Sebastián Viera celebra el gol que le marcó al DIM.
Sebastián Viera celebra el gol que le marcó al DIM.
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Cristian Mercado.

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Sebastián Viera y un grito de desahogo con un ‘gol soñado’

La anotación del triunfo 2-1 ante el DIM sirvió para exorcizar los demonios tras la pifia en Tunja.

A los 70 minutos Sebastián Viera salió corriendo, disparado por una voluntad que parecía inexplicable, desde el arco sur del estadio Metropolitano Roberto Meléndez. Recorrió todo el terreno de juego. Las diez mil personas en las gradas se pusieron de pie. Era el presentimiento de que algo grande iba a pasar.

Mientras, desde la línea de dirección técnica, Julio Comesaña se reventaba la garganta y le manoteaba al capitán de Junior. La orden era clara hacía Viera: No abandonar el arco para patear un tiro libre que acaba de conceder el juez central Nicolás Gallo en el borde del área grande, recostado sobre la derecha.

Viera le hizo caso, pero a la voz que le había bajado desde el cielo la noche anterior al partido, mientras dormía en la concentración del equipo. Tenía algo en las entrañas, estaba preñado de inspiración y con un zapatazo de pierna derecha tenía que dejarlo salir.

Las ‘estrellas’ de las tribuna se encendieron. Eran los celulares de la hinchada que no se quería perder lo que iba pasar, lo querían guardar para siempre. Entre tanto, en los dos minutos que duró el arquero para ejecutar el disparo, Comesaña había pateado la botella de agua, había maldecido al aire y solo esperaba que el riesgo no se le viniera encima.

A los 72 minutos Viera tomó impulso, Gallo sonó el silbato, el botín derecho de Sebastián impactó la bola que se fue en línea perfectamente recta hasta por debajo de una barrera que saltó alto, y siguió al fondo de las redes ante un David Gónzalez que se quedó petrificado por la desconcertante ejecución. Golazo brillante e histórico.

Ejecución de Viera para el gol.

Viera salió corriendo, casi en estado demencial hacia la esquina noroccidental, se tiró en la grama, con un grito que le salió del alma y que sirvió para sepultar la pifia de hace una semana cuando falló un despeje en Tunja y la pelota se fue al fondo de la red. Esa mancha se quitó, al menos de la conciencia del ‘Ángel del arco’.

Comesaña, aliviado, pero aún malhumorado, apenas y dio tres palmadas para celebrar la joya que encumbró a Sebastián Viera como el arquero con más goles de tiro libre en el fútbol colombiano, con un total de cinco. Uno más que René Higuita y Luis Delgado.

"No sabía, pero bueno, gloria a Dios. Le agradezco por esta oportunidad que me da de jugar al fútbol, de haber podido jugar hoy, de vestir esta camiseta que me ha dado tantas cosas lindas y bueno el fútbol es así. Hoy nos pone en este lugar y la semana pasada nos puso en otro. Esto es de seguir adelante", dijo Viera ya totalmente serenado, tras el partido.

La razón por la cual Viera nunca miró al costado y ni siquiera le preguntó a Comesaña sobre si podía patear el tiro libre, se debió a que como por mandato divino, soñó la noche anterior con ese gol. Es más, le dijo a sus compañeros lo que iba a hacer.

"A Jarlan le dije que le iba meter por debajo. Lo había soñado la noche antes, no sé por donde pasó, es que me puso a dudar porque los dos jugadores de las puntas estaban como para no saltar, pero Dios me puso ese sentir. En la semana lo había practicado y se lo dije a varias personas que iba meter un gol por debajo de la barrera", insistió.

Viera celebra a rabiar con sus compañeros.

Viera aseguró que necesitaba ese gol como una especie de exorcismo personal. Aunque siempre mantiene su imagen de líder fuerte, de tipo duro, la verdad es que la pifia en Tunja lo había golpeado muy fuerte. La procesión iba por dentro.

"Lo necesitaba en la parte personal. Son accidentes que pasan y muchos no lo entienden así. Es respetable, pero como yo digo siempre, nunca soy el mejor y nunca soy el peor. El otro fin de semana no era el peor, ni este fin de semana soy el mejor. Soy un arquero que trata de jugar siempre lo mejor posible, para el bienestar del equipo”, cerró.  

En tanto, la hinchada se siente tranquila, pues el triunfo parece que regresó las aguas a su cauce. Y parece que el ‘Ángel de arco’ volverá a volar alto y quién sabe, tal vez otro tiro libre suyo pueda despertar una emoción largamente esperada en Barranquilla.

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