Lewis Hamilton celebra con el resto del equipo tras la victoria.
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Lewis Hamilton toma el mando del mundial tras exhibición de Mercedes en Italia

El inglés se perfila ahora como el máximo candidato a ganarse el título en la gran carpa de la velocidad.

El inglés Lewis Hamilton, triple campeón del mundo, tomó el liderato en el Mundial de Fórmula Uno tras ganar con enorme claridad el Gran Premio de Italia en Monza, donde encabezó un nuevo doblete de Mercedes junto a su compañero finés Valtteri Bottas y relegó al segundo puesto general al alemán Sebastian Vettel, capitán de Ferrari, en el templo de la 'Scuderia'.

Hamilton se lució en un fin de semana en el que primero batió, bajo el diluvio, el récord histórico de 'poles' del alemán Michael Schumacher, que había igualado la semana anterior en Bélgica; y que acabó culminando con una exhibición de Mercedes en la que Bottas lo secundó a la perfección, relegando a la tercera plaza a Vettel. Que tuvo que ceder el liderato en casa, en plenas celebraciones de los 70 años de la creación del equipo más laureado de la historia; y ahora llegará a Singapur -primera parada del tríptico asiático- a tres puntos de su rival británico.

El excéntrico y espectacular campeón de Stevenage, de 32 años, batió a Schumacher el sábado, al firmar su sexagésima novena 'pole' en F1, antes de mejorar a 59, en territorio hostil -donde aceptó sin problemas los abucheos de los 'tifosi'-, su propia segunda marca histórica de triunfos en la categoría reina del motor, lejos aún de las 91 del récord del 'Kaiser', convaleciente del grave accidente de esquí que sufrió en diciembre de 2013 en Meribel (Francia).

Hamilton salió como un tiro y condujo sin sobresaltos, cediendo durante sólo dos vueltas -al parar en boxes- el primer puesto a su compañero finlandés; para ganar por sexta vez este curso; y convertirse en el primero en repetir triunfo en lo que va de año.

Junto a él había arrancado el canadiense Lance Stroll (Williams), de 18 años, que se convirtió de esa forma en el más joven de la historia en salir desde la primera línea, antes de acabar la prueba en séptima posición, un puesto por detrás del francés Esteban Ocon (Force India), de 20, que salió tercero y acabó sexto en Monza.

Por detrás de Lewis, las primeras vueltas fueron las más vivas de una carrera que también resultó emocionante en sus últimos giros, cuando el australiano Daniel Ricciardo (Red Bull), protagonista de la remontada del día, al salir decimosexto y acabar cuarto, se acercó peligrosamente a Vettel, que dio por buena la jornada al subir al podio y ser pasionalmente vitoreado por la afición local.

Su compañero Kimi Raikkonen -quinto este domingo- superó a su compatriota Bottas, cuarto en parrilla, antes de que el finés de Mercedes resistiera la embestida de Vettel en la parabólica y devolviese el adelantamiento a su compatriota, colocando de nuevo a los Ferrari en el quinto y el sexto puesto inicial.

Bottas pasó a Stroll al principio de la tercera vuelta, cuando el brasileño Felipe Massa -octavo al final- tocó al holandés Max Versstappen (Red Bull), que tuvo que parar a cambiar su dañado neumático y comenzó a partir de ese momento otro particular 'via crucis'. Que, al menos, no acabó en retirada: Max salvó un punto.

En un zona próxima a la anterior, Valtteri también rebasó a Ocon en la cuarta, cumpliendo a la perfección su cometido de colocar en cabeza de carrera a ambos Mercedes. Situación que ya no se alteró.

Vettel, que había intercambiado puestos con Kimi, se lanzó a por Stroll, al que rebasó en la quinta; y dio cuenta de Ocon al principio de la octava, para situarse tercero, por detrás de las dos flechas de plata. Que también reforzaron, en feudo ferrarista, el liderato de Mercedes en el Mundial de constructores.

De entre los favoritos, el primero en parar fue Raikkonen, que en la 13 rodaba sexto, cuando el mexicano Sergio Pérez (Force India) -noveno este domingo- era octavo; y los españoles Carlos Sainz (Toro Rosso) -decimocuarto- y Fernando Alonso (McLaren-Honda) -retirado a falta de tres vueltas- ocupaban los puestos doce y trece.

Kimi pasó de superblandos a blandos en la decimocuarta de las 53 vueltas que se dieron, una después de que lo hiciera Sainz, en una carrera en la que todas las estrategias fueron a una sola parada.

Traspasado el ecuador de la prueba, en la 27, los primeros cinco aún no habían parado: Hamilton lideraba silbando y fumándose un puro, con cinco segundos sobre su compañero, 22 respecto a Vettel y 36 sobre Ricciardo, el único que -debido a la sanción de 25 puestos- había salido con neumático blando; y que ya era cuarto en esos momentos, por delante de 'Checo', que rodaba a 44 segundos.

Alonso, que tuvo un rifirrafe con el inglés Jolyon Palmer (Renault), que lo superó antirreglamentariamente y fue sancionado con cinco segundos que al doble campeón mundial asturiano le parecieron muy pocos (calificó la penalización como "una broma") paró en la 31. Pero a tres para el final, retiró su McLaren-Honda.

Lo hizo diecisiete vueltas después de que abandonara su compañero belga Stoffel Vandoorne, en un fin de semana en el que pareció quedar claro que el triángulo 'Alonso-McLaren-Honda' no puede seguir un cuarto año; y en el que, sin que nadie de la escudería confirmase ni desmintiese nada, hubo conversaciones con el entorno de Renault.

Hamilton paró en la 32 y cedió durante dos vueltas el liderato al eficiente Bottas, que entró a garajes en la 34; una más tarde que Vettel, que cuatro más adelante recuperaba de Kimi el cuarto puesto.

Ricciardo, que rodaba tercero, fue el último en parar. Lo hizo en la 38, colocó el neumático superblando y empezó a volar, mejorando varias veces la vuelta rápida antes de firmar la definitiva en el giro 49, cuando cubrió los 5.793 metros del templo de la velocidad -siempre presente en el Mundial, desde su creación, en 1950, salvo en 1980, cuando por obras el Gran Premio se corrió en Imola- en un minuto, 23 segundos y 361 milésimas.

Vettel se salvó por poco y fue aclamado como si de un ganador se tratase por los tifosi, que no celebran un triunfo ferrarista desde 2010, gracias a Alonso. Y que este domingo tuvieron que admitir que Mercedes le mojó (bien mojada) la oreja a Ferrari en su propio feudo.

Donde Hamilton asumió, por primera vez este año, el liderato. Y llegará con 238 puntos, tres más que Vettel y con 41 de ventaja sobre Bottas y 94 sobre Ricciardo, a Singapur, primera de las tres próximas carreras en Asia, antes de las de Malasia y Japón.

EFE

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