina.

Hay una muy buena, y creo que marca eso último. Eran los instantes previos al juego y la charla que tuvimos fue muy interesante sobre el juego y paradójicamente la llamo así, ‘algo más que un juego’, en la que a mis dirigidos les decía que esa era la oportunidad que hemos buscado por mucho tiempo", comentó.

Tomás Díaz viene realizando ya los primeros trabajos con Titanes.

"Nunca hemos ganado absolutamente nada relevante en el básquet de mayores y esa era una bonita oportunidad: las limitantes están en la cabeza. Eso fue algo que entendieron y salieron darlo todo. El instante final se transformó en una alegría absoluta. La enseñanza es muy grande, los retos, como este con los Titanes, hay que asumirlos, no puedes delegarlos. Eso lo tengo muy claro, afirmó.  

Con esa misma sapiencia, Tomás Díaz llega a Barranquilla para asumir uno de los retos profesionales más importantes de su vida. Deberá estar al frente de la franquicia profesional de la ciudad, la primera en 15 años de ausencia de la pelota naranja. Desafío magnificado porque prácticamente tiene dos semanas para poder armar el equipo.

Mejor dicho, tiene un día por año para poner a la ciudad a la par de las demás escuadras participantes. Con el elemento en contra de tener que compartir grupo con los quintetos de los Warriors de San Andrés y los Piratas de Bogotá, dos de los equipos más tradicionales del campeonato.

“Es un privilegio poder estar liderando un proceso en una ciudad que hace mucho tiempo fue basquetera, que lo ratificó ahora en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, y tener el privilegio de estar en esta ciudad y buscar la forma que la afición se enamore de este bello deporte y que tengan pertenencia por una divisa como es en este caso Titanes. Es una labor como su mismo nombre lo indica: titánica. Hay que crear un equipo para competir, para defender la plaza”, dijo.

Por suerte, Díaz sabe exactamente lo que es que tener que luchar en los grandes retos. Su hermano, el día que tomó la determinación de irse de su casa familiar para radicarse en Bogotá, le dijo que tenía que hacer las cosas bien, sí o sí. Que si se iba para hacerlas mal, mejor que ni se fuera.

Tomás Díaz fue el encargado de darle la camiseta al alcalde Alejandro Char.

“Hay una serie de factores. El que hayamos tenido que formar el equipo corriendo nos deja por fuera de la posibilidad de algunos jugadores. Pero ya se echó mano de unos jugadores que nos puedan representar bien. Hacer un equipo de la noche a la mañana y competir contra equipos que vienen creando expectativas bien altas a nivel nacional es difícil. Seducción no es la palabra, es un reto crear un equipo que pueda sacar resultados este año. Lo que me sedujo fue el proyecto a largo plazo de poder trabajar con jóvenes”, explicó.

Pero realmente las cosas se le fueron en contra desde el principio. Tras haberse ido para poder jugar baloncesto en la Capital del país, una serie de lesiones le fueron truncando el camino como deportista, pero no como persona. Fue allí que tomó la decisión de estudiar entrenamiento deportivo y vincularse como entrenador.

“Mis inicios fueron en Cartagena, a través de varios ‘coaches’ que tuve como jugador, pero luego allí me incliné a la parte de la dirección técnica después de haber ganado algunos títulos con Bolívar. Me fui a estudiar a Bogotá, allá el básquet es mucho más apoyado. Luego de varias lesiones que tuve me dediqué a estudiar el entrenamiento deportivo en varios cursos FIBA a nivel internacional, donde tuve la oportunidad de ganar el reconocimiento como instructor internacional", señaló mientras retocedía la película de su memoria.  

"En Colombia varias personas y yo creamos un proyecto con Saludcoop, reclutamos varios jugadores a nivel de club para luego brindarlos a la Selección Colombia. Se tuvieron varios triunfos posibles a nivel nacional en esas categorías. Luego con la Federación tuvimos varios campamentos y tuvimos la oportunidad de estar en Estados Unidos con algunos jugadores que estuvieron en el draft de la NBA, como el caso de Hanner Mosquera y Tony Trocha”, recordó.

Luego de eso, vinieron los éxitos en Colombia, a nivel profesional, con tres títulos en diferentes equipos, los Bambuqueros, Piratas y Águilas. A nivel internacional clasificó por primera vez a un equipo colombiano a las finales de la Copa Sudamericana de baloncesto, con los Halcones de Cúcuta.

Para Díaz uno de los grandes retos es poder poner el equipo a la par de los rivales.

Finalmente, vino el cargo de seleccionador nacional y una serie de triunfos y medallas en cada una de las categorías del país.

Tras esta preparación y la serie de logros que fue alcanzando, solo era cuestión de tiempo para que decidiera saltar nuevamente a la palestra del baloncesto profesional. Lo que nunca pensó, es que vendría todo encima en tan solo 15 días, tiempo que pasó entre el momento que lo contactaron y fue presentado como técnico del equipo.

Simplemente, todo a una velocidad trepidante. Por eso es que hasta mediados de octubre estará yendo y viniendo entre Barranquilla y Bogotá, ajustando detalles con la Federación Colombiana de Baloncesto y temas en el exterior, hasta que pueda meterse de lleno con los Titanes.

“Hace aproximadamente dos semanas conversamos con varios directivos la posibilidad de que yo fuera el entrenador. Tenía ya algunos compromisos adquiridos, no lo tenía en los planes el venir aquí a dirigir. Creo que este reto profesional lo quiere tener cualquier entrenador, lo acepté y pedí algunas esperas por compromisos que voy a tener y en dos o tres semanas estaré de lleno en el equipo”, explicó.

Llegar a ser campeón, es el gran reto de Tomás y sus Titanes.

Solo queda esperar que esa misma chicharra que sonó con fuerza en el Coliseo Elías Chegwin la noche que Colombia ganó la medalla de plata, se repita este año, ojalá con una descomunal alegría para todos los Titanes.

“Hay que trabajar (risas). Todos los equipos nos llevan ventaja con el trabajo que ya tienen, con los jugadores reclutados, nosotros vamos a tratar de pegarnos del trabajo. Nosotros tenemos que luchar y remar duro para buscar eso. Dios quiera que se pueda, teniendo muy claro los objetivos, los roles en el equipo, que esa es mi tarea, vamos a buscar ese resultado”, cerró.

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