En el año 2010 Barranquilla se preparaba una nueva edición del Torneo Mundial Juvenil de tenis en las canchas de polvo de ladrillo en el Country Club. Aquí llegó desembarcada luego de una importante gira por Europa una chica de padre cubano, llamado José, y de madre puertorriqueña, llamada Astrid.

Llegó como una de las cartas más prometedoras del cuadro, según el argentino Antonio Cordonier, director técnico del torneo, quien dijo que esperaba mucho de la competidora.

“Ella vino con un entrenador belga, vive en Miami y llegó acá buscando sumar más puntos para tratar de comenzar a escalar puestos en el escalafón de la ITF, que es la organización de las tenistas profesionales”, recordó.

Se trataba de la puertorriqueña Mónica Puig Marchán, que este sábado se proclamó medalla de oro en tenis femenino al vencer en el partido definitivo de la final a la favorita y número dos del mundo, la alemana  Angelique Kerber.

“Mónica vino de 16 años. El tenis de ella podemos decir que es muy moderno, una jugadora de fondo de cancha que le pega muy duro a la bola. Tiene un tiro ganador y además es muy agresiva”, detalló.

Cordonier recuerda de ese torneo la maravillosa actuación de la hoy primera medallista de oro olímpica de la ‘Isla del Encanto’, quien llegó a Río de Janeiro sin ningún ribete de favorita, pero que juego a juego fue sorprendiendo.

“Puig llegó en la etapa más difícil de una jugadora. Esa donde se tiene que pasar de ser una buena junior, a ser una campeona profesional. Allá en los Olímpicos juegan todos los profesionales libremente, sin ningún limitante de edad. Van todos los mejores del mundo”, comentó el entrenador de la Liga del Atlántico.

Ese año Puig llegó con paso reinante hasta las semifinales, donde le tocó disputar el paso a la final ante hoy otra carta muy sorprendente del tenis profesional, la belga Anne Sophie Mestach.

“A ellas les tocó jugar la semifinales aquí. Al año entrante ellas dos fueron las finalistas del Abierto de Australia en la categoría Junior. En ambas oportunidades ganó Mestach. Entre ambas sostienen un gran duelo y creo que van a dar mucho de que hablar en los próximos años”, expresó.

Desde ese momento, hace seis años, Cordonier apunta que ya el repertorio ganador de Puig estaba muy bien definido.

“Uno a veces la ve jugar y la ve igual. Cuando un jugador llega acá ya está definida. La diferencia está en la parte física y mental”.

Segunda medalla de Oro

Sin embargo, Cordonier no se ve sorprendido por la calidad de la jugadora, pues ellos siempre han trabajado en procura de traer los nombres de mayor proyección. Tal es el caso del británico Andy Murray, quien participóen el torneo de Barranquilla en el 2003 y fuese ganador de la medalla de oro en los Juegos de Londres en 2012.

“Hay dos cosas. Primero es una gran satisfacción de saber que estamos dando la oportunidad a los jóvenes talentos de darles esa proyección. Lo otro es que vamos por el camino correcto, escogiendo los mejores nombres”.

Esa responsabilidad ya les comenzó a poner en aprietos, pues ahora el listón está muy alto para escoger los nombres que compondrán el cuadro del torneo en los próximos años.  

“Ahora le gente siempre nos preguntan cuando vamos a traer al próximo Murray o la nueva Puig. Nosotros cuando los traemos, traemos las estrellas del mañana y no las de hoy”.

Por lo pronto el torneo de Barranquilla ya está en la fase de diseño del cuadro del año entrante. A lo mejor, veremos a una nueva medalla olímpica o a un nuevo campeón de Gran Slam, oculto entre las jóvenes promesas.